Encuentran miles de delfines muertos en las costas de Francia

activistas dicen que una práctica común de los pescadores es cortar partes del cuerpo de un delfín sacado de las redes, para salvar la red

activistas dicen que una práctica común de los pescadores es cortar partes del cuerpo de un delfín sacado de las redes, para salvar la red

Credito: Agencias

Los cadáveres de los delfines que han aparecido en la costa atlántica de Francia están horriblemente mutilados, con las aletas cortadas, pero lo que sorprende a los estudiosos marinos no es solamente la brutalidad de las muertes de los mamíferos, sino también los números: un total de 1,100 desde enero, un récord.

Las muertes en masa, atribuidas a la pesca industrial, han alarmado a los activistas por el bienestar animal y han hecho que el ministro de ecología de Francia lance una campaña nacional para protegerlos.

"Nunca ha habido una cifra tan alta", dijo Willy Daubin, miembro del Centro Nacional de Estudios Científicos de la Universidad La Rochelle. "En apenas tres meses, hemos superado ya el récord del año pasado, que a su vez superó el de 2017 y era ya el mayor en 40 años".

Aunque Daubin dijo que 90% de las muertes fueron resultado de capturas accidentales en redes industriales, la razón para el alza de este año es un misterio.

"¿Qué tipo de maquinaria o equipo de pesca está causando esas muertes?", preguntó Daubin.

Las autopsias que el centro en la Universidad La Rochelle realizó a los delfines este año muestran niveles extremos de mutilación.

Los activistas dicen que una práctica común de los pescadores es cortar partes del cuerpo de un delfín sacado de las redes, para salvar la red.

El viernes, el ministro francés de Ecología Francois de Rugy viajó apresuradamente a La Rochelle en un intento por tratar de reducir los números de delfines muertos como resultado de actividad humana. Rugy está bajo presión, especialmente por la posición ecologista del presidente Emmanuel Macron y su lema de "Hagamos grande al planeta de nuevo".

Rugy ha propuesto algunos planes, incluso fortalecer los estudios sobre dispositivos actuales de repelentes acústicos colocados en unos 26 arrastreros frente a la Bahía de Vizcaya, un eje de pesca industrial en el Atlántico. Cuando son activados, esos aparatos envían señales desagradables para delfines cercanos que les hacen alejarse.

Sin embargo, los activistas dicen que esas medidas no son suficientes y que muchos pescadores no usan los aparatos.


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