17-7-2022.- Una intensa e inusual ola de calor continúa haciendo estragos en Europa, como consecuencia del cambio climático que experimenta el planeta.
En Portugal, las altas temperaturas ha cobrado la vida de más de 659 personas en la última semana, según el Ministerio de Salud de ese país.
En España, unas 368 personas también han muerto en los últimos siete días por las altas temperaturas.
El número de víctimas de en la peninsula ibérica suma los 1027. El viernes fue el día más devastador con 123 fallecidos.
Uno de los fallecidos fue un barrendero de 60 años que se desmayó el viernes por la tarde mientras trabajaba en Madrid. Al llegaron los servicios de emergencia, determinaron que su temperatura corporal era de 41,6°C (106,9°F), según el diario El País. El hombre murió el día siguiente.
Se esperan más muertes a medida que la ola de calor sofocante se expande a otras partes de Europa occidental.
Autoridades de Francia emitieron un alerta roja en la zona oeste de ese país, donde las temperaturas podrían alcanzar los 44 °C (111,2 °F) el lunes.
La Oficina Meteorológica del Reino Unido también emitió una alerta roja, diciendo que las temperaturas en partes de Inglaterra podrían subir hasta 40°C (104°F), lo que rompería el máximo histórico.
La mayoría de países del sur de Europa como España, Portugal, Francia, Grecia, Croacia e Italia, han estado igualmente lidiando con severos incendios forestales debido al alto calor.
Se espera que el calor extremo no sólo incremente la propagación de incendios forestales sino que también traerá como consecuencia la escasez de agua. Los embalses en España terminaron esta semana al 44,4% de su capacidad total. Las especies de fauna y flora también se verán afectadas por las temperaturas inusualmente altas.
Inacción amenaza con acelerar el calentamiento global
Pese a que existe un consenso absoluto por parte de la comunidad científica mundial en torno a las causas del cambio climático como consecuencia del aumento en las temperaturas, la clase política y la élite económica mundial continúan sin tomar medidas. Bajo el desarrollismo depredador impulsado por el capitalismo reinante, quienes ostentan el poder político y económico rehusan tomar medidas que pongan en riesgo sus millonarias ganancias a corto plazo. Esto, pese a que los científicos calculan que las consecuencias económicas del cambio climático serán devastadoras y traerán gigantescas pérdidas económicas para países y corporaciones globales a mediano y largo plazo.
La crisis económica actual y los altos precios del petróleo debido en parte a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, han dado como excusa a políticos de varios países para justificar el aumento en la explotación de energías no renovables.
El gobierno estadounidense reveló recientemente un plan de desarrollo de perforación de petróleo y gas en alta mar de cinco años que autorizará la venta o arrendamiento de zonas de perforación y explotación en el Golfo de México y Alaska.
El plan se produce poco después de que la conservadora Corte Suprema de EE.UU. restringiera el poder de la Agencia de Protección Ambiental para responder a la crisis climática.
Los grupos ambientalistas criticaron el plan del gobierno de Joe Biden, quien había prometido durante su campaña avanzar en la lucha contra el cambio climático y paralizar las nuevas perforaciones de pozos petroleros.
"El presidente Biden hizo campaña sobre el liderazgo climático, pero parece dispuesto a decepcionarnos en el peor momento posible", dijo Brady Bradshaw, activista de océanos en el Centro para la Diversidad Biológica.
El Acuerdo de París, que tiene como meta mantener el aumento de la temperatura mundial en este siglo muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales, no está siendo respetado por la mayoría de los países signatarios del mismo.
Las predicciones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU para 2080 ya están sucediendo en 2022. Según la revista científica, Nature Climate Change, citando la una intensificación considerable de las tormentas invernales.