Ruralidades

Anzoátegui

Somos del  Estado Anzoátegui. No “Anzoátigue”. Ya, desde antes de Simón Bolívar en batalla libertaria, nos le habían puesto el nombre de Barcelona al poblado ribereño de nuestro río Neverí, en semejanza a la ya metrópoli española. Claro, si fueron los de allá los que decretaron y nosotros acatamos. Y, de paso, nos gustó. Por ello y al transcurrir de los años, cuando pudimos beber de los primeros  biberones con las aguas cristalinas que bajan del Turimiquire, aprendimos a querer más a nuestra Capital del Estado. 

Por eso nos duele cuando en otras regiones del país los vacacionistas exaltan las bellezas naturales de Puerto La Cruz, Cumaná, Carúpano, Margarita, que sí las tienen, y a Barcelona (pobre de nuestra Barcelona) ni siquiera la nombran. 

¿Mala suerte, como dicen los sortarios? Es posible. Pero ¿cómo explicar tanta mala suerte para que tantos gobernantes se emboten mentalmente y se olviden que están plantados en tierra de héroes? Como si las tierras todas y su gente no mereciéramos un cariño de quienes fueron seleccionados por los que sufren la ignorancia que no esperábamos. En este caso, el río Neverí es un espejo. 

Y que no se venga a celebrar, ahora, estas  palabras escritas. Como el que antes no estuvo por acá. No es desde ayer que se abre camino largo para que los visitantes a la región oriental de Venezuela pasen como con gríngolas por los límites de Barcelona, de manera que no se den por enterados de los “perfumes” que orillan y pasan raudos por los poderes legislativos hasta el pobre río Neverí. 

Que no se ufanen los siete diputados a la Asamblea Nacional porque en el 2010 “barrieron en Anzoátegui” (no Anzoátigue). Aquello fue como una confusión de la que el lastre queda en el asiento. Los golpes también enseñan. Nos metieron quiquiriguique.. Los vimos en Mesones y en Tronconal. Nos mordimos la arrechera y vimos a los lados. Estuvimos solos como la misma Barcelona cuando los gobernantes de turno silban a los pajaritos. 

Entonces compatriotas, nuestra Barcelona y nuestro Neverí no es que sean malosos. Y vaya eso de “mala suerte”, a los ladrones del “cuino”, que bien lejos están. Y si en lo que falta de este año 2012 ningún gobernante se ocupa de informar que la Capital de Nuestro Estado Anzoátegui (no Anzoatigue) es Barcelona, ubicada a ambos lados del río Neverí, nos ocuparemos nosotros. De paso y aunado a nuestro celo barcelonés, vigilaremos para que no vuelvan los sempiternos que ubicaron a la Polar en Ojo de Agua para no dejar respirar las aguas de nuestro río, de manera que los alegres viajeros le digan foo. 

Y que se sepa que esos mismos “hombres polar” fueron los que financiaron a la pandilla que arrojó fuego al horno de la tortilla que todavía se cocina por un solo lado. Se le quemará. Las primarias lo dirán mejor. 

Patria, Socialismo o barbarie. Venceremos!                                                         

pedromendez_bna@yahoo.es



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Pedro Méndez


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