En busca de los cerebros fugados y del talento perdido

 

En los últimos días, los primeros del año, muchos han sido los aspectos sociales, políticos y hasta personales que me han llamado la atención y me han preocupado a la vez… de algunos estoy "ocupándome", de otros, tratando de hacerlo.

Sin embargo quiero referirme solamente a un aspecto que de alguna forma me ha estado afectando en lo personal y que considero está vinculado a la situación general del país. En tal sentido, el asunto tiene que ver con una extraña sensación que al parecer no solo me embarga a mí, sino también a otras personas muy cercanas, y que tiene que ver con la idea acerca de que todo el mundo se está marchando del país.

Al respecto, lo primero que debo dejar en claro es que no tengo ningún problema con las personas que en un momento determinado de sus vidas han optado por irse o piensan en eso. Respeto profundamente su decisión, aunque generalmente no comparto (y no tendría por qué hacerlo) las razones o motivaciones que usualmente éstos esgrimen para irse o haberse ido. Otra cosa que quiero aclarar es que no niego que existe en la actualidad un proceso migratorio (emigración) en donde pareciera que casi todos, de alguna manera, sabemos o conocemos de alguien que se fue o se quiere ir.

De tal manera que me propuse tratar de hallar algunos elementos (digamos que empíricos) que me dieran luces para entender esta "sensación de estarme quedando solo". Por supuesto, traté de echar mano a las fuentes oficiales como el SAIME o el INE acerca de los datos de migración en los últimos años y, definitiva y lamentablemente hay que reconocerlo; no hay, o los que hay no sirven, y si hay algunos que sirvan, no supe cómo llegar a ellos. Lo que si encontré fueron algunos estudios y artículos científicos como el de Anitza Freitez (2011) que entre otras cosas dice precisamente eso: "La oferta de información nacional para el estudio de la migración internacional en Venezuela derivada de procedimientos de enumeración o de registros… revela que se ha restringido el espectro de las estadísticas que se producen, su accesibilidad y oportunidad". Este es otro de los tantos "pelones" de este "gobierno de mis tormentos", parafraseando a Cabrujas.

Lo otro que también encontré fue un gran volumen de noticias e informaciones (sobre todo en internet) acerca de la emigración de venezolanos que al parecer cuentan con determinadas "características" en cuanto a su nivel de formación y capacidades "técnicas e intelectuales". En términos generales a este fenómeno lo catalogan como "fuga de cerebros" o de talentos. Sin embargo, una de las cosas que pude precisar es que dicho fenómeno siempre es referido en base a fuentes muy imprecisas, poco creíbles e interesadas (cuando las hay), tratados de manera muy amarillista y con una manifiesta intención a magnificarlo.

Para muestra, un botón: En el sitio http://www.notilogia.com/2016/01/ aparece la siguiente información: "Un informe sobre el estimado de migración del Banco Mundial (BM) del año 2010 reportó que 521 mil 620 venezolanos emigraron de su tierra natal, dejando atrás una vida que no favorecía el futuro de sus carreras como profesionales. Hoy en día, más del 62% de los vuelos internacionales llevan consigo a al menos 5 personas que desean establecerse y quedarse en el país destino. Este fenómeno ha llevado a Venezuela a ser catalogada como un territorio de emigrantes". De igual manera en www.lapatilla.com/site/2016/07/21/: "En el año 2012 el Banco Mundial calculó que 69.121 personas emigraron del país, una astronómica cifra sin precedentes. Expertos señalan que en el último quinquenio han abandonado el país más de 300.000 personas".

Traté de consultar los mencionados informes del Banco Mundial y los que conseguí no referían nada al respecto, lo otro es que los "cálculos" hechos en los vuelos internacionales no remiten a ninguna fuente y los fulanos "expertos" no son identificados debidamente. Esto pudiera estar contribuyendo al imperio de lo que se ha denominado como la era de la posverdad, es decir; la consolidación de los llamados "hechos alternativos" como fundamentos para la construcción de "las realidades", donde los "hechos concretos y reales" son definidos por los poderes facticos, en este caso los mass media.

