“El pueblo no es masoquista, para atrás ni para tomar impulso”
Por allá por el año 1958 cuando comenzaron a llegar los chupasangres (adecos y copeyanos ) del exterior había uno al que los primeros nombrados tomaron como el emblema de la burguesía, para iniciar sus mentiras contra el pueblo. Los adecos se denominaban “el partido del pueblo” cuyo logo era un campesinito con un pan debajo del brazo. Le hicieron ver al soberano que Caldera era un bicho malo,” intelectual, filólogo”, rico y racista y que ellos, los adecos eran los nuevos Mesías, los salvadores de Venezuela, los hijos del cerro y la clase pobre. ¡Desde el inicio de la nueva “democracia” vieron al pueblo, como una masa deforme e idiota que les creería sus mentiras y sus vagabunderías.
Caldera el engominado de aspecto ricachón y a la vez bolsa, en verdad sólo representaba a los burgueses, a los mantuanos de vieja data que aparecían todos los días en las páginas sociales de los periódicos tomando néctares de la vendimia, escocés y jugando canasta en pro de cualquier vaina, para que los demás creyeran en sus “bondades” sociales, pero hasta ahí. Caldera nunca fue un buen estadista, ni menos un excelente político. Fue un producto circunstancial, fabricado en la década del cuarenta entre el calor de la tintorería Ugarte y un muñeco de fibra de vidrio, de esos que solían aparecer en Latinoamérica para imitar el statu que produce el imperio con hombres, ricos, “decentes”, que se la saben toda y que sonríen como gafos. Los adecos tomaron la figura de Caldera y la retocaron, transformándola en un sacerdote IDIOTA, con cachos, utilizando una vieja canción de corte popular a la que le cambiaron la letra original para burlarse del infeliz monigote…”tengo una vaca lechera, que se parece a Caldera…” y por ahí se iban, En verdad Caldera fue un fiasco como político e intelectual, El pueblo creyó que Caldera poseía gras dotes humanistas, inmensos conocimientos, pero eso fue mentira: Caldera fue un embarque. Sólo se sabía algunas palabras en alemán y pensaba que eso le daba caché ante el pueblo. Igualito a Rómulo que imbécilmente gritaba: “sicofante, multisápìda” y algunos necios lo llamaban intelectual. ¿No recuerdan que Luis Piñerúa Ordaz se pasó miles de horas buscando en el diccionario, la palabra “barragana” para endosársela a la ”intelectual” que se graduó de abogada sin ir a la escuela, ni al liceo, ni a la universidad?
Caldera fue chimbo como estadista malo con bolas como político y peor intelectual. Los adecos lo sabían, pero había que tener a alguien al cual poner como adversario de la clase popular. Caldera fue una víscera del adequismo corrupto, que nos dejó el Opus Dei, el fanatismo religioso y Acción democrática.
Caldera se prestó al plan, porque los adecos lo convencieron que también sería presidente de Venezuela, y lo consiguió aunque fue alto servidor de Marcos Pérez Jiménez. La idea era que todo se viera como una lucha partidista entre un bueno AD, y un malo, COPEI.
URD se retiró porque ES MENTIRA que Jóvito fue un pan de centeno: Jóvito tenía sus agallas politiqueras y no le gustó nada lo que le tocó en el GOBIERNO DE ANCHA BASE. Jóvito el locuaz buscaba algo más que lo prometido. Su ego grandilocuente necesitaba ser alimentado con poder. Por otra parte Caldera un pobre actor de voz débil con su carácter endeble, tan frágil fue, que ese armatoste de la traición y el chantaje llamado Teodoro Petkoff lo inscribió en el archivo de la historia como un comprador de guerrilleros “Tú me traes a los políticos de izquierda y yo te pago” le dijo Caldera a Petkoff y éste, Petkoff le entregó a los jóvenes guerrilleros que habían creído en él, cobrándole sobre precio a Caldera, ¿por qué creen ustedes que un pobre diablo hijo de rumanos que llegaron a Venezuela si un centavo hoy tiene tanto dinero como Teochoro? ¿Cuáles riquezas se les conocen a este glaucopureto pájaro loco venido del trabajo?
Hoy vemos como la oposición, vapuleada en todas sus facetas, vuelve en su desesperación en busca del nuevo Caldera. La oposición que tumbó al gobierno electo por el pueblo en 1998 ahora con nuevos actores vio en YON MILTON FRIEDMAN GOICOECHEA, el nuevo actorzuelo, a ver si logran crear otra deformación humana como lo hicieron con Rafael Caldera. Lo representan como una luz que alumbrará la vida. Como el rey que todo transformará en oro para que no existan pobres. Lo dotan de un premio con el nombre de un imperialista y lo sacan por Globovisión, donde tres esperpentos que ofenden al periodismo, Kiko, Carla y Roland, lo miran con lascivia y ansias de alcoba.
Pero Yon Milton Friedman Goicoechea, es un pobre muchacho. Un joven de escasa materia gris, que puede andar por entre la burguesía mostrando su pobreza de intelecto y como allí casi todos lo que tienen en la cabeza son billetes verdes del imperio, pues se les rendirán a los pies. “ya tenemos al hombre que someterá a los tierrúos”- dirán, mas obvian en sus complejos que a este PUEBLO NO LO JODERÁN OTRA VEZ porque entre el espacio de la dictadura “democrática” de Rafael Caldera y AD ha caído mucha agua sobre el puente de la vida y el pueblo ha sobrevivido a las pasiones más bajas e inhumanas de ese par de partidos que en mala hora gobernaron a Venezuela para someterla al robo, a la inmoralidad, la corrupción la entrega. Yon Milton Friedman Goicoechea es un Rafael Caldera desfasado, andrajoso, el cual no caminará jamás como tampoco lo hizo Caldera, por las valientes galerías del corazón del pueblo venezolano. Yon Milton Friedman Goicoechea es un vende patria demagogo ,que al igual que Caldera se comerá sus propias sobras.
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