Refundar el IVIC para adecuarlo a los nuevos tiempos

"Reorientar la ciencia y la tecnología para su aprovechamiento social"

  1. EL INVIC Y SU CONTEXTO
  1. Marco Teórico

El cambio tecnológico es un factor impulsor del desarrollo cualitativo de las fuerzas productivas. De hecho, la innovación es un proceso dirigido a incrementar la fuerza social del trabajo, en condiciones impuesta por las relaciones de producción dominantes. En el capitalismo, la innovación se hace para ampliar el mercado y reducir los costos de producción, con vista a incrementar la acumulación del capital. El "progreso" relacionado con la innovación se concibe y se mide en función del proceso de acumulación capitalista, nunca en relación a las necesidades sociales.

Suponer que el cambio tecnológico se gesta fuera de la órbita económica y luego queda a disposición de cualquier persona u organización que lo necesite para satisfacer una necesidad es un espejismo. El capital y el trabajo no son los "factores productivos", cuyas productividad marginal varía según el impacto de las innovaciones absorbidas. Ambos, son los dos polos que constituyen la relación social contradictoria dominante bajo el capitalismo. El primero, expresa la acumulación del trabajo no remunerado a los asalariados, y el otro, es el generador de valor y plusvalía. El desarrollo tecnológico y la innovación es un factor dinamizador de la relación capital-trabajo. La ciencia básica y aplicada es la base que sustenta el desarrollo tecnológico y la innovación. Por ello, también tiende a gravitar sobre el proceso de acumulación capitalista en la medida en que su financiamiento y legitimación, generalmente está condicionado a su potencial para provocar cambios tecnológicos. Un ejemplo de esto, es el desarrollo que históricamente ha tenido la química y la física estimulada por el desarrollo de la manufactura, la agricultura, la industria militar y aeroespacial.

El cambio tecnológico puede interpretarse como el equivalente al desarrollo de las fuerzas productivas. Así, este varía según la variación de la actividad económica, la cual está determinada por la inversión y las crisis periódicas del sistema capitalista, debido al ascenso o descenso de la tasa de ganancia. Es así como el dinamismo tecnológico inherente al capitalismo, está determinado por la crisis y procesos de valorización o desvalorización del capital. Empero, existe una interdependencia del factor tecnológico con la producción, la cual no se adapta inercialmente a los cambios de la oferta y la demanda, generándose una contradicción entre la estabilidad requerida por el proceso productivo y la volatilidad de los mercados. En todo caso, el cambio tecnológico impacta las relaciones económicas, por ello la innovación no puede ser neutral, porque afecta la relación entre el capital y el trabajo. La nueva estructura tecnológica no es otra cosa que trabajo objetivado, derivado del proceso social de acumulación para incrementar la plusvalía y la tasa de ganancia. En ese sentido la innovación concebida como un factor de la producción, en el capitalismo opera como un instrumento de explotación social. Dicho de otra manera, mientras que los científicos y tecnólogos hacen ciencia y tecnología, los capitalistas se quedan con los beneficios y se apropian del conocimiento para explotarlo comercialmente. Por ello, el capital requiere de la innovación permanente para garantizar que el proceso de acumulación no se detenga y la tasa a la cual se realiza estimule la inversión y la producción. La lógica del capital es que "lo técnicamente viable debe ser económicamente factible", vale decir, debe garantizar la rentabilidad estimada con base en la tasa de ganancia esperada. Sin embargo, el trabajo objetivado en la tecnología y la innovación, no necesariamente está atado al capital, porque así como sirve para valorizar los bienes producidos como mercancías, también podría asumirse como un bien social aplicable para satisfacer las necesidades sociales, como un bien de uso destinado al bienestar social. No es el capital el que genera la innovación sino los trabajadores, por lo tanto, al cambiar las relaciones de producción capitalista se libera el trabajo creador e innovador como fuerza de cambio, hacia la construcción de una sociedad basada en la solidaridad y en la acumulación social del producto del mismo.

