Una verdadera contradicción. Mientras la alta dirigencia del chavismo continúa con la campaña del “no volverán”, la cual nosotros también la repetimos en cualquier esquina, cualquier calle, cualquier barrio, cualquier caserío, la oposición a la calladita “está volviendo” sin quemar un cartucho. La impresión que da es que sólo basta con haber ofendido a Chávez, vilipendiado, haberlo pateado de la manera más vulgar, para que sean bienvenidos a cargos de jerarquía en el gobierno desde donde se le está haciendo un terrible daño a Chávez.
Están volviendo de la manera más inaceptable. El de la calle, el de a pie, el que nada tiene que ver con política, se ha dado cuenta de que, el gobierno está lleno de infiltrados, antichavistas, opositores, paracaidistas, que no saben lo que es buscarle un voto al chavismo. Claro, ellos no tienen la culpa, la culpa la tiene el que ahí lo coloca, por desconocimiento o porque creen que los chavistas son pendejos que no saben quién es quién tanto en el chavismo como en la oposición.
Están volviendo facilito sin disparar un tiro. De nada ha valido la campaña del “no volverán”. Están volviendo valiéndose de la debilidad del chavismo que, creyendo que metiendo opositores, éstos, mañana o pasado, van a saltar la talanquera y venirse para esta acera, y es tamaña equivocación, al contrario se burlan del chavismo. Dicen que los chavistas son unos incapaces, unos ineptos. Pero el chavismo de base, ese que va al fin del mundo a buscar un voto se ha dado cuenta de lo relegado que están mientras que los opositores “están volviendo” sin mover una paja.
Ahora, la gran pregunta en la calle es, qué está pasando para que tanta gente en el gobierno esté contradiciendo el “no volverán” del comandante Chávez. Las bases chavistas, esas que hasta plomo parejo han aguantado, no tienen la respuesta de ese qué está pasando, o se hacen los locos por la impotencia. Una impotencia que poco a poco va llevando a los chavistas de verdad, verdad, a pensar que de seguir así se tendrá que “tirar la toalla” y decir “me rindo”, “no puedo más”.
Los infiltran los que tienen el poder para infiltrar. El poder para decidir. El poder para engañar. Las instituciones del estado están abarrotadas de opositores. Instituciones que para algo servían y ahora no sirven para nada. Instituciones que existían y ya no existen. Han desaparecido y se han convertido en máquinas de derrochar presupuestos. ¿Por qué? Porque han incluido a los que jamás han tenido que ser incluidos. A quienes no les duele el pueblo, el pobre, la comunidad, el servicio al público.
Están volviendo. Quién le pone un parao a esto. Quién le rinde cuentas al pueblo chavista. El peor de los casos es que los infiltrados son archiconocidos por chavistas y no chavistas. Eso sí, no vayan a echarle la culpa a las bases del chavismo si vuelve a pasar lo que pasó en las parlamentarias. Una patada al chavismo de a pie golpeado en la madre con imposiciones, infiltrados, paracaidistas; y ahora opositores gobernando. Decían que “no volverán”, pero están volviendo.
Hay estados que, después que murió el comandante Chávez, han desaparecido, no como estado, sino instituciones al servicio del pueblo. Todo lo que había se vino abajo. Abandonados a la suerte. Del 2013 en adelante, todo se derrumbó o lo han derrumbado. ¿Por qué? Porque no son chavistas. Nada les importa. Nadie, absolutamente nadie, que venga de las filas de Acción Democrática o Copei, puede ser bienvenido a gobernar con el chavismo.
Cómplices de la represión, el crimen, desapariciones, masacres, crímenes de estudiantes, crímenes políticos, ahorcamientos, torturas, allanamientos a universidades, etc., como lo de Jorge Rodríguez, Fabricio Ojeda, Alberto Lovera, no pueden gobernar con el chavismo. Lamentablemente están volviendo. ¿Quién tiene la culpa?
Mucho cuidado con la gota de rebose el vaso. Chávez enseñó a las bases chavistas a pensar, a leer, a estudiar; por lo tanto, esas bases no pueden estar bajo el mando de un opositor. Eso es un insulto al sentimiento que se siente por el comandante Chávez, que merece todo el respeto. No volverán, no dejen que vuelvan, pero están volviendo.
