Visión ecosocialista para las ciudades comunales

En el debate para la consulta pública de La Ley Orgánica de las Ciudades Comunales, se viene nutriendo un cuerpo normativo, aportado por el pueblo que se transformó en legislador de Base. Pero esa entidad colectiva pensante tiene una particularidad inédita, en el marco de las discusiones artículo por artículo de una Ley.

Hoy su caracterización a estado muy nutrida sectorialmente en lo organizativo sociopolítico por lo cualello, le da una connotación destacada sobre diferentes ópticas o contextos, donde nos encontramos con la visión Ecosocialista de una Ciudad Comunal.

Sin dejar de tener elementos de fondo que la cataloguen como Idealista, no escatimamos sueños, utopías, esperanzas y tránsitos concretos para lograr consolidar un modelo de Ciudad acorde a las exigencias en modernidad pero donde también prive el confort humano o estado de satisfacción de necesidades básicas para vivir con decoro, sin lujos pero sin limitaciones carenciales, las normas propias del Buen Vivir, lo educativo formativo, el hecho económico bajo conceptos de La Otra Economía, el manejo sanitario de Salud Integral, la perspectiva futura de perpetuidad societaria, el relacionamiento social sin explotación de uno a los otros u otras, el factor productivo armónico, la extracción, el manejo y uso de la materia prima, la planificación del ordenamiento territorial, la seguridad y defensa de la nación, de bienes y personas, el plan de desarrollo urbano ambientalmente sustentado de la Ciudad Comunal con amplitud propia del crecimiento armónico, no exponencial, la vida lúdica, recreacional y de esparcimiento humano, el concepto ideológico de lo propio, lo privado, lo colectivo, lo comunitario o comunal y por supuesto la sensibilidad por lo natural y el respeto, cuido y reconocimiento a la Madre Tierra como único sostén de la Vida.

Llevar todo este dossier de ítems ciudadanos, más los que faltan, a un constructo normativo que se haga ley, nos parece una labor cónsona con el mandato del pueblo legislador y nos atrevemos a identificar desordenadamente, algunos elementos propios de La Ciudad Comunal que nos merecemos:

1. Debe tener todos los servicios públicos garantizados y funcionando o en vías de operatividad. (Agua potable, Gas, Energía Eléctrica, Manejo de Residuos sólidos y Aguas Residuales, Comunicación telefónica, Comunicación digital).

2. Debe tener un espacio territorial acorde con la capacidad de sustento y carga poblacional idónea en el marco del Buen Vivir. El Concepto de Ciudad Comunal debe migrar a la Ciudad Ambientalmente sustentada, donde la dinámica de vida sea acorde con el Buen Vivir, ubicar un número de individuos reconocidos como familia en un espacio de metros cuadrados del área ocupada y con posibilidad de ampliación hasta un número determinado de Hectáreas. Algo así como la planificación de vida Yanomami, donde el Shabono alberga un número determinado de personas y al sobrepasarse dicha carga humana, inmediatamente se organiza la separación de un grupo para el establecimiento de un nuevo Shabono.

Esto va en contra de las megalópolis o macro ciudades y que del mundo moderno, donde se impone la mercantilización de la vida, el hacinamiento urbano, así quiera organizarse espacialmente con edificios, rascacielos o monumentos arquitectónicos retadores de la coherencia humana. Hemos vivido las penurias ocasionadas por el ataque terrorista al sistema eléctrico nacional, la revuelta callejera de Guarimbas violentas donde se masacra al pueblo inerme además de hacer la vida un caos para toda la población. Ello se corresponde a un estado organizativo de grupos opositores anti patria y que aprovechan el modelo urbano de las ciudades copias del eurocentrismo colonial.

Es más con la aparición del Covid19 como Pandemia, ha quedado demostrado que la ciudad superpoblada es más proclive a la diseminación de las enfermedades infecto contagiosas, con efectos devastadores en cuanto a morbilidad y mortalidad.

3. Todos y toda la Población Joven debe tener garantía de estudio, formación y capacitación para desenvolverse como Eco ciudadano Comunal.

4. Igualmente dicha población debe tener oportunidad de soñar su futuro socio productivo, hacer deporte, recrearse, divertirse, iniciar su proceso de organización sectorial, aprender a cumplir deberes calibrando sus derechos, interrelacionarse grupalmente y comunitariamente.

5. La Ciudad Comunal ideal debe tener en lo concreto una arquitectónica de servicios de uso común, para el traslado de un lugar a otro en transporte público y privado, donde se resuelva el problema de la contingencia con creatividad y racionalidad.

 La energía de movimiento debe ser diversa, lógicamente por ser un país petrolero, la fósil está en primera opción, no obstantedebemos operar la energía eléctrica, la bioenergía, la tracción animal, la tracción humana con ciclos, carretas y hasta patinetas o patines.

 Atrevernos a diversificar el movimiento humano y de mercancías nos debe obligar a pensar en diversificar su operatividad, abaratando costos, haciéndolo menos oneroso ni anclado al modus vivencial de las trasnacionales del lobby automotor de gasoil y gasolina. Hemos de romper ese paradigma del transporte masivo internodal de corta distancia. Para ello usaríamos todas las opciones posibles acordes con la disponibilidad de equipos y planificación de su circulación idónea y segura.

 Es por demás incongruente que teniendo el país casi surcado por ríos navegables y tributarios del Padre Rio Orinoco (70% de su Gran Hoya), no tengamos un sistema de transporte fluvial idóneo a esa característica privilegiada en lo geográfico espacial de corredores navegables. Es más podemos acotar que estamos de espalda a esa potencial caracterización..

 En el mismo contexto vial, para el traslado entre sitios equidistantes de una ciudad comunal, nos parece clave el uso de la acera con su brocal y cuneta, la ciclo vía, los estacionamiento para motorizados y ciclistas en momentos de lluvia, las paradas organizadas, los establecimientos para alquiler de ciclos y motocicletas eléctricas, la carretas de transporte a tracción de sangre animal y de humanos. Esta visión de traslado, transporte y comunicación inter comunas y ciudades comunales dará al traste con la recurrente crisis inducida del transporte urbano en manos del desorden mercantilista.

6. La Ciudad Comunal debe verse a si misma en el marco de su autogobierno, su organización y competencia como un espacio humano de dinámica societaria que busca armonizar la vida para alcanzar puntualmente un grado de felicidad inigualable en el umbral de las contradicciones propias de los humanos juntos. Debe existir un acuerdo tácito de vida, una nueva forma de relacionarse donde no prive el tener, lo mercadeable, la usura, la competencia desleal. Es de hacer notar que mientras más se amplía el espacio urbano de vida, más se diluye el cuerpo normativo de la misma. En ese sentido los Cuadrantes de Paz Comunales, La Justicia de Paz Comunal, la Organización RASS en lo Comunal y sus diferentes vocerías ocupadas por gente practicante de estas nuevas formas de avanzadas en el poder local comunitario, se harán sentir en el orden de la evolución de lo propuesto en el concepto del Estado Comunal.

7. Una Ciudad Comunal debe tener garantizado el consumo alimentario de su población en lo atinente a Carbohidratos, Proteínas y Grasas según los requerimientos humanos, a ello debe agregarse las necesidades suplementarias en vitaminas, minerales macro y micro, fibra, activadores de la absorción intestinal, facilitadores de la digestión, pro bióticos, estabilizadores del proceso digestivo y todo esto visto desde el punto de vista agroecológico o natural. Apelando a lo sintético bajo estrictas necesidades terapéuticas de urgencias metabólicas.

