Gestando los poderes popular y comunal en Venezuela

Son innumerables los escritos sobre las relaciones de confrontación y poder entre la burguesía y el proletariado, mediadas por el Estado; entre ellos, "El 18 Brumario de Luis Bonaparte" (1852) de Carlos Marx, señalando que una de las causas fundamentales de la caída de la II República Francesa ese año y que había surgido de la insurrección obrera de París en febrero de 1848, estuvo en que el Estado siguió en poder de la burguesía autoritaria y represora, para darle paso a la restauración de la monarquía; al segundo imperio francés con Luis Bonaparte proclamado como Napoleón III, en diciembre de 1852. Al respecto Marx acota en dicha obra, que:

La antigua organización administrativa, municipal, judicial, militar, etc., se mantuvo intacta, y allí donde la Constitución [de 1848] la modificó, estas modificaciones afectaban al índice y no al contenido; al nombre, no a la cosa. (Capítulo II)

Agregando:

Todas las revoluciones perfeccionaban esta máquina [el Estado] en vez de destruirla. Los partidos que luchaban alternativamente por la dominación consideraban la toma de posesión de este inmenso edificio del Estado como el botín del vencedor. (Capítulo VII)

Posteriormente, en el prólogo de la novena edición en alemán del "Manifiesto del Partido Comunista" (1848), suscrito por sus autores Carlos Marx y Federico Engels en 1872, ambos señalan que fue en la Comuna de París de 1871:

donde el proletariado, por vez primera, tuvo el Poder político en sus manos por espacio de dos meses. La comuna ha demostrado, principalmente, que "la clase obrera no puede limitarse a tomar posesión de la máquina del Estado en bloque, poniéndola en marcha para sus propios fines" [Marx, "La Guerra Civil en Francia"; 1871].

Agregando Marx en esta última obra, un aspecto importante y específico sobre el poder municipal:

La sola existencia de la Comuna implicaba, como algo evidente, un régimen de autonomía local, pero ya no como contrapeso a un poder estatal que ahora era superfluo…sólo en una cabeza como ésa [la de Bismarck] podía caber el achacar a la Comuna de París la aspiración de reproducir aquella caricatura de la organización municipal. (pp. 67-68).

Y centrando el poder proletario en la liberación del trabajo, Marx enfatizaba que:

la Comuna era esencialmente un gobierno de la clase obrera, fruto de la lucha de la clase productora contra la clase apropiadora, la forma política al fin descubierta para llevar a cabo dentro de ella la emancipación económica del trabajo (p. 68).

Por su parte Engels, en la introducción de 1891 de "La Guerra Civil en Francia", señala:

La Comuna tuvo que reconocer desde el primer momento que la clase obrera, al llegar al poder, no podía seguir gobernando con la vieja máquina del Estado; que, para no perder de nuevo su dominación recién conquistada, la clase obrera tenía, de una parte, que barrer toda la vieja máquina represiva utilizada hasta entonces contra ella, y, de otra parte, precaverse contra sus propios diputados y funcionarios, declarándolos a todos, sin excepción, revocables en cualquier momento.

Mientras que en "El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado" (1884), Engels escribe:

Las clases desaparecerán de un modo tan inevitable como surgieron en su día. Con la desaparición de las clases desaparecerá inevitablemente el Estado. La sociedad, reorganizando de un modo nuevo la producción sobre la base de una asociación libre de productores iguales, enviará toda la máquina del Estado al lugar que entonces le ha de corresponder: al museo de antigüedades, junto a la rueca y al hacha de bronce. (p. 100)

No sin aclarar, Marx y Engels, a los anarquistas de la época, quienes propugnaban igualmente la extinción del Estado, que

El proletariado sólo necesita el Estado temporalmente. Nosotros no discrepamos en modo alguno de los anarquistas en cuanto al problema de la abolición del Estado, como meta final. Lo que afirmamos es que, para alcanzar esta meta, es necesario el empleo temporal de las armas, de los medios, de los métodos del Poder del Estado contra los explotadores. (Artículo en la revista alemana "Neue Zeit"; 1873, p. 40).

Más tarde, Vladimir Ilich Lenin en su obra "El Estado y la revolución" (1917), al retomar la experiencia de la Comuna de París, escribía sobre la concreción de la democracia socialista mediante alguna estructura de poder por crear:

La Comuna sustituye la máquina estatal destruida, aparentemente "sólo" por una democracia más completa: supresión del ejército permanente y completa elegibilidad y amovilidad de todos los funcionarios. Pero, en realidad, este "sólo" representa un cambio gigantesco de unas instituciones por otras de un tipo distinto por principio. Aquí estamos precisamente ante uno de esos casos de "transformación de la cantidad en calidad": la democracia, llevada a la práctica del modo más completo y consecuente que puede concebirse, se convierte de democracia burguesa en democracia proletaria, de un Estado (fuerza especial para la represión de una determinada clase) en algo que ya no es un Estado propiamente dicho. (Capítulo III).