El desarrollo tecnológico conducido por la lógica de la acumulación capitalista, hace que la ciencia y la tecnología no tenga límites para explotar la naturaleza como fuente primaria del proceso de acumulación, desemboca en crisis de sobreproducción y ambientales. En una economía postcapitalista basada en las necesidades, la planificación orienta la innovación, sin desalentarla, hacia el bienestar social, liberándola de la dictadura del capital. La tecnología puede servir al capital o servir al bien común, de ahí que no puede ser neutral. Por lo tanto, una política pública orientada a la transformación de las relaciones de producción, tiene que estimular la socialización del conocimiento y el desarrollo de un modelo de investigación enmarcado en el plan de la nación y en los planes sectoriales e institucionales, en los cuales están definido las estrategias y acciones para impulsar el desarrollo de la ciencia y la tecnología, como instrumentos de la transformación económica y social hacia la construcción del nuevo modelo socioproductivo diversificado que consolide la independencia, en la transición a una sociedad libre, justa, de iguales, democrática y participativa

  1. El debate sustantivo

El punto de partida hay que situarlo en los logros alcanzados por la revolución en materia de Ciencia y Tecnología e Innovación: masificación de la matrícula universitaria, marco jurídico (LOCTI), financiamiento (4.434 MM/2012), apoyo a los investigadores e innovadores/10.182 (2012) de 1537 (1999), cooperación internacional, infraestructura tecnológica (satélites SB y Miranda) ,incremento de la penetración de internet y telefonías (expansión de la fibra óptica), industrias de base tecnológica (en samblaje de teléfonos celulares y canaimita), software educativos.

El desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación es una actividad transversal que toca todos los objetivos pero al mismo tiempo está determinada por ellos. Esto significa que la agenda (prioridades), el modelo conceptual y de gestión de la CYTI y, sus políticas públicas deben ser consistente con dichos objetivos, partiendo de la base que el conocimiento es un bien social y solo tienen pertinencia en tanto y en cuanto se difunde, se realiza y se acumula socialmente, vale decir propende al bien común. Esto último se contrapone con la concepción liberal individualista, que condiciona el conocimiento a su utilidad para generar ganancias al capital (proceso de acumulación).

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Si bien plantear la transformación del IVIC es una tarea consistente con la necesidad de fortalecer el sector de ciencia y tecnología, para adecuarlo a los nuevos tiempos y poner a esa institución emblemática en sintonía con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, no se puede transformar una realidad que no se conoce en profundidad y sin hurgar en su proceso histórico. De ahí que todo proyecto de transformación institucional, como el que está planteado para el IVIC, debe tener como punto de partida un diagnóstico, un balance histórico crítico que valore en su contexto el acervo patrimonial acumulado, los errores y desaciertos, las debilidades y fortalezas, las potencialidades y fallas estructurales, evaluadas desde la perspectiva de la transformación social, para acoplar las capacidades institucionales al cambio estructural de la sociedad, con la direccionalidad que el imprime el Programa de la Patria

Esta reflexión la hacemos persuadidos de la necesidad de impulsar un amplio debate nacional sobre el proyecto de ley de transformación del IVIC, ya aprobado en primera discusión por la Asamblea Nacional, al cual se está convocando al pueblo con vista a su segunda discusión. Como se sabe, la primera discusión se refiere a la base conceptual y programática de la ley, su carácter orgánico o especial, a su título y exposición de motivos, en los que se sintetiza su propósito y razón. La discusión detallada del articulado de la ley corresponde a la segunda discusión. La consulta popular a la que se refiere la Constitución y el Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional, es válida en todo el proceso de formación de las leyes, sin embargo, en esta oportunidad se ha limitado a la segunda discusión. Antes de entrar al articulado en el cual se formaliza la norma, hay que debatir sobre su pertinencia y enfoque conceptual. "Primero hay que ver el bosque para luego detallar los árboles", de lo contrario corremos el riesgo de hacer un debate centrado en los detalles, en lo formal, obviando lo sustantivo.