En todo caso, además de las cifras reales sobre emigración, otra pregunta crucial sería acerca de cuáles pueden ser las razones que pueden explicar los llamados flujos migratorios, sean éstos de "cerebros" o de gente común. Según algunos demógrafos existen ciertos niveles motivacionales, a saber: a) Nivel Macro: Los estímulos para migrar se encuentran en factores estructurales. b) Nivel Medio: Los estímulos provienen de determinados "circuitos migratorios". Es decir los estímulos provienen de relaciones construidas por individuos a partir de la comunicación e interacción entre los migrantes en el lugar de destino y las localidades de origen. Y c) Nivel Micro: La decisión de migrar se basa en estrategias personales o familiares para enfrentar y superar las dificultades encontradas en los lugares de residencia. De tal manera que: "…la migración puede explicarse a partir de una decisión motivada por un tipo de crisis, de expectativa, de esperanza o de proyección hacia el futuro identificable en cualquiera de estos niveles. Sin embargo, la evidencia sugiere que se trata de un fenómeno de largo plazo que responde a determinantes que también son de largo alcance". (Green y Winters, 2012).

Entonces, de manera estricta, es de suponer que en el nivel macro se pueden ubicar fenómenos como la pobreza extrema generalizada y las crisis o conflictos políticos /armados, como "estímulos" de la emigración, como sería el caso de algunos países africanos, o Colombia hasta no hace mucho, o Siria en la actualidad. Es decir, hay una necesidad extrema, vital, de emigrar, de no hacerlo se corre el riesgo de perderlo todo.

Ahora bien, entiendo que existen personas que desde hace ya casi 20 años, dicen e incluso creen (los más disociados) que en Venezuela estamos a ese nivel. Sin embargo, y reconociendo los problemas que se padecen, cualquier "cerebro" puede entender que eso ha sido más un discurso generado desde una parcialidad política que una realidad por todos compartida. Porque, estemos claros, hay problemas de producción y desabastecimiento de alimentos pero la gente no se muere de hambre en las calles. Hay gente en situación precaria, pero los niños no mueren congelados por el frío invernal como sucede en Perú o Chile. Hay problemas de violencia, pero no es cotidiano que aparezcan cadáveres decapitados o desaparezcan estudiantes y dirigentes como en México.. en fin. De tal manera que las motivaciones o estímulos que puedan tener los llamados "cerebros fugados" para emigrar se ubican más bien en los niveles medio y micro.

Y esto, precisamente, explica en algo las "otras características" que definitivamente si tienen estos emigrantes: El emigrante venezolano, sobre todo el llamado "cerebro", abandona el país no a través de las trochas y los caminos verdes como lo hizo y aún hace el colombiano. No es de los que se arriesga a atravesar el desierto acompañado de los "coyotes chicanos" como lo hacen los centroamericanos. Tampoco es de los que se aventura en precarias embarcaciones a la deriva, no. Buena parte de "nuestros sacrificados" emigrantes lo hacen en avión, algunos incluso en primera clase, y por supuesto no lo hacen desnudos, pero si con poco equipaje para no levantar sospechas. Nuestros cerebros se fugan, eso sí, sin "medio en el bolsillo", porque no llevan bolívares, llevan dólares "raspados" que nos desangraron a todos. Sin embargo, no es justo considerar que todos los cerebros que se fugan se van en las mismas condiciones. No todos tienen los mismos contactos ni las mismas posibilidades de influir en los circuitos migratorios.

Muchos son los cerebros o talentos nuestros que después de una "sesuda reflexión" han concluido que es mejor lavar platos o servir mesas en restaurantes de Maimi o Panamá, o recoger naranjas y olivos en el sur de Europa, o limpiar el culo a los bebés de los españoles en jornadas laborales no menores de 10 horas diarias (todos los días) que ser profesor universitario en Venezuela…Okey, está bien, eso lo respeto, pero por favor no me pidan que piense igual.

De hecho, creo que es esta forma de razonar de nuestros cerebros fugados (algunos de los cuales hasta se declaran perseguidos políticos para lograr prebendas migratorias) la razón por la cual no fueron, ni han sido capaces de estructurar una propuesta política, de convencer a las mayorías, no fueron ni serán capaces de construir una alternativa.

En este punto, coincido en buena parte con lo que mi amigo Johnny Alarcón (2016) plantea en www.aporrea.org/educacion/a223813.html, los que se fueron y los que se piensan ir, no son necesariamente los mejores, de hecho distan mucho de ser considerados como "cerebros". Los mejores son los que deciden quedarse, los que piensan que este país si tiene futuro, los que deciden ayudar con su conocimiento y talento a los suyos. Porque emigrar, al final, también implica un acto de profundo individualismo, de egoísmo. Y en las condiciones en las cuales se fugan nuestros "cerebros", formados y capacitados con el esfuerzo y recursos de todos, como país, como nación, se convierte en un acto de ingratitud, de deslealtad, incluso hasta de traición.

 lenincalderon@gmail.com

 

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 3025 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter