Sembrando el enemigo

Caminando por una reconocida universidad privada me conseguí con un conocido que tenía mucho tiempo sin volver a ver, resulta que al parecer asistía a un evento allí y había llegado un poco temprano, luego de los saludos de costumbre, preguntas por la familia y el trabajo caímos en el ahora muy usual tema de conversación, la situación del país, en ese tema suelo siempre dejar que el interlocutor comience primero, esto lo hago porque mi posición al respecto a menudo no es comprendida, requiere de una larga explicación que es tediosa para algunos, sobre todo para los que sólo les gusta repetir lo que han escuchado por ahí o para los borregos de las redes sociales. El caballero resumió todo el asunto culpando al socialismo, dijo que estos 20 años de escases y corrupción han retrasado el desarrollo del país, ese es una cantaleta trillada que llevan años sembrando en el psiquis de la población, pero ahora posee matices nuevos, el personaje siguió exponiendo que a su juicio sólo queda una salida, una salida violenta y arriesgada, “el magnicidio”, como yo seguía mirándole atentamente el amigo incluso opinó que el único problema es la Guardia Nacional, me dice que hay que eliminarlos a todos porque son los que se interponen entre la justicia del pueblo y el presidente, yo sigo mirándole con cara de comprender lo que me habla, pero en el receso el caballero me mira interrogante como esperando le dé la razón o agregue alguna cosa, yo le miré divertido y le comenté que era un poco absurdo tratar de enfrentar a la Guardia Nacional, le expliqué que ellos sólo están haciendo su trabajo y que reciben entrenamiento de combate con regularidad, además están armados y la ley tipifica como delito la agresión a uno o más funcionarios del orden público… el amigo me miró incrédulo y se hizo el apurado, sólo se limitó con aire de condescendencia a decirme que la cobardía muchas veces se esconde tras la leyes, luego fingió necesidad de retirarse y se despidió un poco frustrado. Esta conversación la he tenido antes con diferentes personas, ya está rayado incluso el discursito, lo que sorprende es como muchos repiten con aprensión la necesidad de exterminar a la Guardia Nacional, lo dicen como un mantra, personas de diferentes edades, el argumento siempre es el mismo, “la Guardia Nacional se interpone entre la justicia del pueblo y el Presidente de la República” éste último culpable de la totalidad de las injusticias, robos y genocidios ocurridos no solo en Venezuela sino en la Galaxia entera.



El Sistema


El sistema de adoctrinamiento progresivo utiliza múltiples recursos comunicacionales, desde el rumor, pasando por la farándula, los periódicos, la radio, la televisión, el entretenimiento y terminando en las redes sociales, siendo las últimas muy fuertes al estar trabajando las 24 horas en la misma dirección, adicionalmente las redes sociales atacan a todas las edades por igual, desde niños de escasa edad, hasta ancianos, todos bajo el bombardeo dirigido de las redes sociales, el adoctrinamiento utiliza muchísimas formas, programas de opinión, personas con cierta proyección social que apoyan o refuerzan las doctrinas promovidas, la supuesta censura que muchas veces es autocensura, la edificación del terrorismo como actos heroicos, funcionarios de gobierno o políticos que proyectan la impunidad haciendo apología del delito, banalizando sus consecuencias, orígenes y financiamientos, un 70% del metraje periodístico centra la atención de la población en los actos vandálicos, exaltándoles cómo valientes actos de patriotismo y descalificando las acciones de las fuerzas de gobierno, quienes procuran con mucho riesgo restablecer la paz y erradicar los actos terroristas, a esas fuerzas se les califica de represivas y asesinas, toda estas corrientes aprovechan con sofisticada precisión cualquier evento que les permita diseminar el odio, la violencia y el rencor, inicialmente el enemigo era el Socialismo, pero la siembra ha diversificado los enemigos, ahora se centra en el presidente Nicolás y las fuerzas del orden público, con especial atención en la Guardia Nacional.



