24 de Mayo - La astrónoma Beatriz Villarroel, del Instituto Nórdico de Física Teórica (Nordita), anunció este jueves que más de 800 estrellas han desaparecido en menos de un siglo. El descubrimiento es parte del proyecto VASCO y ha sido publicado en el portal científico Space.com.
El proyecto Vasco consiste en utilizar datos de hace 70 años hasta la actualidad, comparando entonces el cambio que se visualiza en los mapas astronómicos fotográficos contemporáneos, imágenes capturadas desde 1950 por astrónomos del Observatorio Palomar, en California (EE.UU.). El nombre VASCO, viene del acrónimo en inglés "Fuentes que desaparecen y aparecen durante un siglo de observaciones".
La astrónoma Beatriz Villarroel, explica que el sistema facilita la identificación de estrellas desaparecidas, distinguiéndolas del brillo que varía con el tiempo. «Sabemos que hay [estrellas] variables, pero sus escalas de tiempo tienden a ser de unos pocos años como máximo. Queremos encontrar algo que vaya de una estrella completamente estable a desaparecer por completo; esto no ha sido documentado, y este tipo de descubrimiento podría conducir a una nueva física», señala Villarroel.
Las imágenes capturadas son observadas meticulosamente por el equipo, siendo esta la segunda fase del procesamiento: «Nuestro equipo de TI en la Universidad de Uppsala ha desarrollado la página web de ciencia ciudadana ml-blink.org, donde se puede hacer clic y combinar imágenes. Tenemos desarrolladores de juegos de computadora que han buscado hacer que el diseño sea más atractivo, y también tenemos una inteligencia artificial en desarrollo», expone la científica.
Este sistema ya ha facilitado la identificación de más de 800 estrellas desaparecidas. «Tenemos mucho trabajo por hacer, y creo que, para ser claros, es casi seguro que es una mezcla de objetos de diferentes tipos», señala Villarroel.
«Hay muchas formas distintas de pensar sobre esto: esferas de Dyson y otras estructuras, balizas que se encienden y apagan, o que apuntan en nuestra dirección durante un tiempo determinado, o tal vez hay formas para que una civilización se deshaga de las estrellas que se interponen en su camino», dice la científica Villarroel. Los objetos que no quepan en el lecho de Procusto de tal clase pueden ser señales de vida extraterrestre, como por ejemplo, el de una esfera de Dyson, hipotética megaestructura en forma de burbuja que cubre una estrella para usar toda la energía producida por esta.