 Para ello debe planificar y ejecutar, de acuerdo a sus parámetros de consumo y preferencias culinarias de usos y costumbres, un plan comunal de producción agroecológica en sitio (Patios, áreas y corredores productivos). También debe incorporar a dicho Plan,eldesarrollo de áreas productivas en Escuelas y centros docentes, en patios de industrias y comercios y en el perímetro de instituciones públicas y privadas y por supuesto con mucho tino la Siembra Rural con el desarrollo de diversas formas de cultivos semi intensivos pero privilegiando la agroecología como modelo de agricultura de la vida. Negarnos al uso de venenos, insumos sintéticos y ciertas tecnologías ultra dependientes y costosas, nos obliga a abrir puertas para la diseminación de las técnicas orgánicas y naturales.

 En fin, el alimento sano, de cantidad necesaria, oportuno, de costos justos, diverso, nutritivo y de cosecha en temporada debe estar entre las normas propias e ineludibles en una Ciudad Comunal. Sin negar que en la dinámica comercial de la ciudad estén presentes rubros exógenos, delicadeces y golosinas, pero nunca desplazando el aprovisionamiento ni distribución de lo local, lo soberano y sabroso.

8. El Aire que se respire en una Ciudad Comunal debe estar entre los estándares de calidad, establecidos por las Naciones Unidas en lo atinente a Calidad de Vida de la Población. Ello va muy ligado al número de vehículos en uso por mil habitantes de la CC. Dichos valores deben tender a la baja en promedio mundial, porque queremos que la gente viva en una ciudad limpia, donde las partículas en suspensión no agredan la capacidad respiratoria de los pulmones de los seres vivos. Ello deriva en normas de estricto cumplimiento para el control y eliminación de emisiones al aire de diferentes sustancias gaseosas o en partículas.

 No nada más los vehículos inciden en esta caracterización, porque la quema de basura, la emisión de los fogones, la tala y quema de konucos rurales, chimeneas de cocinas a leña, de fritangas, industrias, el barrido de patios y calles, la obras de construcción y otros oficios artesanales con emisiones al aire, deben ser medidos y normados para garantizar el estándar de Vida Comunal.

 Sobre este ítems muy bien pudiéramos establecer como norma: Que toda Ciudad Comunal que adquiera rango legal de funcionamiento, debe tener 12 metros cuadrados de Área Verde por Habitante y en ello determinar su influencia sobre la calidad del Aire, el confort urbano, la belleza escénica paisajística, la presencia de diversidad faunística e insectívora dependiente de los árboles, la mitigación del cambio climático, la diversidad de frutos comestibles, la absorción de Dióxido de Carbono, la liberación de Oxigeno, el secuestro de carbono de la atmósfera y un sinfín de tributos inmateriales que nos proveen la energía natural de esos elementos asociados a la Vida.

9. Cada Ciudad Comunal debe tener en detalle una Cartilla Social y Productiva en escala cartográfica y con elementos tecnológicos apropiados para leerla, interpretarla y ayudar a tomar decisiones en lo local, con visión regional, nacional e internacional, como un todo integrado.

 Ella estará presta a alimentarla trimestralmente y darnos con propiedad de alerta temprana, los indicadores de avance o deterioro de la Vida activa en la Ciudad Comunal. Por ejemplo el incremento de afecciones cardiacas en la población de la comuna, sea estratificada, por género o por alguna incidencia de otro tipo que amerite someter a estudio especial y desarrollar políticas de salud idóneas para dicha eventualidad.

 La casuística detectada determinara un número de acciones concertadas de conocimiento de la población, con posibilidad de opinar y participar en acciones concretas para atacar la eventualidad, como el consumo de infusiones o té de plantas que actúen en la prevención y control de la patología cardiológica y en ese sentido acelerar el cultivo en jardines, cosecharla, secarla, almacenarla y redistribuirla con su receta incluida. Todo el mundo sabe cómo hacerlo y nadie se queda sin hacerlo.