El mensaje


El mensaje es claro; El enemigo es el presidente Nicolás, en segundo lugar está la Guardia Nacional, los demás enemigos pasaron de moda, ni siquiera la corrupción, la delincuencia, la economía o el control de cambio, la prioridad se centra en el Presidente y la supuesta necesidad urgente de cambiarle por la vía rápida y sin elecciones. Este mensaje es cuidadosamente promovido en diferentes lenguajes coloquiales dependiendo del target y el canal de difusión empleado, hasta los niños terminan viendo a las fuerzas de seguridad como enemigos, la difusión del mensaje de odio y violencia llega incluso a los muy jóvenes, la mayoría de los padres ya presos del adoctrinamiento terminan banalizando los mensajes que llegan a los hijos por medio de las redes sociales, en otros casos ni si quiera saben el contenido que les llega por esa vía, recrean el morbo de las peores situaciones de violencia y las vinculan a lo que según la doctrina debe ser la reacción del colectivo en general frente a los funcionarios del orden público.



Análisis de la siembra


La siembra del enemigo está muy bien estructurada, no sólo se utiliza una vitaminada semilla de discordia, es abonada generosamente con recursos locales y extranjeros, el riego constante y al momento de los medios de comunicación impiden su deshidratación y aporta nutrientes para el desarrollo progresivo de dicha semilla, por último y no menos preocupante es la dosis recurrente de fertilizantes por parte de las instituciones del gobierno, comenzando por una fiscalía distendida y parcializada y terminando por unas muy deficientes medidas de contención que parecieran que en lugar de querer extinguir el terrorismo y los focos de violencia más bien quisieran hacerlas más duraderas y descontroladas, la Asamblea como era de esperarse no sólo no aporta soluciones sino que además se convierte en parte del problema, procurando legalizar la convocatoria a la práctica del terrorismo y satanizando cualquier medida de contención justificando incluso entre líneas el asesinato de militares y funcionarios de gobierno. Este macabro cultivo pretende sembrar en la mente de los venezolanos diferentes enemigos, la necesidad de la confrontación y el reclamo de la impunidad como forma práctica de tratar el vandalismo, el pueblo al estar acorralado por las transnacionales, la escases, la corrupción y el hampa común termina ofreciendo para esta siembra, la más fértil de las tierras augurando de continuar las cosas así, una horrible cosecha de desventura, violencia y pérdida total de las libertades más básicas.



¿Qué han hecho otros presidentes?


Localmente hablando hubieron otras formas de extinguir las inconformidades del pueblo que se traducían en violencia, la guerrilla por ejemplo fue perseguida y acabada, persecuciones, matanzas y torturas fueron el método, las manifestaciones eran rápidamente controladas con peinilla perdigón y fusil, la dirigencia estudiantil que incluso era en su mayoría apolítica era firmemente perseguida y castigada.


Carlos Andrés Pérez: lo más parecido a las “guarimbas” actuales fue el caracazo, en tres días el presidente se encargó de eso, miles de vidas perdidas en un infructuoso intento de cambiar las crueles políticas sociales que el gobierno aplicaba, la especulación y la falta de oportunidades para el desarrollo, aunque las medidas fueron muy violentas, imperdonables y criminales mantuvieron claro una cosa, el poder estaba en manos del gobierno, no era viable una forma alternativa de cambiar al gobierno que no fuera la contemplada en la constitución.


El presidente Obama tuvo que enfrentar unas manifestaciones muy fuertes producto de los recortes presupuestarios y el racismo policial, no llegaron al vandalismo de las “guarimbas” pero sí que estaban haciendo mucho ruido, el aluvión de líderes presos más las onerosas e inevitables multas desinflaron el intento de alterar el orden.


Donald Trump tuvo que enfrentar y aún lo hace fuertes protestas, estás muy parecidas a las de aquí por cierto, el millonario presidente aplicó una fuerte disuasión de las protestas mezclado el uso de la fuerza con un poderoso silencio de los medios, para esto pudo contar con el apoyo del muy valioso Murdoch y su control absoluto de más del 70% de los medios de comunicación, en la actualidad el controvertido presidente enfrenta diariamente una fuerte presión de los medios no alineados con él, además de protestas similares a las nuestras financiadas por facciones políticas y económicas una práctica muy exportada a países en desarrollo y una que otra nación lacaya que pretenda salir del yugo como el caso de Francia.