En tal sentido, aquí en Venezuela el artículo 5° de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece que "la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo…"; como en otras constituciones del mundo (España, Francia, Alemania, Rusia, Guatemala). Pero ahora se hace necesario incorporar la concreción de esa soberanía, que es nuestra propuesta para la nueva redacción de la Carta Magna acompañando a la revolución bolivariana en una nueva etapa histórica de democracia socialista, escrito de la siguiente manera:

…quien la ejercerá [la soberanía] directamente a través de los Poderes Popular y Comunal, cuyos órganos tendrán por finalidad garantizar un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, así como los derechos humanos y el bienestar social del pueblo.

Propuesta que permitirá en definitiva, construir en Venezuela el socialismo bolivariano como valor superior, a partir del cual crearemos un nuevo metabolismo social, un emergente ordenamiento jurídico y una sociedad justa, igualitaria y amante de la paz; para que todos y todas desarrollen libremente sus capacidades, potencialidades y talentos, así como el trabajo liberador, dirijan su destino y alcancen la suprema felicidad social.

Pero entonces ¿cuál sería el papel del Estado frente a los Poderes Popular y Comunal de Venezuela?, recordemos lo que escribe Lenin en "El Estado y la revolución" (1917), sobre la necesaria sumisión del Estado al poder de los obreros:

Organizaremos la gran producción nosotros mismos, los obreros, partiendo de lo que ha sido creado ya por el capitalismo, basándonos en nuestra propia experiencia obrera, estableciendo una disciplina rigurosísima, férrea, mantenida por el Poder estatal de los obreros armados; reduciremos a los funcionarios del Estado a ser simples ejecutores de nuestras directivas, "inspectores y contables" responsables, amovibles y modestamente retribuidos (en unión, naturalmente, de técnicos de todas clases, de todos los tipos y grados): he ahí nuestra tarea proletaria, he ahí por dónde se puede y se debe empezar al llevar a cabo la revolución proletaria. (Capítulo III)

Por otro lado, Antonio Gramsci, en su obra "El Estado y el socialismo" (1919), considera importante mantener el Estado, en los siguientes términos:

Se hace necesaria la organización de un Estado socialista sumamente firme, que ponga fin lo antes posible a la disolución y la indisciplina, que devuelva una forma concreta al cuerpo social, que defienda la revolución de las agresiones externas y las rebeliones internas….la existencia del Estado socialista es un eslabón esencial de la cadena de esfuerzos que el proletariado debe realizar para su completa emancipación, para su libertad.

Entonces para dar respuesta a la pregunta anterior, primeramente el Poder Popular de Venezuela se organizaría en una Asamblea Nacional del Poder Popular y en Asambleas Federales para profundizar la revolución bolivariana en democracia socialista y ejercer la soberanía del pueblo a nivel nacional y regional, respectivamente; estando sometidas a la hegemonía de tales Asambleas, las instituciones y organizaciones del Estado-Nación (Poder Público, FANB, Universidades, empresas del Estado, organizaciones con fines políticos, movimientos sociales, sindicatos, grupos sectoriales, etc.).

Hegemonía a devenir en un régimen socialista no estatizado, de consenso esencialmente parlamentario en cada Provincia Federal, con abandono total de la administración burocrática propia de los poderes estadales y municipales, y sin privilegio alguno para los parlamentarios; todo ello en respuesta verdadera a las demandas e intereses del pueblo.

Y segundo, la organización del Poder Comunal venezolano se basaría en un sistema comunal de agregación para ejercer la soberanía del pueblo en las localidades y sitios de trabajo, a través de los Consejos Populares de las Ciudades Comunales, los Parlamentos Comunales, las Comunas, los Consejos Comunales, los Consejos Productivos de Trabajadores, los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, entre otros órganos; con la finalidad de impulsar la participación activa y protagónica del pueblo venezolano en todos los asuntos públicos locales, en la formación, ejecución y control de la gestión pública, en la solución integral y sustentable de los problemas, contradicciones, injusticias, inequidades, desequilibrios y asimetrías existentes en las comunidades y ambientes de trabajo, y en la economía post-rentista.

Estableciendo así, emergentes formas de cogobierno con autonomía local, en igualdad gestionaría y desarrollando un sistema político, social y productivo diversificado, mixto, integrado e integrador; con planes que incluyan la ejecución, evaluación y control de obras, programas sociales, servicios públicos y proyectos económicos altamente productivos.

Ahora surge una segunda pregunta: ¿cómo se relacionarían y funcionarían estos Poderes Popular y Comunal, y ellos con el Estado y la sociedad? Antonio Gramsci tiene una respuesta bastante original: estableciendo una estructura orgánica y dialéctica en conjunto, donde le otorga supremacía a la gran política sobre lo económico; tal cual lo refiere en su XXVIII Cuaderno de la Cárcel (1930-1932):

Incluso la posición geográfica de un Estado nacional no precede sino que sigue (lógicamente) a las innovaciones estructurales, aunque reaccionando sobre ellas en cierta medida (precisamente en la medida en que las superestructuras reaccionan sobre la estructura, la política sobre la economía, etcétera)… se podrá decir, como primer apunte y aproximación, que la actividad política es precisamente el primer momento o primer grado, el momento en que la superestructura está todavía en la fase inmediata de simple afirmación voluntaria, indistinta y elemental. (pp. 19-24)

