La foto de México

Uno supone que los que están en el medio son los representantes de México y Noruega respectivamente, pero conoce muy bien a los extremos, a los doctores Rodríguez y Blyde. El primero representando al gobierno del Presidente Maduro y el segundo representando a… ¿a quién representa el Dr. Blyde? ¿a eso que llamaban G4? ¿a Leopoldo López, Juan Guaidó y los sectores pro-abstención y pro guerra civil de Voluntad Popular y Primero Justicia?¿o directa y nítidamente al gobierno de Biden? Yo creo que la honestidad política del Dr. Blyde le impediría decir que está representando a la oposición venezolana. Si algo sabe él es que eso no es así.

Antes de profundizar sobre la confusa representación del Dr. Blyde, que se ha dejado la barba, establezcamos que los diminutos sectores del país nacional que podrían sentirse representados, ya que el gobierno del Presidente Maduro tiene un rechazo consolidado del 85% de la población y su consuelo es que el rechazo a lo que Juan Guaidó y Leopoldo López representaron y representan es aún mayor, son eso. Una extremadamente minoritaria expresión del país nacional.

Los representantes del gobierno noruego, cuya vocación de paz y entendimiento es motivo de mi mayor y más sincero agradecimiento y reconocimiento, me podrían decir que siendo cierta esa condición minoritaria de los representantes que se han sentado a la mesa de negociaciones, no es menos cierto que el uno representa al poder militar sobre el que se erige el gobierno del Presidente Maduro, y el otro representa a las sanciones unilaterales impuestas por el gobierno de los Estados Unidos que ahorcan la vida cotidiana del pueblo de Venezuela. En actitud realista, admitiendo que eso último es verdad, se podría contra argumentar que en México están sentadas a la mesa de negociación unas fuerzas y unas capacidades de presión y represión realmente existentes, pero que no, o sea no, está representado un país. Que eso es muy útil tenerlo claro.

El motivo mayor de mi preocupación particular sobre las negociaciones en México no estriba en los desacuerdos de las partes sino todo lo contrario: Me preocupa en lo que están de acuerdo, esto es, la destrucción de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Desde el año 2015, con la elección del TSJ "pa’ lo que salga" con el que después desconocieron la victoria electoral de la oposición agrupada entonces en la MUD, el gobierno del Presidente Maduro ha dejado ver claramente que la Constitución Bolivariana es el principal impedimento para su preservación en el poder, y le montó una espuria Asamblea Nacional Constituyente que no pudo concretar el objetivo de una Constitución a la medida y sólo llegó al esperpento neoliberal de la presunta Ley Constitucional Antibloqueo.

En el caso del Dr. Blyde, el encono contra la Constitución Bolivariana, que no es tanto de él como de la fuerza que él representa, no se expresó tan solo en el hecho de haberla quemado a placer durante el Golpe de Estado de abril del 2002, sino en la intuición que esta fuerza tiene de que el proyecto de país que está en esa Constitución siempre será "una amenaza inusual y extraordinaria".

Que la Constitución Bolivariana sea pisoteada y desconocida es un objetivo de ambos. Ambas partes salen gananciosas haciendo de la Constitución Bolivariana tan solo un recuerdo.

Yo no digo que esto vaya a pasar, pero nos han pasado ya tantas cosas…

En todo caso, tomo para mí la consigna que Nicolás Maduro y Diosdado Cabello repetían hasta el hartazgo el año pasado, y hoy no la recuerdan ni jugando.

"Llueva, truene o relampaguee, el 21 de noviembre hay elecciones regionales y municipales."



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Santiago Arconada Rodríguez


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