A Ledezma y a Pompeyo Márquez Les respondo sin miriñaques filosóficos

Antonio Ledezma, este adeco golpista, instigador de la represión contra el pueblo en el CARACAZO donde el gobierno de AD, SU PARTIDO, lanzó a los pobres luego de acribillarlos en la famosa PESTE, alevoso en Yaracuy, pana de torturadores de la Digepol, entre ellos Posada Carriles. Invasor de apartamentos en el 23 de Enero ¿Recuerdan a Lucas Pérez, Melluzo, Contreras?, todo adeco, según dijo el pederasta Rómulo Betancourt, “ es adeco has que se muera”, no creo que un golpista, ¿se recuerdan del 12 de abril de 2002 cerrando oficinas con el “negro” Cubillán, gritando como una piltrafa que esa alcaldía Libertador era suya,?, tenga suficiente credibilidad y moral entre el pueblo en su mayoría para quejarse de lo que en bien del país venezolano está haciendo Hugo Rafael Chávez Frías, ¿qué significa apátrida? ¿No es eso lo que el golpista Ledezma anda haciendo alrededor del mundo? ¿No es un apátrida el que desee lo peor para la patria que lo vio nacer? ¿No es eso lo que Ledezma planifica contra Venezuela visitando lugares, llevando chismes y mediocridades, haciendo diligencias a extremo de lame suela para que el país bolivariano no entre en MERCOSUR? Ya lo decía Copei en época de la IV-R; “adeco inteligente no existe”

El odio de Ledezma por Chávez es patológico, ¿envidia porque Hugo siendo más joven ha logrado más significancia política en el mundo que él? ¿Quién de los dos puede ser recibido con más simpatía entre la clase popular latinoamericana? Si todos los venezolanos pudiésemos leer el amplio prontuario de Antonio Ledezma, quedaríamos aterrados. Ledezma es víctima de una enfermedad mental causada por la frustración, por la irracionalidad, por el fanatismo que no ve más allá de su propia circunferencia familiar adeca.

¿Qué escribir de un mediocre como Pompeyo Márquez?, viejo fané y descangayado, con el cerebro picoteado por la senectud. Llama autócrata a Chávez, le coloca apodos, como que en sus años viejos este grosero y alevoso cobarde traidor, pudiera recuperar aquella credibilidad con la cual se llevó a los adolescentes de los años sesenta a las montañas, para luego venderlos a Copei, a AD por algunas míseras monedas, Judas moderno de la rapiña, ¿qué hizo este macabro vejete después que vendió a los jóvenes? ¿No recibió del que juró combatir hasta la muerte Rafael Caldera un Ministerio de Fronteras con el cual logró reunir los millones de bolívares con los cuales hoy vive a la par de Henry Ramos Allup?-el que nunca trabajó pero la plata reunió- ¿Cómo puede ser tan cínico y pretender luego escribir incongruencias sin que nadie lo censure? Cosas que asquean a la política. Juegan con la memoria de los pueblos estos tiburones insaciables. Ahora reconoce que “era muy corto el tiempo para ir contra la democracia”. ¿Cuál democracia? ¿La que implantó el punto fijismo, alcahuete y vil anciano?

Ambos pertenecen a la sociedad de pterodáctilos, desfasados, sin nada que aportarle a la nueva generación que no sea esqueletos para estudios óseos. A buen respaldo estarían en una sociedad que pudiera velar por los fracasados otorgándoles celdas en equis gerontológico de la vida, ¿quiere inmiscuir a los “manos blancas y ensangrentadas” en alguna ABERRACIÓN política? ¡Mosca con eso EFEBOS! A Pompeyo Márquez deben perseguirlo satánicas figuras, sombras que se les vienen encima, espectros de aquellos jóvenes a los que llevó junto al otro irresponsable Teodoro Petkoff a la muerte cuando los sueños más los enceguecían.

Antonio Ledezma y Pompeyo Márquez escriben el mismo día y en la misma página de ÚN. Es algo ritual que los criminales, que los expoliadores de la historia, tengan el mismo final. Nada podría hacerse a favor de los hombres que al igual que el árbol nace con las ramas torcidas. A los dos los espera la agonía del que no podrá morir tranquilo, del que se le alarga el tiempo en quejidos, en gritos, en blasfemias lamentosas. Ago les hiere las vísceras. Dos hombres esqueléticos, sin voz, sin presencia, empero con historia aberrante, gritando sus angustias en las horas menos justas para que sus currículos puedan ser actualizados con un scanner: ambos son pacotillas del tiempo; sus bocas están cerradas por la historia que no perdona a los pusilánimes.

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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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