Además de distinguir con claridad, el papel de cada quien en tal estructura, como luego afirma Gramsci en el mismo Cuaderno; proponiendo lo que él denomina un ´bloque histórico´:

¿Pero se puede hablar de dialéctica de los distintos, y cómo se puede entender el concepto de círculo entre los grados de la superestructura? Concepto de "bloque histórico", o sea unidad entre la naturaleza y el espíritu (estructura y superestructura) unidad de los contrarios y de los distintos. (p. 24)

De esta manera, ambos Poderes, el Popular y el Comunal, conformarían ese crucial bloque histórico dirigido políticamente por el pueblo organizado y consciente, mediante el cual ejercerá la rectoría ideológica con actitud confederada en todos los asuntos políticos, económicos, sociales, culturales, ambientales y militares, a través de sus respectivos órganos y en los diferentes niveles político-territoriales.

Bloque de fuerzas populares concebido además, para desarrollar un expansivo proceso cultural y libertario de gestión sociopolítica; que incluya lo estratégico y táctico, hasta alcanzar un alto y constante accionar político del pueblo en pro de erradicar el capitalismo y construir el socialismo bolivariano.

Entendiendo además que, el estudio concreto sobre nuestra realidad y el análisis histórico del actual proceso revolucionario y de las relaciones existentes entre las fuerzas que operan en dicho proceso, nos permitirá definir en su debido momento a la superestructura de la dirección popular y comunal, como desinstitucionalizada y a la vez homogénea y monolítica; siempre centrada en ese accionar político y humano del pueblo venezolano para emancipar las relaciones culturales, de producción, de interacción social y ambiental.

Y decimos en su debido momento, siguiendo la idea de Gramsci sobre el proceso investigativo inherente a dicho estudio y análisis histórico, el cual pasaría por un primer momento, cual es la relación de fuerzas sociales estrechamente ligada a la estructura, objetiva, independiente de la voluntad colectiva, donde nos percataremos si en la sociedad existen las condiciones necesarias y suficientes para su transformación; y luego:

Un momento subsiguiente es la relación de las fuerzas políticas, o sea la evaluación del grado de homogeneidad, de autoconciencia y de organización alcanzado por los diversos grupos sociales. Este momento puede ser a su vez analizado y distinguido en varios grados, que corresponden a los diversos momentos de la conciencia política colectiva, tal como se han manifestado hasta ahora en la historia. (p. 35)

De esta manera comprendemos cómo la superestructura jurídico-política sería correlativa en la dirección de los órganos tanto del Poder Popular como del Poder Comunal, articulándose en un sistema hegemónico ubicado sobre aquella estructura socioeconómica constituida por la interrelación entre la base material de la sociedad y el Estado; la cual se integraría al bloque histórico emergente, bajo una relación subalterna en lo ideológico y político.

Comprendiendo que esa rectoría ideológica asumida por los órganos de los Poderes Popular y Comunal, como superestructura, se alimentaría en forma dialéctica con el metabolismo socioeconómico emprendido por la estructura subalterna en los diversos momentos; tal cual lo refiere Gramsci en su XXVIII Cuaderno, explicando las dinámicas que se desarrollan durante los momentos históricos señalados:

En la historia real estos momentos se implican recíprocamente, por así decir- lo horizontalmente y verticalmente, o sea según las actividades económico-sociales (horizontales) y según los territorios (verticalmente), combinándose y escindiéndose diversamente: cada una de estas combinaciones puede ser representada por su propia expresión organizada económica y política. (p. 37)

Para concluir, someto a consideración del pueblo y a la Asamblea Nacional Constituyente, la presente contribución estructural y funcional del Poder Popular y el Poder Comunal en construcción, la cual resultaría en una nueva forma de gestión pública para Venezuela; tal cual lo anunciara el Comandante Supremo y Eterno Hugo Chávez en la presentación de su Propuesta para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019:

Para avanzar hacia el socialismo, necesitamos de un poder popular capaz de desarticular las tramas de opresión, explotación y dominación que subsisten en la sociedad venezolana, capaz de configurar una nueva socialidad desde la vida cotidiana donde la fraternidad y la solidaridad corran parejas con la emergencia permanente de nuevos modos de planificar y producir la vida material de nuestro pueblo. Esto pasa por pulverizar completamente la forma de Estado burguesa que heredamos, la que aún se reproduce a través de sus viejas y nefastas prácticas, y darle continuidad a la invención de nuevas formas de gestión política.

Referencias (Todas en http://www.marxists.org)

Engels, F. y Marx, C. (1848). Manifiesto del Partido Comunista.

Engels, F. (1884). El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.

Gramsci, A. (1919). El Estado y el socialismo.

Gramsci, A. (1932-1934). XXVIII Cuaderno de la cárcel.

Lenin, V. (1917). El Estado y la revolución.

Marx, C. (1851-1852). El 18 Brumario de Luis Bonaparte.

Marx, C. (1871). La guerra civil en Francia.



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Sergio García Ponce

Ex-vicerrector de Desarrollo Territorial de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV).

 sagarciap@yahoo.es

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