La cara siniestra de "Mi Negra"

Supuestamente, según la encuestadora "Alfredo Keller y Asociados" más del 90% de todos los chavistas, es decir, casi todos, están de acuerdo con la propuesta de Manolito de la tarjeta "MI Negra" para que les regalen una cantidad de dinero mensual, sin hacer nada.

Depende de como se plantee la pregunta y se asome el asunto, pero es obvio que casi nadie se opondría a que le "regalen" dinero, sobre todo si es bastante en términos relativos en comparación sus ingresos, y si ese "regalo" es un ingreso extra que se agregue a lo que ya obtienes en la actualidad. Pero..., ¡siempre hay un maldito pero¡, o, como dicen los gringos tan admirados por Rosales, " there ain't no such thing as a free lunch", es decir "no existe almuerzo gratis" significando que todo tiene su precio, que si alguien aparenta "regalarte" algo, es para obtener otra cosa a cambio, que si te invitan a almorzar es para sacarte algo.


Lo que no dicen ni Rosales ni sus asesores, ni tampoco los encuestadores, y por ello debe ser dicho por los partidarios de Chávez es lo que oculta la oferta engañosa de "Mi Negra", el lado siniestro de esa "trampa cazabobos". Lo que se esconde detrás de ese montaje es que, en el supuesto negado de ganar Rosales, sus declaradas políticas petroleras a favor de los países consumidores, especialmente los Estados Unidos de América, y que ya provocaron durante la época de Giusti en PDVSA la caída brutal de los precios de petróleo, volverían a bajar los precios de crudo a precios viles y en ese caso, como sí aclaró Rosales, NO habrá más tarjeta Mi Negra, ya que la misma se sustentaría en los excedentes del precio de petróleo.

Por otro lado, y siguiendo el ejercicio de imaginación, si efectivamente entregaran el cacareado "regalo" de "Mi Negra", lo que no se dice es que esa entrega sería a cambio de eliminar las actuales misiones, la eliminación de los subsidios y la privatización de todos los servicios públicos, hasta las cárceles (esto último lo está ya "ofreciendo" otro candidato, quien, por lo menos, es más claro en sus planteamientos neoliberales).

Entonces, los supuestos "beneficiados" con la tarjeta "Mi Negra" quedarían en realidad mucho peor: con una magra asignación que no les alcanzaría para costear los precios "de mercado" de los servicios básicos y sin posibilidad de acudir, como ahora a los servicios públicos gratuitos. No es casualidad que en el modelo que plantea Rosales y otros candidatos de oposición, Los Estados Unidos (¿Hundidos?) de América, más de 47 millones de habitantes, casi la quinta parte de la totalidad, no tiene ningún acceso a la educación y a los servicios de salud porque en ese país, incluso los servicios "públicos" son pagos y si no tienes dinero, no recibes atención.

Por otra parte, la tarjeta "Mi Negra" tiene otra vertiente oculta, o que al menos sus promotores se cuidan bien en mantener fuera del debate. Esa propuesta es otro mecanismo neo liberal para desviar recursos públicos hacia las manos privadas. El Estado, en lugar de prestar los servicios y satisfacer las necesidades básicas de la población menos favorecida, de manera directa y sin intermediarios; le da el dinero para que "compren" los servicios a los empresarios privados, socios y aliados de los funcionarios públicos que deciden dichas políticas. Algo similar a los manejos de Bush, Rice, Chenney y Rumsfeld con los contratos que se autoadjudican tanto en los mismos Estados Unidos de América como en otros países "liberados" por el ejercito invasor que ellos comandan.

Esta última afirmación no es una mera calumnia de quien escribe; ya Rosales lo hizo en el estado Zulia, donde en lugar de colaborar en fortalecer el sistema de educación pública superior, otorgó becas para que los beneficiarios costearan carreras en universidades privadas; claro que no en la cuantía que él alega; pero el hecho es ese: dinero del Estado que va a negociantes privados y por el ya citado dicho gringo de que "no hay almuerzo gratis" uno es libre de suponer que esa tampoco fue una decisión gratuita, que los dueños de esas universidades privadas algo debieron dar a cambio. Es una suposición plausible; el viejo aforismo adeco del ¿Cuánto hay pa'eso?.

Esa es la verdad oculta que debe ser desenmascarada.

josegpinat@gmail.com








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José Gregorio Piña


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