El Día 3-D: a pararnos temprano, hacer calistenia y ponernos rojos, rojitos

Nos vamos a nuestras colas y…ya saben. Así es que actúa un pueblo que quiere democracia. La oposición que vote por el suyo y que espere lo que diga el CNE al respecto. Nosotros, los rojos rojitos, nos volveremos a casa, a la esquina, con los amigos, o nos quedamos en las calles comentando y OJO AVIZOR. Somos soldados de la Revolución y no nos podemos quedar dormidos. Quienes se proponen crear miedo, están bien equivocados con el pueblo que estuvo con Simón Bolívar en cinco escenarios libertarios. Cualquier situación anómala, haremos una réplica del 11, 12, 13, 14 de abril de 2002, pero con un rostro distinto, con una reacción ejemplar y vigorosa contra los profanadores de la paz.

Así mismo les hacemos un llamado a nuestros compatriotas de la otra tolda, para que no les sirvan de comparsa a los desestabilizadores. Recuerden que ninguna de ellos dio la cara, después que en un acto de desafío a las leyes, a la Constitución, y pasando sobre la mayoría del pueblo, hicieron que muchos de nuestros hermanos murieran en Puente Llaguno para hacer de eso un arma contra un gobierno legítimamente electo. ¿En cuál parte de la marcha estaban Marcel Granier, Gustavo Cisneros, Napoleón Bravo, Antonio Ledezma, Carlos Ortega, el Negro Cova, Julio Borges, Liliana Hernández, Patricia Poleo, Leopoldo López, Capriles Radonsky, Marianella Salazar, Ibéyise Pacheco, Víctor Manuel García y otros? ¿Murió alguno de ellos? ¿Está detenido alguno de ellos? ¿Y los militares golpistas? Cuando un pueblo tiene conciencia de lo que es democracia, sabe esperar el momento propicio. Busca al hombre, al estadista, al político, que tenga moral para ser su representante. Pueden estar seguro que ninguno de los nombrados arriba, busca bienestar para los venezolanos: andan tras la fuerza que da el poder para aumentar su medio de vida, sus caudales económicos, sus prepotencias, sus riquezas. Rafael Poleo es un desestabilizador anciano. Habla de que el pueblo esté noche y día en la cola y uno se pregunta, ¿qué ha hecho de bueno este hombre para que alguien pueda seguirle sus pasos?

La inmoralidad no debe seguir marcando pauta. A los inmorales debemos sacarlos de la palestra política, a ver si en la soledad deciden hacer ejercicios mentales y entienden que estamos muy cerca de construir al hombre invisible. Es decir hemos superado momentos históricos y nos dirigimos, por bien o por mal, a una utopía, encerrada en un ángulo de la vida, que tendrá que hacerse inevitablemente, realidad. Es el fin. El tiempo nos dice que solamente andaremos tras los hombres que nos señalen un buen rumbo y ellos no lo son ni lo han sido. Han estado apretujados en el mismo saco, donde el pueblo nunca ha podido entrar. La oposición pueblo, está en el momento justo para buscar un líder que no sea del pasado, porque “se hace camino al andar”. Un líder que no profese el odio, la guarimba el golpe de Estado, porque eso no va paralelo al progreso. Un líder formado en la nueva realidad, que pueda tener capacidad e ideas, para buscar los desaciertos de la revolución y llevar propuestas a esa oposición, que puedan en un futuro ofrecer una alternativa real, sin maldades, bajo los conceptos emanados de nuestra Constitución, que es nuestro libro principal. Ustedes, amigos de la oposición irán a votar por su candidato, pero el rictus del odio, inyectado por Rafael Poleo y quienes lo siguen, échenlo en la cloaca. La democracia es un juego de béisbol, donde gana el que más carrera haga. Eso no descarta al perdedor, porque la democracia está hecha con ese fin: victoria y derrota en libres comicios, obviando la guerra, pues habitar en un pueblo democrático, significa que ya hemos dejado de vivir en las cavernas. El 3-D cada quien irá en busca de la victoria. Ustedes y nosotros. Gobierno y oposición.

Que gane el que anote más veces, pero no le hagamos el juego a los intrusos, a los descarados, que no saben lo que es una recta, una slider, un jonrón, sino que lo que les interesa, es que el juego termine en un tumulto entre los peloteros, para ellos saciarse desde las gradas con las sangre de los gladiadores, que son ustedes y nosotros. Vayan ustedes, hermanos de la oposición, con el color que quieran; nosotros iremos con el color de la sangre; rojo rojitos. Pero digámosle a Rafael Poleo y a esa ristra de “pescadores del odio” que ya no hay espacio para ellos, porque en la vida se “nace y se muere”; ellos murieron hace muchos años.

aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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