¡Sirio, "El Iluminado"!

"La ciencia es el gran antídoto contra el veneno del entusiasmo y la superstición"

Adam Smith

I

Fue el mismo Presidente quien en cadena nacional de radio y televisión, propuso que se abriera un debate en torno a un, no sé cómo llamarlo… ¿artículo?, en donde un ciudadano que se presenta como médico y que además dice poseer otra serie de títulos que aparentemente respaldan su formación académica, plantea que él puede proporcionar la cura no sólo para el virus que está ocasionando la actual pandemia, sino que también como medicina milagrosa, podría emplearse para otra serie de padecimientos de los más disimiles orígenes.

Sin desdeñar el valor de la experiencia en el desarrollo del arsenal terapéutico con el que contamos en la actualidad y en donde las terapias alternativas colaboran ostensiblemente en el mantenimiento y la recuperación de la salud, definitivamente la medicina tradicional y en particular las originarias nuestroamericanas han contribuido generosamente aportando alivio para unas cuantas dolencias, sobre todo las del espíritu y la mente, que a su vez inciden en la pérdida de ese equilibrio tan maravilloso que nosotros denominamos homeostasis. Pero sin dudas, ha sido gracias a los frutos de la razón con los que el conocimiento humano ha progresado más rápidamente.

La experiencia y la razón puestas una al lado de la otra, sin enfrentarse, han entregado al ser humano un método ideal para de manera ecuánime, podríamos decir también coherente, entender la realidad. Es así como además del oro, la plata, las perlas y las piedras preciosas, los conquistadores del Nuevo Mundo transportaron en sus embarcaciones infinidad de productos del herbolario americano de los que se han obtenido una gran cantidad de medicamentos que han sido nuestra colaboración a la diversificación de la farmacopea actual.

A lo largo de la historia las diversas escuelas del pensamiento que desde los tiempos de Platón y de Aristóteles han intentado explicar el fenómeno de salud-enfermedad han dado origen al positivismo, el pragmatismo y a otra serie de corrientes del intelecto, pero siempre sin querer o queriendo, desde la antigüedad ha persistido la diatriba entre la razón y la experiencia, entre la inducción y la deducción para intentar explicar nuestro mundo.

En estos días oscuros, en los que esta nueva pandemia recorre el mundo, repentinamente surge de lo más profundo de las estribaciones de la Cordillera de Los Andes venezolanos, una voz que ofrece un: … ANTIDOTO CONTRA EL PARÁSITO INTRACELULAR "CORONAVIRUS".

La manera en que la ciencia avanza se inicia con la observación de un fenómeno determinado y tiene por objeto encontrar las explicaciones más coherentes con la búsqueda de evidencias lógicas, por medio de la deducción y la inducción, que no puedan ser posteriormente rebatidas. Soluciones que son siempre más racionales que las proporcionadas por el empirismo.

Sin teoría ni razonamiento previos, solamente basándose en la experiencia y la percepción se pierden los pasos intermedios entre la observación y la experimentación que solidifican los resultados de la ciencia. En base a esto, todo investigador sabe cuál es la diferencia entre ciencia y empirismo. Y la diferencia fundamental es que la ciencia desarrolla sus teorías de manera crítica y racional y el empirismo se conforma con aportar observaciones que surgen de manera espontánea.

II

Cuando escribí el artículo anterior no lo hice para discutir acerca de política, lo hice para hablar de ciencia, del conocimiento al servicio de los seres humanos, de los pacientes. Quise opinar y advertir acerca de lo que me parece más que una charlatanería un exabrupto. ¡A eso es a lo que me dedico y a eso voy!.

Siempre he sostenido con respecto a la literatura que cada escrito expuesto al público tiene un inconmensurable valor. Pues sentarse a plasmar en palabras, sentimientos, ideas, vivencias, interpretaciones, creaciones de la imaginación, recreaciones de los eventos que en la realidad suceden, conlleva un sacrificio inmenso, un esfuerzo colosal por parte de su creador. Por eso cuando no ha sido de mi agrado un texto, simplemente no lo menciono ni para bien ni para mal, total la literatura es producción, es elaboración de arte y probablemente con ello no se perjudique a nadie. Pero, cuando se trata de ciencia ya es otra cosa, ahí intento pasar por el filtro del conocimiento cualquier información que llegue a mis oídos o a mis ojos y en ese caso si emito mis apreciaciones, recomendaciones, críticas o mí rechazo.

III

En el "artículo" de este señor "Nanotecnólogo" he encontrado desde su primer párrafo una serie de incongruencias que, evidentemente no podía dejar pasar, más aun cuando éste fue mencionado y hasta recomendado por el mismísimo presidente de la república.

No es lo mismo investigar en el campo de las ciencias sociales que en el de la biología, la física o la medicina. Los métodos de análisis que se usan para cada una de ellas son muy distintos entre sí.

La ciencia aplicada a la medicina tiene un carácter normativo que, dependiendo del objetivo que se persiga alcanzar o resolver con los resultados de la investigación, tendrá (se los aseguro) un tinte de imparcialidad, de asepsia intelectual en donde no importarán para nada las inclinaciones políticas o los conceptos ideológicos que maneje el científico.

