El desarrollo y la cultura industrial

El desarrollo como dimensión patológica de la cultura industrial

Sin lugar a dudas la cultura es el producto del hombre y su relación con la realidad social, lo que significa que todo lo que realiza el ser social y sus productos materiales e inmateriales forman parte de la cultura y más allá de eso forma parte del episteme de la sociedad. Es por eso que la producción (sector industrial), forma parte inalienable del quehacer humano y en algunos casos designa y clasifica a las sociedades de acuerdo a procesos historiográficos relacionados con los hombres y como se agrupan para producir, de allí que es común observar entre algunos historiadores clasificar etapas de la historia o sociales por los tipos o modos de producción.

Sin embargo, y desde una visión holística del hombre y su accionar histórico, visualizar su actividad y su "modus vivendi", solo por las actividades y procesos que realiza, es unidimensionarlo a la condición de ser solo un productor de bienes materiales separándolo de manera descarnada de su interioridad y espiritualidad, esta visión cultural del industrialismo, genera un estereotipo de que el hombre y la sociedad solo se mide por la cantidad de bienes materiales que produce o por la cantidad de capital originario que tiene acumulado¸ o como lo retrata Sampedro (s/f), Y finalmente, existe un límite interior en nuestro ser individual como resistencia a deshumanizar al hombre y reducirlo a un hueco actor externo, mero productor y consumidor (p. 58) (subrayado propio), es decir que la visión del desarrollismo en la cultura industrial, busca deshumanizar al ser social, para convertirlos en pasivos consumidores de los bienes materiales producido por la tecnología.

Esta intencionalidad de las sociedades desarrollistas lo que buscan ante todo es convertir al hombre en un ser que supedite su vida entorno a la generación de capitales, a rendirle pleitesías a la tecnocracia y obviando su relación con su interioridad (bienes espirituales) y su relación de cuidado y respeto para con la naturaleza (la pachamama) y sus recursos; este cáncer como lo denomina Sampedro, tiene como cometido deshumanizar al hombre para así convertirlo en una máquina capaz solamente de producir.

De allí que los movimientos sociales y políticos por lo menos en Latinoamérica, que es por cierto uno de los lugares más golpeados por las teorías desarrollistas y su visión tecnocrática del quehacer humano, hayan presentado como alternativa filosófica, cultural, económica y política una teoría que tiene que el respeto a la naturaleza y su cuidado, sobre esto Cabrale señala que

El desarrollo de los medios de comunicación y las redes sociales, herramientas que los occidentales concibieron para difundir su idea de civilización, así como la solidez y seriedad de los estudios culturales de Fals Borda y Arturo Escobar, entre otros, le ha dado la oportunidad a otras etnias, guetos, minorías y grupos académicos del sur que antes permanecían en el olvido, de proponer y difundir otros ideales de progreso y paradigmas de desarrollo como el no consumo voluntario, el decrecimiento económico o el "buen vivir". (sección Nuevos ideales de progreso, párrafo 1).

Por lo tanto, ante el intento de la cultura del consumo y la tecnocratización del hombre y su entorno social ha surgido una cultura progresista que tiene como cometido retornar a los principios de una convivencia más responsable con el ser humano, visto de manera integral en comunión con el medio ambiente y respetando la naturaleza y sus recursos, dicha propuesta de una cultura que se contraponga a la cultura industrialista y busque en la culturas aborígenes los principios que permitan una distribución de la riqueza y una disminución de la pobreza que no destruya la naturaleza ni genere divisiones geoespaciales discriminatorias, sobre lo anteriormente disertado Cabrale (2015), apunta .

En los problemas de la distribución de la riqueza y de la reducción de la pobreza este propósito debe conducir a una reflexión que incluya las posturas de nuestros pueblos originarios y donde la economía entre en permanente diálogo con la sensibilidad de la vida diaria de nuestros campos y selvas, y se plantee un sentido diferente en la búsqueda de una vida humana digna. El problema de la pobreza, de la contaminación ambiental, las crisis sociales recurrentes y la globalización excluyente demandan día a día de la reorientación de los modelos de desarrollo hacia opciones más cercanas a nuestros postulados ancestrales y la conservación de nuestros recursos y fuentes de agua; para tal fin debemos combinar con creatividad, realismo económico y cohesión social nuestras visiones del mundo y las particularidades de nuestras formas de abordar el desarrollo económico teniendo en cuenta nuevas propuestas y paradigmas. (sección el mercado y el consumo, párrafo 7)

Finalmente otro de los problemas existentes a nivel urbano o de ocupación del espacio social urbanístico tiene que ver con las divisiones algunas veces discriminatorias que se hacen de los hábitat, estas divisiones reproducen las relaciones sociales de producción, es decir, que aquellos que detentan el poder económico y político habitan en espacios sociales con mayores niveles de lujo, confort y disponibilidad de servicios de manera continua y segura, sobre lo reseñado Duhau (2013), señala que

la división social del espacio, definible como la relación existente entre la composición social y de clase de una sociedad y su manifestación en la estructura del espacio habitado metropolitano. la segregación residencial es «el grado de proximidad espacial o de aglomeración territorial de las familias pertenecientes a un mismo grupo social, sea que este se defina en términos étnicos, etarios, de preferencias religiosas o socioeconómicos, entre otras posibilidades»

Referencias

Cabrales, O. (20 de septiembre 2015), El principio del buen vivir o Sumak Kawsay como fundamento para el decrecimiento económico, https://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:khpBTOXy-boJ:https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5679889.pdf+&cd=1&hl=es-419&ct=clnk&gl=ve

Duhau, E. (2013), La división social del espacio metropolitano. Una propuesta de análisis, revista Nueva Sociedad 243, Enero - Febrero 2013, https://www.nuso.org/articulo/la-division-social-del-espacio-metropolitano-una-propuesta-de-analisis/

Sagredo, F y Carbonetti, H, ( 2003). Elementos clave y perspectiva prácticas en la gestión urbana, https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/5774/1/S0311826_es.pdf

Sampedro, J. (s/f), El desarrollo, dimensión patológica de la cultura industrial

http://www.mounier.es/revista/pdfs/007055064.pdf

 

eglidekaterin@gmail.com



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