Reapareció COCHINO NEGRO, perdón, Chivo Negro Yánez

Ahora si es verdad, parió el abuelo. Los fósiles, los pergaminos, los personajes de Steven Spielberg han tomado las pantallas de televisión y la prensa escrita, para llegar con sus medievales eructos de alcanfor, la PATRIA bolivariana.

Primero fue el adefesio ese, el SEÑOR DE LA CORRUPCIÓN, Luis miquimelena, perdón, Miquilena, quien fue despertado de su catafalco y despojado de las amarillentas vendas, para que a duras penas se enderezara y caminara sobre el presente. La oposición catastrófica, creyó ver en él, al Tutankamón de la era moderna, quien iba a llegar con sus calcificaciones y sus crujidos de vértebras, a espantar las reformas que se les van hacer a la juvenil Constitución, para que tenga más defensa contra los usurpadores y más que darle a el pueblo que la engendró el año de 1999.

Un fracaso más MATACURA. No sirvió de nada que el decrépito corrupto y come billete ajeno, se hiciera notar con su voz temblorosa de cavernario que una vez se creyó el más hermoso de la pradera, y resultó ser el MÁS CORRUPTO DE LA JALADERA. Luis Miquilena es un culto a la corrupción. Se valió de los poderes adquirido andando con el Presidente Chávez, colocando a sus amigos y elegidos en cargos, en puestos, dándoles prebendas, aumentado su flota de empresas litográficas, según voz del pueblo, y otros pecados que la iglesia de Urosa no es capaz de censurar. Luis Miquilena si tuviera una micra de vergüenza no abriera su arrugada boca para opinar algo sobre lo que ha de hacerse en pro del pueblo, porque él es un JUDAS PEOR QUE IZCARIOTE, que vendió la confianza de un gobierno y de un pueblo al enemigo, por su gula interminable de hambriento de dinero.

Ahora como inhalado de las pestilencias del pasado en el cual se desenvolvía, escribiendo algunos libros sobre meretrices, chulos, proxenetas y cuchitriles, nos llega el becerro, perdón, el chivo negro Yánez a envenenar la atmósfera de purulentos gases estomacales. Pertenece a ese “trasantier” de “galanes” perfumados con Jean Marie Farina, que iban a las fiestas de El Paraíso, el Country y Altamira a chulear y a chismear y de ahí se hicieron “periodistas” de la “jai”. Es una camada de tipejos que se va evaporando para bien del país. Su patota de patiquines la integraban, Omar Lárez, Raúl Hernández, Abelardo Raidi, y otros calamares que ya no están. Se retrataban con actrices, actores, el jet set, para aparentar ser poseedores de alguna categoría, bien demodé en esta época. Son y fueron, recalcitrantes burros con sueño de la historia. SE CUENTA QUE UNO DE ELLOS, explotó la ingenua virginidad de una muchachita que cantaba música criolla, según la voz pópulo, que es la voz de Deus. Que sea Deus quien lo castigue, pues se la da de pernicioso y anti pueblo.

El becerro, perdón, el Chivo Negro ataca al gobierno revolucionario, diciendo, gritando con su voz de vendedor de churrascos y carne en vara, e irresponsablemente, que se está dando un golpe de Estado con las reformas a la Constitución. Yo pediría que se escribiera en ella un artículo, que obligara a LOS CHULOS A DECIR CON LUJO DE DETALLE, qué pasa cuando sus compañeras aparecen muertas en extrañas circunstancias.

Por cierto, ¿se ha rebelado a la opinión pública que fue lo que pasó en verdad con la muerte de la excelente actriz Agustina Martín ocurrida hace algunos años en un edificio por Chacaito y que según algunos vecinos fue “muy rara”. Agustina, y que se suicidó o se cayó del apartamento donde vivía. Ella era la ESPOSA DE CHIVO NEGRO YÁNEZ. Uno escucha tantas cosas, mi Dios, que se les ponen a uno los pelos, ¡guácala! en erección, porque en esta nación al parecer son los conejos los que andan tras los cazadores. Por ejemplo gente que no debe hablar, lo hace, sinvergüenzas que no deben dar consejos, los dan. ¿Qué vaina es esa de pedirle al hijo que no beba licor con una botella en la mano?

Ha llegado el decrépito becerro, perdón, Chivo Negro Yánez. La opinión que pueda tener pertenece a la IV-R, pues como todos saben es un copeyano del Opus Dei. Pero como esta revolución es más democrática que otra en el mundo, puede el becerro, ah pues, el Chivo Negro Yánez decir lo que quiera. Se camina hacia delante y lo que vomite esta araña mitológica del neardenthal, este escritorzuelo de la ambigüedad, de la lujuria y del sexo, nada cambiará el curso del camino que ha de llevar al pueblo a la reconciliación con lo bello y lo humano… ¡Muerto vuelve a tu tumba! SÍ puedes…

aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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