Estamos obligados a desarrollar un análisis histórico del IVIC, una evaluación de su situación actual y de la propuesta de su transformación contenida en el proyecto de ley en curso. El debate sustantivo debe responder al menos las preguntas siguientes: ¿Por qué hay que transformar el IVIC? ¿Cuál es el alcance del cambio planteado? ¿Qué es lo que hay que cambiar? ¿Cómo debe desarrollarse el proceso de cambio? ¿Cuáles son los impactos que tendrá el cambio? ¿Con que modelo de gestión e investigación debe construirse el nuevo IVIC?

  1. Un proyecto visionario

La fundación del IVIC fue precedida por un debate entre dos puntos de vista sobre la misión y la estrategia para construir en el país una capacidad para hacer ciencia. Mientras que el científico venezolano Fernández Morán, visualizaba el establecimiento a "largo plazo" de una institución concentrada en la investigación, los médicos Francisco De Venanzi y Marcel Roche de ASOVAC creadores del "Instituto de Investigaciones Médicas" de la Fundación Luis Roche" (FLR), creían en las potencialidades de los venezolanos para hacer ciencia a "corto plazo" a partir de problemas nacionales", a través de la creación de un centro universitario de formación de científicos, lo cual posteriormente se materializó con la fundación de la Facultad de Ciencias de la UCV. Sin embargo, ambos coincidían en que el trabajo científico debía vincularse a la generación de conocimiento en el ámbito internacional. Por otra parte, el también científico y médico venezolano, Humberto Fernández Morán logró el apoyo de Pérez Jiménez para fundar el Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales (IVNIC), el cual además de estudios cerebrales incluyó la instalación de un reactor nuclear, contando con una plantilla de investigadores extranjeros, sin que hubiese logrado formalizar en su gestión la formación de investigadores nacionales.

Los precursores del IVIC tenían como ámbito común la investigación en biomedicina. En 1959 la Junta de Gobierno presidida por Edgar Sanabria creó el Instituto Venezolano de Investigaciones Científica (IVIC) con el patrimonio del IVNIC, adscrito al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social (MSAS), orientado a la investigación en diversas disciplinas científicas -biología, química, física y matemática- y al establecimiento de una plantilla permanente de profesionales venezolanos, dedicados exclusivamente a la investigación y a la formación en postgrado. Simultáneamente se creó la Facultad de Ciencias en la UCV impulsada por Roche y De Venanzi. El decreto ejecutivo que dio origen al IVIC estableció como principio "la libertad de investigación y comunicación científica," el cual se mantiene en la ley vigente, sin que se haya regulado y definido el alcance de esta libertad en la normativa que rige el Instituto. En la práctica ésta fue asumida como un derecho del investigador a escoger su proyecto de investigación siguiendo sus motivaciones personales, con el compromiso de hacer ciencia de excelencia de alcance universal, sujeto a su evaluación según los trabajos publicados en revistas internacionales arbitradas por sus "pares calificados".

Esta "individualización" del trabajo de investigación, que hace opcional seguir o no los lineamientos de un "plan institucional", articulado con las necesidades del país en materia de ciencia, tecnología e innovación, dio lugar a un modelo de investigación por ramas. Este se basa en el desarrollo del proyecto individual del investigador, evaluable a través de la publicación del mayor número de "paper" en dichas revistas internacionales. Esto no quiere decir, que todas las investigaciones del IVIC históricamente no hayan estado relacionadas con problemas nacionales y que de hecho no existan logros importantes en ese sentido, sino que en última instancia estás no necesariamente tiene que estar relacionados con las necesidades y objetivos nacionales.

