2 de enero de 2017.- En medio de la incertidumbre política-social que atraviesa Venezuela en este momento, varios elementos vienen agitando a la población. Entre intentos oficiales por parte del estado-gobierno de aplicar mecanismos, que en opinión de algunos es “colocar pañitos de agua tibia”, las empresas privadas y otros grandes poderes del país aplican sus medidas como lo son el aumento desmedido de precios. Así tenemos por un lado, aumentos salariales y por el otro aumento de precios de los productos de primera necesidad.
En este sentido, el gobierno hace un nuevo ajuste salarial del 40% ahora a comienzos de año 2018 después de 5 aumentos en 2017, lo que parece no resolver nada considerando que las empresas cabalgan al sueldo nacional subiendo sin piedad los precios de los productos.
Aporrea.org entrevista a varias personas en la ciudad de Mérida. La señora Raíza Méndez opina que “el país sigue viviendo de importaciones, de la renta petrolera, cuyo precio está debajo del precio habitual de otras épocas, lo que trae como consecuencia que no veamos solución a la situación económica”
Asimismo, Gloria Moreno opina que “La tierra, entre otras formas de organizarse para subsistir, tiene como en una especie de prohibición secreta, donde quien se atreva a hacerlo es más bien aplastado por la costumbre vieja y arrugada de no arriesgarse a vivir la autogestión, parece que viviéramos bajo cierta impotencia, “La impotencia de la fe”.
Maigualida Rángel nos dice. "No necesitamos más aumentos salariales, necesitamos políticas efectivas que nos permitan vivir decentemente. El aumento salarial con bono de alimentación incluido no ns alcanza para hacer un mercado y comer tres veces al día como Dios manda"
Así comenta la gente en las calles de la ciudad de Mérida, que vive lo que desde el gobierno y desde las empresas se aplica en la política nacional y que afecta directamente el bolsillo del venezolano.