10. El inventario de oficios y tareas productivas que dinamizaran la Economía Comunal, debe estar inventariado, caracterizado y ubicada en la cartografía comunal como potencialidad, activo, en inactividad y sectorizado. Sobre esta eventualidad se cierne una gran riqueza participativa y protagónica. Porque sobre ella recae el flujo económico Comunal, la experticia de la población, la fortaleza sectorial y por supuesto la satisfacción de necesidades con insumos y servicios de gran valor agregado.

 Casi seguro tocaremos algunos y muchos otros no serán colocados pero la gente sabe que existen se hacen y generan flujo microeconómico, como lo son:

• Reparación de piezas y artefactos electrodomésticos.

• Reparación de Vehículos automotores.

• Restauración de viviendas y edificaciones.

• Reparación de equipos de telecomunicación.

• Reparación y formateo de Equipos de Computación.

• Reparaciones Eléctricas y mecánicas en general o específicas.

• Carpintería, Herrería, Ebanistería, Fontanería, Albañilería, Decoración y pintura de fachadas, interior y anexos, Poda y limpieza de jardines. Mantenimiento de cualquier tipo de infraestructura de servicios públicos.

• Preparación de alimentos y bebidas caceras.

• Limpieza y mantenimiento de Hogares u Oficinas.

• Embellecimiento del Cuerpo Humano.

• Terapias complementarias a la salud física, corporal, mental y espiritual de los habitantes de la ciudad comunal.

• Servicio de distribución de víveres, frutas, legumbres y confites a nivel de bodegas comunitarias y centros de distribución en mercados urbanos.

• Asistencia técnica y organizativa en recreación, campismo, deporte y actividades culturales.

• Formulación, seguimiento y control administrado de proyectos.

Sin negar que no hemos cubierto la totalidad de oficios y tareas de vida que se puedan convertir en actividades comunales de dinámica económica, se pierde de vista toda la potencialidad acumulada en la localidad y en el tiempo, la cual al tenerla mapeada, monitoreada y reconocida en la cartografía productiva comunal, nos permitirá diseñar con propiedad las áreas económicas a desarrollar en el marco de la otra Economía necesaria. Ya tendremos las voces agoreras que expresaran su negación al modelo propuesto que siempre ha existido, mas no reconocido en la economía convencional capitalista. La cual solo precisa a sus empresas, el capital y sus relaciones sociales de producción, con los bienes de capital en manos de un solo propietario que contrata obreros y obreras para someterlos a un plan productivo con explotación de su fuerza de trabajo y que tribute al beneficio del capitalista, porque esa es la lógica del Capitalismo salvaje como modelo societario de la depredación y la enajenación mental de los trabajadores y trabajadoras.

Partiendo de esta realidad ideológica, nos aprestamos a implantar un modelo societario de satisfacción humana en libertad, cónsono con la felicidad de la gente y alcanzada en la medida de su disposición y compromiso a establecerla como ente rector de la vida armoniosa.

A manera de contraste con lo acostumbrado en la escala de valoración del trabajo como herramienta productiva y enriquecedora de la economía nacional, estamos presenciando una dinámica atípica y condicionada por un estado de Guerra multifactorial vivida por el pueblo en estos dos decenios de vida republicana, en busca del Ecosocialismo como marcador societario.

Ya casi nadie cumple con las 8 horas de trabajo en la administración pública, como lo establece la Ley. Incluso algunas empresas privadas han cambiado rutinas laborales, han ajustado salarios de diversas formas y hasta han permitido la complementación salarial con bonos del estado, por las contingencias económicas y el ataque despiadado a la economía. De seguro el marco teórico definitorio del léxico en las relaciones laborales, ha venido mutando bajo la presión coyuntural. Decir ahorita Salario Mínimo nos hace caer en un eufemismo realista ya que el salario más los bonos de guerra, subsidios en servicios públicos, subsidio alimentario, subsidio en salud, en transporte masivo, exoneración en ISR, subsidio en consumo de combustibles y lubricantes, subsidio en Educación, Aporte en Pensiones del SSO, subsidio en viviendas, hasta hemos pasado hace poco tiempo por subsidios en turismo internacional convenido y de seguro he incurrido en el olvido de alguno que otro ingreso indirecto que suma integralmente al salario sistémico en condiciones de guerra, y esto en definitiva nos expresa otra realidad en las relaciones de labor y salario.