En todo caso, lo importante es reconocer que es posible hacer ciencia excelente de alcance universal a partir del abordaje de problemas y necesidades nacionales, como inicialmente lo plantearon los fundadores del IVC, enmarcando la investigación dentro de los lineamientos del Plan de la Nación, de los proyectos y políticas públicas derivadas del mismo.

Del seno del IVIC nació el Centro de Investigaciones Tecnológicas (1971) orientado al desarrollo tecnológico, con el propósito de apoyar a la industria enfocándose en el petróleo, la petroquímica y la ingeniería. Esta iniciativa permitió conformar una plantilla de investigadores en áreas tecnológicas, cuya evaluación a los fines de su clasificación ya no podía ser realizada exclusivamente con base en los mismos parámetros, que venían siendo aplicados a los investigadores adscritos a las ciencias básicas y esto lógicamente planteo en su interior, un debate sobre cómo manejar esa contradicción. El IVIC, para entonces bajo la dirección de Luis M Carbonell (1969-1974), impulsaba la idea de convertir la institución en un centro generador de "soluciones tecnológicas útiles", que combinara la investigación básica, aplicada y tecnológica. Con la aplicación de este modelo se intentó romper el "exclusivismo científico", que veía como una amenaza a su quehacer, la directiva de articular ciencia pura y ciencia aplicada, investigación científica e investigación tecnológica o en la coexistencia de ambas y también de las ciencias sociales, porque supuestamente ello traería consigo la "injerencia de la política" como un "factor perturbador de la paz institucional".

En estas circunstancias se produjo la nacionalización petrolera y ello provocó que el grupo de petróleo y petroquímica montaran tienda aparte (INTEVEP). Lo mismo ocurrió con el Centro de Ingeniería que dio origen al actual Fundación Instituto de Ingeniería. Estos desprendimientos atenuaron las tensiones internas pero, quedó pendiente el debate sobre la transformación del modelo de gestión del IVIC repensándolo desde la perspectiva de la realidad nacional y latinoamericana.

  1. Situación Actual del IVIC

Para tener una idea del trabajo que viene desarrollando el IVIC y de sus aportes a la sociedad venezolana, hemos tomado como base el informe anual de 2013 de la institución, el cual aporta los datos siguientes:

La misión del IVIC es: "promover y generar nuevos conocimientos a través de la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la formación de recursos humanos de alto nivel; para lo cual el instituto será fuente de acopio informativo en el área, asesor y facilitador de servicios externos que garanticen el acceso directo, la difusión y popularización del conocimiento en Venezuela y en el mundo". Según esta definición del papel que debe jugar el IVIC se aproxima a la concepción de sus fundadores y va más allá del contenido de la ley vigente (artículo 1) al destacar sus roles en la investigación científica y tecnológica para generar conocimientos en ambos campos, la formación del talento humano de alto nivel enfocado hacia la investigación, la construcción de un acervo informativo en ciencia y tecnología y, la prestación de servicios. También se acerca al contenido del proyecto de ley del IVECIT en discusión en la AN diferenciándose en que en este se explicita la función de promover estas actividades de manera corresponsable con las comunidades".

Consta de 16 Centros de Investigación, 3 Centros Internacionales, 4 Departamentos de Investigación, 1 Escuela de Postgrado y 3 sedes regionales -Higuerote, Mérida y Zulia- que atienden ramas científicas y tecnológicas. Si bien su ámbito de acción originalmente se dirigió a las ciencias básica y sociales -Física, Química, Biología, Matemática y Antropología- hoy también incluye subramas de éstas -Biología Estructural, Microbiología y Biología Molecular, Biofísica y Bioquímica, Botánica y Agroforestal, Medicina Experimental y Biomedicina, Biología Estructural, Química Medicinal, Química Microbiana, Genética Forense- así mismo también áreas tecnológicas -Ingeniería de Materiales y Nanotecnología, Tecnología de los Materiales y Ambiente, Fotocatálisis y Energías Alternativas, Tecnología Nuclear, Reciclaje de Residuos, Meteorología, Fotografía Científica, Diseño y mantenimiento de equipos científicos- de gran importancia para el desarrollo tecnológico del país. Esta orientación confirma el carácter mixto del IVIC como centro de investigación científico, tecnológico e innovación.

