Notas dominguera de los demagogos

Gloria Cuenca y Julio Borges

“Yo lo único que hago es defender a mi patria, señor juez”

Leed: la señora Gloria Cuenca, cuyo apellido me atraviesa una guaratara en el trazo del yeyuno, porque no sé, he visto tantas cuencas he mi vida de patriota, que observo que su apellido es una tragicomedia humana. La señora Cuenca que según leo es profesora, ¿de qué? ¿De esos periodistas que vician la verdad y que como lamesuelas al fin se venden por dos tapitas de refrescos a sus “editores televisivos”’ Véase caso de Ni tu ni yo Osama.

David Pérez Hanssen, uno de aquellos cobardes que lloró a moco tendido en una oficina del canal 2 cuando escuchó la furia del pueblo afuera en 2002? ¿Sería alumno de esta profesora que escribe sobre “jóvenes democráticos” ensalzando a los “manitos blancas llenas de sangre”? Un cobarde que se vende a un enemigo monetario pero luego tiembla como una gelatina de café chino antiguo cuando le llega el rumor de Fuenteovejuna, no es un periodista leal a la profesión.

Dice la señora Cuenca que “los manitos blancas llenas de sangre” aman la libertad porque por segunda vez han salido a defender la libertad de expresión de… ¡Radio Caracas Televisión! ¿es esta una profesional con la cuál puede contar el periodismo? ¿No utiliza ella todos los domingos una columna en la cual ofende, denigra, atropella a los que no están de su lado? ¿Es una excelente profesional esa gente que odia a los pobres, que siendo profesora en la UUcv obvia que esa universidad es de todos los venezolanos y no de un raquítico grupo social que ella defiende?

Otro pedazo de piedra se me atraviesa en el colon transverso al saber que nuestra patria cuenta con mujeres de esta calaña. Expresa en letras que “Dios no se agota al ver a estos muchachos luchadores”... ¡Váyase al Dracco profesora del embuste y de la trampa escrita! Luchadores son los estudiantes del pueblo que sufrieron durantes décadas la ignorancia que los gobernantes de su misma extirpe le propiciaron. Sus “bellos estudiantes democráticos” son los hijos de los que maltrataron, atropellaron, engañaron y se cagaron literalmente en los pobres. No puede tener validez su espacio en ese periódicos, para que por medio de su edulcorante y diabólica prosa, intente hacerles creer a los lectores que “esos chicos si son luchadores”, son aprendices de pequeños burgueses, de oligarcas en desarrollo, de imbéciles de probeta: no mienta; esos chicos son hijos de torturadores, de corruptos de los que un día deben entregar cuentas a la patria, cuando el pueblo así lo decida, incluyéndola a usted. La historia la escribe el soberano; ustedes son parte de aquella ruta a la cual no debe volverse la vista, porque “se hace camino al andar”, Gloria Cuenca simplemente nos hace ver que algunos equivocan los espacios y luego irremediablemente no pueden obviar el precipicio de la historia.

Julio Borge en su “viejo y fascista camino” escribe más de lo mismo. Hoy no anota nada de Haití, porque odia a esos pueblos. Para Julio Borges no debería haber una isla habitada en el Caribe, porque su crueldad llega a límites insospechados. No le place que el gobierno venezolano ayude a los que sufren a los que lloran, a los que no tienen quien vean por su pan. Julio Borges no podrá llegar a viejo de seguir en ese odio, porque quién odia a los niños, muere joven. Vean caso de su homónimo Herodes.

Se mete con Lina Ron, busca ridiculizarla, todo lo contrario a lo que yo escribo de Gloria Cuenca, porque la tal “profesora” no es una mujer; es una aleación de mentiras y embrollos. Julio Borge no es parte de este pueblo luchador; es uno más de la misma oligarquía que históricamente ha sumido al pueblo en la ruina y en dolor. Comienzo a toser, me duele el alveolo pulmonar, cuando este aprendiz de Mussolini denigra del ministro Navarro en su “camino fascista”. Invito a este alumno de Franco, de Bush, de Stroessner a ir por la calle de Caracas junto al MINISTRO NAVARRO, veamos entonces a quien de los dos el pueblo cubre de amor. Y no me digan que igual sucederá en una calle de la jai, porque por esas calles no existe nada, son fantasmas del odio y la ofensa, del racismo y de la gula económica, es decir: en su mayoría no sienten a la patria ni a quienes la componen en su real dimensión; ¡el pueblo! El 86%. Mientras estén contra él, las sombras serán iguales en el alba y en el atardecer.

aenpelota@hotmail.es


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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