Cuando inferimos esta caracterización del salario y la relación social comprometida de brindar con una fuerza laboral intelectual o física un servicio o un producto, nos estamos acercando a una dinámica laboral rutinaria que cubre solo 5 o 6 horas de labores por turno de trabajo continuo, lo cual lógicamente ha impactado negativamente en la economía nacional, mas no ha sido ápice para paralizar la administración pública y expulsar de sus sitios de trabajo a esas masas de personas insertas en una nómina administrativa institucional. Hemos de estar llegando por inercia y adaptabilidad a la guerra y a la contingencia sanitaria de Pandemia, a unas condiciones diferentes de comprender los cánones que regían el mercado laboral.

Pareciese que la coyuntura induce a una reducción de la jornada laboral acostumbrada, la implantación de dos turnos de trabajo al día, el ajuste salarial con bonos de guerra, el subsidio directo para el equilibrio de una vida digna, el estímulo por parte del Estado Nación Gobierno a la microeconomía productiva de oficios, tareas,, a realizar labores productivas, trabajos artesanales, servicios particulares derivados de la destreza y experiencia humana y desarrollados en el tiempo libre a la media jornada laboral. Lo pudiésemos llamar Trabajo Comunal Productivo el cual va ligado al tiempo que dedican los trabajadores y trabajadoras a crear potencialmente y en forma creativa y voluntaria una dinámica económica, después de cumplir con su jornada formal diaria.

Ello es voluntario pero organizado, de ahí que en la ciudad comunal deben existir de manera equidistantes, disgregadas armónicamente, por especialidad o área creativa, sobre los 4 niveles de la economía socialista, donde se incluye el Sector Primario para extraer de la naturaleza, el secundario para procesar la materia prima, el terciario para almacenarla, distribuirla y consumirla, y el cuarto sector que identifica el descarte de residuos en los 3 sectores anteriores. Aquí nos diferenciamos con la teoría económica capitalista porque si seguimos su lógica contaminante, vamos a requerir de otro astro sideral para acumular los residuos y desechos que descartamos en el proceso viviente que llevamos.

Acotamos un simple ejemplo en esta descripción atinente, cuando conocemos que en la ciudad comunal tenemos un herrero por cada 500 habitantes, jamás vamos a estimular el desarrollo y consolidación de 500 herrerías en esta locación territorial. Ello debe estar acorde con las necesidades propias de los requerimientos constructivos, de reparación, de fabricación de piezas utilitarias en residencias y oficinas y otras tantas necesidades propias de la vida. De ahí que el conocimiento real de la situación laboral practica del potencial productivo en la ciudad comunal, debe ser precisado, monitoreado, actualizado y estimulado a la organización socio productiva.

CONCLUSIÓN: Una Ciudad Comunal decretada y registrada en la instancia respectiva debe estar a tono con unos parámetros de funcionamiento, como los teorizados en estas reflexiones de proposición real. Además del planteamiento orgánico de sus Consejos de funcionamiento operativo con gente proba y habitante de las Comunas que integran la Ciudad Comunal, deberíamos estar muy seguros de la codificaciones otorgadas al registro de las mismas en el organismo competente o bien en una declaración de funcionamiento eficiente otorgado por el parlamento de la Ciudad Comunal con aval institucional como garante de la legalidad compartida.

Antonio Rumbos (Ecosocialista)

rumboambiental@gmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1873 veces.



Antonio Rumbos

Médico Veterinario. Ambientalista. Exconstituyentista

 Rumboambiental@gmail,com

Visite el perfil de Antonio J. Rumbos O. para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Antonio J. Rumbos O.

Antonio J. Rumbos O.

Más artículos de este autor