Lo de los medios de comunicación es un pobre show. Lo de las protestas pacíficas es un terrorismo inaceptable. Rendir tributo a los caídos por parte de la oposición es un descaro, una falta de respeto, una burla, una patada a la inteligencia del venezolano. Lo de las “marchas pacífica” una vulgar mentira, un vulgar en engaño. El dolor por los muertos, un verdadero cinismo, una vulgar hipocresía. Todos los muertos son por obra y gracia de una oposición desenfrenada que no tiene paz con la miseria.
El caso venezolano es la mejor prueba de que el periodismo está perdiendo la esencia, la moral, la ética, los principios. Le están dando con las patas a una profesión tan digna que era hasta hace unos 17 años. Las excepciones son pocas pero llegar a la penosa escena de montar golpes mediáticos es lastimoso. Una pena ajena. Lo peor es que actúan con la cara muy limpia, un éxito buscar muertos, una victoria falsear noticias o montar hechos para hacer creer lo contrario a la realidad.
La prueba más contundente del golpe mediático fue en Venevisión el 12 de abril 2002. Napoleón Bravo abrió el programa: “Buenos días, tenemos nuevo presidente”. Un gris invitado dijo: “Debo decirlo, gracias venevisión, gracias RCTV”. Napoleón interrumpió: “Te voy a decir una cosa: y nosotros tenemos que decir tanto RCTV como venevisión, gracias CMT, gracias Televen, gracias Globovisión”, y dijo el otro, “gracias medios de comunicación”.
La fiesta continúa. Recordando a Luis Fernández con el montaje de Puente Llaguno, aparece ahora, un tal Michael Iriarte con la producción de una noticia en vivo donde lo pide a los marchistas que tienen que ayudarlo a hacer el montaje. Eso raya en la sinvergüenzura profesional. Es vender la ética por cuatro lochas, vender los principios morales, vender la vergüenza, y exponer la poca credibilidad que quedad en los medios.
Se le está “vendiendo” al mundo la verdad hecha mentira. No se le da el trato a la veracidad de la noticia, al hecho por más noticioso que sea. Por ejemplo, en qué cabeza cabe que pase desapercibida una noticia donde los terroristas quemen un hospital por los cuatro costados con 54 niños hospitalizados, los cuales hubo que trasladarlos de emergencia a otro hospital para salvaguardar sus vidas?. Que incendien un “Simoncito” con 85 niños adentro?. Quemar CDI, el Metro, transporte público y privado, vehículos con gente adentro, matar gente degollados, linchas personas.
Todas las muertes han sido en protestas opositoras. Algunos tontos que atendieron el llamado y otros que pasaban por casualidad, el tiro fue en la cabeza. Francotiradores en las azoteas como han sido las instrucciones giradas para buscar los muertos. Quema de centros comerciales, panaderías, saqueos, violencia, terrorismo, etc. Lamentablemente todavía hay gente que cree en quien manda a matar por un interés personal o político.
Ahora bien, raya en el descaro y la ridiculez que de pronto, como por arte de magia, en todos los medios de comunicación sale el mismo día la “gran noticia” de que la oposición acusa al gobierno y al chavismo de la desestabilización. Grandes titulares, primeras páginas, minuto a minuto en TV, en radio. Publican con la cara bien lavada que la oposición “rinde tributo” a los caídos. Una burla, una falta de respeto, una patada a los dolientes, un insulto a la inteligencia. El país sabe quién tiene que pagar los muertos.
Se burlan del dolor ajeno y los muertos para ellos no valen nada. El mundo tiene que saber que ellos se matan entre sí. Un séquito de Leopoldo López, asesinó, descuartizó y lanzó a una compañera de marchas de todos los días a un tambor de basura. Ese criminal andaba con Leopoldo López para arriba y para abajo. ¿Se puede llegar a creer que a esa gente le duele los muertos, los destrozos, hospitales, niños enfermos, ancianos? Si queda alguien que crea en las bondades y la buena voluntad de esta oposición es porque tiene un toque en el cerebro. Esto no tiene perdón de Dios…
