Sinceramente espero equivocarme…

En Venezuela se viven horas de tensa espera, algunos tenemos la sensación de que algo va a pasar, pero no termina de pasar…

Mientras Estados Unidos nos roba con todo el descaro con el que Trump no teme hacer nunca el ridículo cuando habla, Guaidó nombra a un encargado de negocios para ese país, y todo parece decantarse por una intervención militar.

Se trata de la crónica de una muerte anunciada, el cuanto de Juanito y el lobo, hoy cuando Estados Unidos termina de quitarse la careta vale preguntarse, de verdad creíamos que podíamos tratar de transformar este país, enfrentar a la burguesía tradicional y sus titiriteros y nada iba a pasar, que íbamos a entrar al cielo solo tocando el timbre.

En Venezuela una solución dialogada no creo que sea posible, básicamente porque no hay con quien dialogar, las cartas están echadas y los términos de la conversación son de rendición.

Con quién se va dialogar, con los mismo que han incumplido todos y cada uno de los acuerdos a los que se han llegado en los últimos 20 años, con aquellos que nunca se han comprometido a respetar las reglas de juego, que nos hace creer o esperar que ahora sea distinto, cuando esa oposición cerró toda posibilidad al dialogo en 1999, lo único que puede dialogarse son los términos de la rendición, la suspensión de toda la institucional para que un gobierno por el que nadie voto llama a elecciones generales, si es que lo hace.

Hoy se acusa al gobierno de Nicolas Maduro de ilegitimidad e ilegalidad, se levantan frenéticas voces para calificar su gobierno como inconstitucional, pero por qué esas voces, que además se dicen críticas y abogan por la paz, nada dicen del sistemático desconocimiento de la constitución por parte de la oposición.

En Venezuela la oposición ha impuesto un régimen de impunidad en el que el estado de derecho no les aplica jamás, ellos son intocables hoy como lo eran ayer. Mientras el pueblo legislador, ese que hizo posibles leyes como la ley semilla, es el único sujeto objeto de la acción penal, cualquier imputación a dirigente alguno de la oposición siempre fue tratada por la prensa, y por ese eufemismo que llaman "Comunidad internacional" como una persecución política.

Hoy John Bolton ha transformado este régimen de impunidad en derecho internacional imperial, lo hace cuando amenazante señala que nada debe ocurrirle a la oposición venezolana.

Los que hoy piden resolver la situación por la vía electoral hacen lo que le toca a quien quiere evitar una guerra, pero parece que no se dan cuenta que el dialogo para la rendición incluye la realización de elecciones a través de una organización internacional.

Es decir, como nos han montado el expediente de estado fallido, recordemos que la oposición tiene un par de años diciendo que en Venezuela no hay institucionalidad porque el chavismo la destruyo, resulta entonces que nuestro país no tiene la capacidad de realizar elecciones legitimas.

La oposición ya ha entregado la soberanía de Venezuela a Estados Unidos, el camino es el de ser un semi-protectorado o morir en el intento. Y la ha entregado porque dicha oposición no reconocería ninguna elección realizada por los poderes legítimos de la República.

Pensemos en el escenario de una rendición negociada en el que se llaman a elecciones en 30 días, pues tenemos que preguntarnos que Consejo Nacional Electoral haría esas elecciones, con que Plan República, no habría institucionalidad con la que llevar acabo esas elecciones porque la oposición no reconoce la institucionalidad venezolana.

Por eso quienes piden hoy una salida política, no constitucional, que producto de un dialogo haga posible una relegitimación de los poderes, actúan según dicta la conciencia de quien no quiere pasar por una guerra, pero en el tintero se les queda que no hay legitimación de poderes posibles sin la intervención y tutelaje de los Estados Unidos, lo contrario no sería aceptado por la oposición, al menos por supuesto que ganen dichas elecciones…

Lo que en 2004 fue un gran triunfo político, no el que Chávez ganara el referéndum revocatorio, la oposición se vio obligada a seguir los mecanismos constitucionales para lograr su único objetivo, sacar al chavismo del gobierno. Triunfo que continuó cuando en 2007, esta oposición salió a defender la constitución por la que votaron No en 1999 y que eliminaron durante 48 horas tras el Golpe de abril de 2002. Sin embargo, hoy el triunfo de la oposición está no solo en la derrota política y militar del chavismo, sino en la posibilidad de derrotar el régimen constitucional de 1999.

La oposición abrió las puertas del infierno y parece que estamos próximos a entrar…

Sinceramente espero equivocarme…

 

 

jjrl51@gmail.com



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