Carros de maiz y hombres de etanol

Todas las culturas asentadas en la región mesoamericana, dependieron del maíz como sustento principal así como en su vida religiosa. El Popol Vuh, libro religioso de los Mayas dice que los hombres fueron formados por los Dioses, de la pasta del maíz; Quetzalcoatl, según la Leyenda de los Soles, tuvo que afrontar varios problemas para obtener los granos de maíz para darlo a los hombres.
Pues en esta etapa de vida en la que nos encontramos, el problema del maíz no es a causa de los dioses. Es a causa de las erradas políticas imperiales y sus organizaciones afiliadas (OMC, FMI, etc.).
Los biocarburantes, la especulación financiera y la "aberrante" actuación del Fondo Monetario Internacional son, a juicio de las Naciones Unidas, los culpables de la brutal escalada de los alimentos de los últimos meses. El relator de la ONU para el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler, realizó un llamamiento urgente a los países donantes del programa mundial de alimentos (PAM) a que incrementen su aportación para evitar una crisis humanitaria mundial.
¿Acaso el presidente Chávez no advirtió al mundo sobre el problema que se nos avecinaba? Pues la oposición internacional a los procesos de cambio, como siempre contraria a cualquier llamado del camarada Chávez, lo llamo loco, absurdo y exagerado; a tal punto de invitarlo a seguir el ejemplo de Brasil y EEUU de comenzar la producción de biocombustibles. Pues ahora no solo es nuestro presidente, la ONU se ha dado cuenta que esta “locura” de mover automóviles con alimentos (además de las erradas políticas económicas de las “potencias”, del FMI y la OMC) a comenzado a desatar una crisis mundial en la producción de alimentos, llegando a puntos como la regulación en la compra de arroz en Norteamérica. Eso sucede cuando se usa una mazorca o la soya para crear combustible, en vez de alimentar a las grandes mayoría que nunca usaran un carro; cuando los “primer mundistas” eligen que un campo de maíz debe usarse para volar un avión de Miami a Madrid, mientras en África miles mueren de hambre.
¿Acaso no aprendemos de los errores ajenos? Argentina, la nación llamada “El granero del mundo” durante la segunda guerra mundial, por obedecer durante sus regímenes dictatoriales derechistas y del presidente Menem, al Fondo Monetario Internacional quedaron en quiebra total, con campos arrasados y un pueblo muriendo de hambre. El cual ha venido recuperándose gracias a gobiernos contemporáneos con políticas acertadas que se inclinan a favorecer el pueblo y no prestar atención al FMI.

En Venezuela, enfrentando el problema del acaparamiento realizado por las empresas privadas de alimentos, hemos tenido una de las mejores políticas a nivel de alimentos, considerándolo tema de soberanía nacional, razón por la cual día tras día los anaqueles de los diversos mercados amanecen con todos los alimentos requeridos en la dieta básica del venezolano. Pues a diferencia de usar los campos para generar combustibles, hemos usado las ganancias petroleras para cultivarlos y lograr algún día esa anhelada independencia alimentaría.
Mientras tanto, hagamos entender a los irracionales y confundidos, que los alimentos son para mujeres y hombres, no para maquinas, no para combustibles; entendemos la necesidad de crear sistemas alternos para la creación de energía, pero no se debe realizar a costa de la comida de nuestros pueblos.

Y los que simplemente creen que el problema de alimentación en el mundo es solo otra exageración de los comunistas celosos del modelo imperial, pues no me queda más que recomendarles que lean a Miguel Ángel Asturias y su “Hombre de Maíz”.

*Estudiante UCV

jorge_amorin@hotmail.com


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Jorge Luis Amorín*


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