Otro aspecto que destaca el informe 2013 es el papel que juega el IVIC como centro de información avanzado en materia de "ciencia, tecnología e innovación y democratización del conocimiento", a través de "la Biblioteca Marcel Roche que ofrece a la comunidad, sin distinciones sociales, acceso directo y permanente (24H) sus colecciones electrónicas y bases de datos internacionales, con 8000 títulos en todas las áreas del saber" combinado con "el acceso a publicaciones periódicas y bases de datos de 17 instituciones".

Según el informe 2013, el IVIC en ese año adelantó 336 proyectos de investigación básica y aplicada "enmarcada dentro de las áreas estratégicas de la Nación" en: salud (112), ambiente (111), energía y petróleo (51), minería, metalurgia y materiales (27), política y sociedad (12), educación (10), soberanía alimentaria (9), desarrollo industrial (3) y telecomunicaciones (1). También menciona que de las investigaciones desarrolladas se han obtenido productos potencialmente escalable para su producción industrial dentro de los cuales se destacan: "Kit de pruebas rápida de diagnóstico para detectar enfermedades infecciosas e infectocontagiosas, en nutrición, intoxicación por consumo de mariscos (marea roja) y picadas de escorpiones, medio acuoso para mantener córneas esterilización de productos con rayos gamma, remediación de suelos contaminados por el coque de petróleo, uso de energía solar para el tratamiento de agua y aire contaminado, celdas solares híbridas para el desarrollo de energías limpias, catalizadores para el tratamiento de crudos, producción de hidrógeno a partir del gas natural, filtros adsorbentes a base de carbón activado, biodiesel a base de arcillas venezolanas, software de aprendizaje para química de noveno grado de educación media, tejas de polímeros para viviendas, carburos y nitruros para aplicación en metalmecánica, kit diagnóstico para detectar virus en cultivos. Todos estos proyectos se ejecutaron con el financiamiento del MPPCTI a través de la LOCTI y del PEII".

Respecto del Área de Formación del talento humano el informe se refiere al programa de postgrado del IVIC que abarca las áreas siguientes: "Antropología, Bioquímica, Fisiología Y Biofísica, Genética Humana, Inmunología, Microbiología, Biología de la Reproducción Humana, Estudios Sociales de la Ciencia, Física, Matemática, Química, Física Médica y Modelo Aleatorios". En 2013 ingresaron 464 y egresaron 250 profesionales.

El indicador que tradicionalmente utiliza la Comisión Clasificadora para medir el nivel de producción científica de los investigadores, es el número de sus publicaciones internacionales y nacionales. La primera supone el aval que otorgan las revistas científicas arbitradas según su prestigio en la "comunidad científica internacional" y la segunda se orientan a la divulgación con fines informativos y pedagógicos. En la tabla siguiente se muestran resultados para 2013 que habría que compararlos con la producción media de los países latinoamericanos como mínimo.

 
   

 



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Gustavo Márquez Marín

Carabobeño, nacido en Valencia, ingeniero egresado de la Universidad de Carabobo donde también ejerció la docencia, durante la gestión del Presidente Hugo Chávez se desempeñó como Ministro de Industria y Comercio (1999), Ministro de Estado para la Integración y Comercio Exterior (2005-2007), Embajador en Austria y Representante Permanente ante los Organismos de Naciones Unidas en Viena (2001-2004), Comisario General del Pabellón de Venezuela en la Expo 2000 Hannover (1999-2001) y Miembro de la Comisión de Negociación con Colombia de las Áreas Marinas y Submarinas (1999-2001).

 gamarquez2@yahoo.com

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