Tayyip Erdoğan le tocó enfrentar un golpe de estado con financiamiento occidental, a pesar de la muy detallada logística el presidente turco pudo al última hora evadir el golpe, igual que en Venezuela el golpe contemplaba una escalada de manifestaciones con el consabido caldeamiento de las mismas, pero el presidente actuó rápidamente encarcelando a miles de militares, líderes políticos y marchistas, la influencia del norte la neutralizó rápidamente tomando los principales medios de comunicación y haciendo un férreo control de contenido, suspendió la operatividad de todas las redes sociales e incluso limitó el acceso a internet en algunas zonas críticas.


Juan Manuel Santos también le ha tocado su dosis de protestas, ahora se ha puesto de moda cometer actos vandálicos en las marchas, es por eso que el presidente colombiano inmediatamente aisló el acceso a las poblaciones afectadas y volcó las fuerzas policiales y militares para el control del territorio, le apoyan unos medios controlados y acostumbrados a tratar los asuntos de gobierno con mucha cautela, decenas de años lidiando con el cartel y las mafias de gobierno les han enseñado que callar o inclinar la balanza en detrimento del pueblo puede ser muy rentable.


Vladímir Putin muy recientemente ha enfrentado manifestaciones similares a las nuestras, las mismas eran permisadas para efectuarse en una zona y el mismo día de la marcha los líderes cambiaban el destino, el cambio no permitido de ruta de la marcha naturalmente debía ser castigado, el resultado es que luego de encarcelar centenas de manifestantes y buscar y detener también a los convocantes que curiosamente se encontraban en sus casas sin correr ningún riesgo la escalada de la protesta se neutralizó sin una alteración del orden público y sin bajas que lamentar.


Muchos presidentes les ha tocado enfrentar protestas mal intencionadas o simplemente desordenadas, la mayoría de los mandatarios coinciden en una neutralización rápida y eficaz de los matices violentos que pueda tener una protesta, en el caso particular de nuestro país hemos notado una extraña forma de combatir las protestas, en lugar de aplicar severos correctivos se envían funcionarios desarmados a enfrentar manifestaciones violentas y de paso financiadas por entes parapolíticos, se enjuician a los militares que actúen con dureza contra la población que voluntaria o manipulada mente se aproveche del derecho a la protesta para delinquir, atacando a civiles y militares llegando incluso al asesinato más mórbido como el caso de los que han sido quemados, estas medidas peligrosamente desgastantes e insuficientes se retroalimentan con una impunidad total en los practicantes, que aun cuando son detenidos luego son liberados bajo estúpidas medidas cautelares, el otro ingrediente que empeora la cosa es la forma como los medios irresponsablemente manipulan los hechos, promoviendo por un lado la “resistencia” exponiendo como héroes a los violentos y mártires a los asesinados, colocando al gobierno no como un blandengue y extrañamente flexible régimen sino más bien como el más horrible de los opresores.


En lo personal no comparto las acciones del gobierno y su satánico CAMINPEG que cuestioné en su momento por cierto, pero por encima del desprecio que siento por los corruptos y sus oportunistas amiguetes, está la certeza de que un país que es capaz de mantenerse estable y en pleno funcionamiento también puede sortear los más fuertes inconvenientes, no quisiera pensar que el presidente fertiliza la horripilante siembra de enemigos porque se siente protegido y con la finalidad de mantener el pueblo distraído, ignorando el deplorable saqueo del arco minero y su muy marcado daño ecológico, como tonto inocente voluntario de las amargas consecuencias que puede producir el intento absurdo de atacar las fuerzas armadas o sus propios coterráneos, sirviendo de esta manera el caldo de cultivo perfecto para la intervención extranjera.

vicentejahn@gmail.com


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