En el caso que nos ocupa realmente, el escritor "investigador" vierte un pastiche de conceptos expresados floridamente como no, con un lenguaje que incorpora una serie de términos que impresionan sin duda alguna a quienes no los manejen con regularidad. En dicho texto este ciudadano deja plasmadas frases como esta: "basado en la técnica de producción de partículas intracelulares procedentes de la varicela y el herpes zoster, desde donde procede el Epstein Virus (sic), agente causante del cáncer denominado Linfoma Burkit". Estos tres virus, los del complejo varicela-zoster y el del Epstein-Barr (si es que a él se refiere) son virus con doble cadena de ADN, mientras que el coronavirus productor del COVID-19 posee un ARN de una sola cadena.

El "Doctor" en cuestión escribe en un pasaje de su texto que: "El parásito intracelular denominado "coronavirus" está diseñado en laboratorios para atacar específicamente órganos del cuerpo humano de las razas chinas y las etnias latinoamericanas.", saltándose a la torera el hecho de que las cifras más elevadas de afectados y de decesos se están dando en la vieja Europa y en Norteamérica donde recientemente los casos reportados en los Estados Unidos han sido tantos que colocan a esta nación a la cabeza de los países afectados.

Por allí en otro párrafo del escrito de Quintero dice así: "La frecuencia de la larva intracelular coronavirus "CoV" es de 17 Hz. Para eliminarlo sería necesario emitirle una frecuencia de 445 Mhz lineares y sería eliminado en 23 minutos. Pero con un dispositivo que emita ondas cuadráticas sería suficiente una frecuencia de 1737 Mhz durante 62 segundos!". Considerando que el rango de audición humano para los tonos graves en una persona joven oscila entre las notas de frecuencias bajas que van desde los 16 hasta los 256 Hertz y los agudos que rondan entre los 2 y los 16 kHz, literalmente si ese hipotético jovencito se agachara y prestara atención, escucharía claramente los lamentos de las "larvas" del coronavirus que, seguramente se quejaría amargamente de la sanguinaria humanidad que lo intenta exterminar ahogándolo en bebedizos de malojillo para satisfacer sus ansias de sobrevivir.

Según Quintero -a quien agradezco que por este caso me haya puesto a estudiar-, en la composición del coronavirus que nos atormenta interviene: "El segmento genético no estructural del nsp2 corresponde a segmentos del Mycoplasma incognitus y del parásito causante del Síndrome de Sectisemia (sic) Hemorrágica (VHSV). El VHSV es una larva intracelular parasitaria que produce el síndrome de la hemorragia, la persona se desangra por dentro en tiempo record." Pues le cuento amigo Sirio que la septicemia (que así es como se escribe) hemorrágica viral es una entidad nosológica que afecta a peces tanto marinos como de agua dulce, principalmente a los salmónidos; mientras que la septicemia hemorrágica bacteriana ataca fundamentalmente al ganado vacuno y a los búfalos de agua produciendo la infección el bacilo gran negativo Pasteurella multocida microorganismo que muy eventualmente aqueja a los humanos, como se puede observar en este párrafo ni es un virus ni es el Micoplasma incognitus el causante de la septicemia hemorrágica en humanos, al menos hasta donde pude investigar. AL respecto tomo como referencia un párrafo obtenido del reporte de un caso de septicemia que aunque fue producido por Pasteurella canis sus autores manifiestan: "La septicemia es una complicación infrecuente en infecciones por Pasteurella spp. Según lo que reporta la literatura científica, se han descrito 13 casos en un período de 12 años. (CASALLAS-RIVERA, Martha et al. Septicemia hemorrágica y empiema pleural por Pasteurella canis. Rev. chil. infectol. [online]. 2016, vol.33, n.1 [citado 2020-03-26], pp.85-88. Disponible en: . ISSN 0716-1018. http://dx.doi.org/10.4067/S0716-10182016000100015.) Y cito la fuente como se hace en los artículos científicos.

El "Doctor" Quintero afirma más adelante que: "La Drosophila es un tipo de alga que se forma sobre todo en los cambures maduros y en los plátanos, razón por la cual durante las terapias de Bioelectromedicina Cuántica con Nanotecnología se prohíben los plátanos y cambures maduros." Les informo que la Drosophila no es un alga. ¿Recuerdan ustedes a la mosca de la fruta?, en mi caso particular la recordaré siempre porque en bachillerato junto a otros compañeros, nos empeñamos en reproducir el experimento de Thomas Morgan hasta que, después de muchos cruces, obtuvimos una preciosura de mosquita Drosophila melanogaster con el color de sus ojos alterados, lo que sin sospecharlo impulsó mi acercamiento a la ciencia, ¡Eternamente agradecido con el Profesor Bernard quien me dio biología en tercer año!

IV

Y bien, por todas estas razone y las que ya había analizado en un escrito anterior es que me atrevo a decir que el bendito trabajo de este caballero es un compendio de patrañas sin ningún asidero real, es un fraude hasta que científicamente se demuestre lo contrario.

Ya basta entonces de seguir a "Iluminados", de hacerles caso a profetas y nigromantes. Basta ya de que a través de la televisión se idiotice al pueblo venezolano, de que tengamos que desayunar cada mañana prácticamente en medio de una cadena nacional de espiritistas, lectoras del tarot, astrólogas, médiums y otra serie de videntes que acaparan la programación en vez de emitir programas que eduquen e informen de verdad, y esto ocurre aparentemente con el consentimiento de las autoridades del ramo.

Carlos Pérez Mujica

carlosperezmujica@gmail.com



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