La historia vuelve a repetirse

Otras elecciones y otras agresiones. Los motolitos de la desestabilización andan con mucho trabajo, ¿no les parece a ustedes, hermanos lectores que está ocurriendo lo mismo de 2007 antes de La Reforma? El año pasado fueron los motorizados los que sufrieron más “esas extrañas muertes”, pareciera que existe alguien dispuesto a producir caos antes de cada elección a la que convoque el gobierno revolucionario.

Hemos visto por ahí algunas camionetas cuyas ventanas anuncian que está felices con lo que está ocurriendo en Pando, en Santa Cruz, en Sucre y en otros lugares de Bolivia. Nos preguntamos, ¿por qué les permitimos a los desestabilizadores que desde nuestra Revolución anden propagando el odio, la discriminación, aupando guerras entre hermanos y otras cosas? A esas camionetas a esos conductores llenos de odio y racismo, yo les pediría aclarar muchas cosas, ¿no es vulgar qué desde nuestra nación permitamos que se atente contra la hija preferida de Bolívar?

Por eso ellos no quieren ninguna ley que tenga que ver con inteligencia y contrainteligencia. No les conviene. Sus horribles fechorías pueden ser descubiertas por el pueblo, por esos los indignos se molestan cada vez que el estado Venezolano quiere, mediante la Constitución, defender la patria venezolana de tantos vende patria. Y el colmo es que somos indiferentes ante estos indignos

¿No les parece a ustedes, gentiles lectores esa matazón entre pandillas de barrios? Eso no es común. A la mayoría de los asesinados nos les quitan sus pertenencias, llegan en motos los sicarios, perdón los contratados, ah broma, los criminales y sin ton ni son abren fuego sobre cualquiera. Eso no sucedería si en los barrios hubiese gente que identificara a los matones. ¿No serán que llegan de otros lugares, de otros países como paramilitares, como sicarios? ¿Será que las órdenes que les son dadas son que causen el caos y el terror entre la comunidad para que se ponga en contra del gobierno? Hace mucha, pero mucha falta que el ESTADO vea este problema como parte de la política de seguridad.

Vemos con interrogante la actuación de personeros de la vieja política, quienes literalmente asaltan las redacciones de los diarios para levantar desconfianza contra el gobierno. Viejos y recalcitrantes elementos de aquella “izquierda” cobarde, léase por ejemplo Douglas Bravo, declarando contra Chávez, golpistas del cinismo, adecos y copeyanos que no tienen un ápice de moral, pidiendo protagonismo cínicamente, cuando deberían de estar tras las rejas por irrespetar a un gobierno que llegó al timón apoyado por la mayoría, ¿dónde, en cuál país del muerdo los golpistas tienen estas libertades?

El pueblo quiere que a los golpistas se les encierre entre rejas. Basta de complaciencias. Existen miles de metros de videos donde pueden verse estos rostros que hoy piden ser elegidos a cargos de gobernadores o alcaldes. Hay afiches, por ejemplo de Leopoldo López donde se ve atacando con su honda al pueblo, en aquellos horribles días del guarimbeo. Manuel Rosales firmó contra el pueblo, Pablo Medina, Marta Colomina, Patricia Poleo, Granier, Matacuras, Anopeleón, Teodor Petkoff, ¿por qué esos tipos andan libres y mi amigo Cartucho está preso porque comió una arepa y no pagó en un restauran del este?

Da asco comprobar que la dignidad de estos golpistas anda a nivel de alfombra. El país se caotiza ante la infamia de unos periódicos que no informan objetivamente, entrelazándose con la prensa extranjera para arremeter contra Venezuela. La televisión es una grotesca visión de lo que no es permisible cuando se alborota contra el dueño de la señal. Por el este de la ciudad vemos lujosos autos y camionetas señalando que la inseguridad es terrible, pero dígame usted amigo lector, ¿cuántos ricos, clase alta, burgueses, oligarcas y mantuanos mueren asesinados por el hampa?” El alto porcentaje de muertos en nuestro país, proviene de la clase pobre y ellos, los oligarcas, se valen de eso para penetrar con sus estúpidos engaños, como que si les doliera que los pobres sean los que caen por esas calles de Dios. Eso es una burla, un descaro. Vamos al grano: a los ricos no les importa que mueran los pobres, porque así evitan ser descubiertos en sus tramoyas criminales contra él.

Muchos muertos se suceden por ahí. Analice usted con claridad, no se fanatice, saque conclusiones, observe con claridad la situación. Estoy seguro que opinará igual que todos: estamos frente a un caso de sicariatos: de muerte por encargo, para socavar las bases de la Revolución. Igual le llenaron la cabeza de mentiras a los que aún se pueden llamar inocentes con Las Reformas. En eso trabajó bastante la IV.R aconsejada por los expertos gringos.

Desde ahora mismo la oleada de gritos que claman inseguridad va a ser el pan nuestro de cada día. Empero contamos con la explosión de la Revolución, visualizando el comportamiento de quienes cometen asesinatos. Las autoridades tendrán y así lo espera el pueblo, que capturar a algunos de los criminales. Estamos seguros que ellos dirán la verdad. No hay crimen perfecto. De tanto ir al agua el cántaro termina rompiéndose. El pueblo confía en que en cualquier momento, los criminales tendrán que sufrir alguna equivocación. Y es en ese momento cuando, sin duda alguna, se pondrá al descubierto la acción depredadora de quienes al no poder avanzar una micra en contra de la revolución, optan por jugar sucio y sin control.

aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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