El tira y encoje de Capriles

"Sin integridad y sin honor, tener todo no significa nada". (Robin Sharma.)

Al sr Henrique Capriles, no se le puede de catalogar de un novato en la política venezolana, pues tiene una experiencia de más de 20 años en la palestra pública, iniciándose como congresante y presidente de la cámara de diputados del antiguo Congreso Nacional por el partido Social Cristiano Copei, alcalde de Baruta, gobernador del estado Miranda y candidato presidencial en varias oportunidades. Por lo tanto, no es un imberbe, sin embargo, este importante recorrido por la arena política nacional pareciera no haber dejado y enseñado alguna lección al sr Capriles que no ha asimilado que también de los errores se aprende, y como decía Bruce Lee "Los errores son siempre perdonables, si uno tiene el coraje de admitirlos", pero en Capriles notamos una especie de doctor Jekyll y el señor Hyde.

Este personaje un día se coloca la máscara de demócrata e intenta pintarse de estadista para desligarse de las arbitrariedades de una oposición enferma y neurótica, que solo se fija en salir del presidente Maduro a costa de lo que sea, por lo cual Capriles muta y dice que el camino es electoral y que son los votos la única opción para dirimir las diferencia, pero extrañamente cuando la Constitución establece elecciones en una fecha determinada y el órgano electoral cumpliendo su mandato, convoca a las misma, este insólito actor no participa y llama a la abstención y desesperadamente le hace coro al extremismo. Esta conducta de trastorno de identidad disociativa que presenta Henrique Capriles no es nueva, históricamente hemos visto sus actuaciones y esto confirma el diagnostico que eventualmente expresa en sus narrativas políticas

En este sentido, Capriles no es un actor confiable, por lo tanto, el gobierno y la mesa de negociaciones que se han instalado en el país para consensuar la crisis y juntos (en el mar de diferencias) lidiar con ella, no puede ni debe fijarse en el sr Capriles, así como tampoco en Guaido, Ramos Allup y otros innombrables que han traicionado a la patria por treinta monedas de plata. De tal manera, que, "lideres" como Capriles son una vergüenza y un mal ejemplo para aquellos ciudadanos que tratan de hacerle legítimamente contrapeso al chavismo y convertirse en alguna referencia decente dentro de las filas opositoras. De allí, que el discurso y la narrativa de esa oposición extremista no va a cambiar por nada en el mundo. Esa es su naturaleza.

 

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Luis Edigdio Ruiz Flores


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