Por eso nos
duele cuando en otras regiones del país los vacacionistas exaltan las
bellezas naturales de Puerto La Cruz, Cumaná, Carúpano, Margarita,
que sí las tienen, y a Barcelona (pobre de nuestra Barcelona) ni siquiera
la nombran.
¿Mala suerte,
como dicen los sortarios? Es posible. Pero ¿cómo explicar tanta mala
suerte para que tantos gobernantes se emboten mentalmente y se olviden
que están plantados en tierra de héroes? Como si las tierras todas
y su gente no mereciéramos un cariño de quienes fueron seleccionados
por los que sufren la ignorancia que no esperábamos. En este caso,
el río Neverí es un espejo.
Y que no se
venga a celebrar, ahora, estas palabras escritas. Como el que
antes no estuvo por acá. No es desde ayer que se abre camino largo
para que los visitantes a la región oriental de Venezuela pasen como
con gríngolas por los límites de Barcelona, de manera que no se den
por enterados de los “perfumes” que orillan y pasan raudos por los
poderes legislativos hasta el pobre río Neverí.
Que no se ufanen
los siete diputados a la Asamblea Nacional porque en el 2010 “barrieron
en Anzoátegui” (no Anzoátigue). Aquello fue como una confusión
de la que el lastre queda en el asiento. Los golpes también enseñan.
Nos metieron quiquiriguique.. Los vimos en Mesones y en Tronconal. Nos
mordimos la arrechera y vimos a los lados. Estuvimos solos como la misma
Barcelona cuando los gobernantes de turno silban a los pajaritos.
Entonces compatriotas,
nuestra Barcelona y nuestro Neverí no es que sean malosos. Y vaya eso
de “mala suerte”, a los ladrones del “cuino”, que bien lejos
están. Y si en lo que falta de este año 2012 ningún gobernante se
ocupa de informar que la Capital de Nuestro Estado Anzoátegui (no Anzoatigue)
es Barcelona, ubicada a ambos lados del río Neverí, nos ocuparemos
nosotros. De paso y aunado a nuestro celo barcelonés, vigilaremos para
que no vuelvan los sempiternos que ubicaron a la Polar en Ojo de Agua
para no dejar respirar las aguas de nuestro río, de manera que los
alegres viajeros le digan foo.
Y que se sepa
que esos mismos “hombres polar” fueron los que financiaron a la
pandilla que arrojó fuego al horno de la tortilla que todavía se cocina
por un solo lado. Se le quemará. Las primarias lo dirán mejor.