La curva como elemento didáctico de la pandemia

Dos expresiones que se han puesto de moda a causa de la pandemia del COVID-19 son la de "crecimiento exponencial" y "curva aplanada". Si mal no recuerdo fue en abril de 2020 cuando el presidente Maduro en ocasión del reporte diario televisado sobre el estatus de la pandemia en el país, hacía comparaciones y se refería al crecimiento del contagio en Estados Unidos y países de Europa; para sustentar su explicación mostraba un gráfico con datos estadísticos donde se observaban las curvas de contagio y para facilitar la comprensión del significado de crecimiento exponencial, hizo una analogía con el despegue de un cohete espacial, que a nuestro juicio fue acertada, ya que la posición vertical del cohete y la potencia y velocidad con que despega, además de la estela que deja en su trayectoria inicial, da la noción de ese tipo de crecimiento, o sea, una curva erguida, muy ascendente, casi vertical, que expresa en la realidad un número elevado de personas contagiadas en poco tiempo (horas, un día, etc.), es decir, rápidamente, y cuya interpretación es que la pandemia está fuera de control, tal como ha sucedido en Italia, España, Estados Unidos, Brasil, Ecuador y Perú.

La otra expresión de moda que se le ha escuchado al presidente y sus colaboradores es la de "curva aplanada o achatada", incluso "aplanar la curva", esto quiere decir que la curva toma una forma que tiende a ser aplanada, achatada, casi horizontal, que expresa en la realidad un número relativamente o discretamente bajo de personas contagiadas en el tiempo, cuyo valor tiende a mantenerse casi constante o con pocas variaciones; la interpretación es que la pandemia está siendo controlada de manera eficiente, he aquí la importancia (y la insistencia en el discurso) de aplanar la curva o mantenerla aplanada. Este es el caso de Venezuela, cuyo logro es resultado de las acciones apropiadas tomadas a tiempo por el Jefe de Estado, específicamente en relación con la contención de la pandemia, la ruptura de la cadena de transmisión del virus y la garantía de una capacidad instalada para la atención hospitalaria de personas infectadas.

A pesar de los resultados favorables, causó preocupación el repunte que se registró a finales de mayo pasado (a causa de compatriotas infectados que regresaron al país) y en diciembre a causa de la omisión de las medidas preventivas por parte de la población, justo cuando se flexibilizó en todo este mes el sistema 7+7, lo cual demuestra que fue una decisión errada. La población confundió flexibilización con relajo exacerbado y se desbocó en ese lapso a ejecutar actitudes anárquicas. Aún así creemos que, en general, la gestión sanitaria ha sido exitosa, gracias en gran parte a la cooperación de la Organización Mundial de la Salud, la Organización Panamericana de la Salud y de países como Cuba, China y Rusia.

Volviendo al crecimiento del contagio, es importante destacar que lo ideal es lograr que ninguna persona se contagie y así alcanzar un control total de la pandemia, en este supuesto la curva de contagio debe cambiar de forma, es decir, de aplanada o casi horizontal (contagio bajo), la misma debe "caer" o tener un descenso hasta alcanzar el valor de cero (ningún contagio) y estabilizarse en ese valor.

En este orden de ideas agregamos que hemos visto en tuiter la divulgación de imágenes y animaciones explicando las curvas de contagio de COVID-19, sea de crecimiento exponencial, sea de crecimiento bajo. En una animación se ve claro el mensaje de que cuando el contagio es exponencial, es decir, se contagia mucha gente en poco tiempo (curva muy ascendente, casi vertical) habrá una baja probabilidad de atender a todos los infectados en los centros de salud, ya que la alta demanda hará que los mismos colapsen. En otra animación se capta el mensaje de que cuando el contagio es bajo, es decir, se contagia poca gente en el tiempo (curva aplanada, casi horizontal), habrá una alta probabilidad de atender a todos los infectados en los centros de salud, ya que por ser baja la demanda, se infiere que la misma será satisfecha sin dificultad.

Para finalizar reiteramos lo que hemos manifestado en otras notas, estamos convencidos de que a partir de esta pandemia muchos pénsum de estudios de la educación básica deben actualizarse o adecuarse; por ejemplo disciplinas como epidemiología y estadística deben introducirse en los contenidos educativos porque es necesario adaptarnos a la nueva realidad mundial y para ello la población debe formar conciencia asimilando y manejando información sobre estas áreas del saber. Tanto educadores como comunicadores sociales deben trabajar en equipo y así generar métodos didácticos que faciliten la asimilación de conocimientos relacionados con salud pública, los cuales definitivamente son de gran importancia para la humanidad. Creemos que el programa de televisión Cada Familia Una Escuela, es un recurso que bien puede aprovecharse para lograr la formación de conciencia antes planteada.

 

jimenezgw@gmail.com



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