Es por ello que ha llegado el momento de poner a un lado cualquier partícula de ingenuidad política que pudiera hacernos presa en estos precisos instantes, y así evitarnos posteriores e indeseados arrepentimientos.
Los frecuentes accidentes producidos en nuestras carreteras y autopistas por vehículos pesados de transporte privado; los violentos acontecimientos carcelarios; la salida del aire de la cadena presidencial, así como la abrupta decisión del Centro Carter de no participar en el venidero proceso electoral en el rol establecido por el CNE, ¿son acaso meras casualidades?
En esta ocasión reiteramos que a esto no se le está prestando la urgente atención por parte de los organismos de seguridad del Estado; seguros estamos que no se trata de circunstancialidades, no, aquí hay algo más, de allí que por la parte que nos corresponde no nos haremos eco de la precitada ingenuidad, y ante por el contrario denunciamos sin temor a equívocos, que las enormes cantidades de dólares con que cuenta la ultraderecha venezolana para la compra de conciencias a cualquier nivel, está presente en estos saboteos.
Falta aún por verse el secuestro de alguna personalidad, como preámbulo al estallido fascista, fatal para unos y otros, que tendrían previsto ejecutar el día 07 de octubre, una vez emitido el primer boletín del CNE.
Presidente Chávez, “son muchas las puñaladas que he recibido por la espalda”, dijo usted en Guayana, no acepte una más, o nos volveremos a quedar sin patria.
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