Desgraciado el pájaro que se defeca en su nido

Maricori está bien madurita para la gracia

De nuevo pide que USA le invada a su país

Y uno no entiende a estos majunches del carrizo. Se las quieren dar de amorosos, buenos, pepinitos, ejemplares, patriotas, chéveres cambures y chayotas pero no lo logran. Esto no es un teatro: esto es la pura verdad. El circo queda más allá, en los Estados Unidos donde los payasos juegan con la luna y se besan con el sol. Los gringos todo lo pueden, hasta arruinarse y llevar al mundo a una guerra nuclear donde ni ellos quedarán para contarlo. Bueno ahí tienen a Superman, a Batman, a Robin  al capitán América y a una millonaria cantidad de bobos que van desde el imbécil Cocoliso hasta el pestilente Fantasma que nunca se quita el short ese que debe oler a mecate de estrangular cochino. Tal vez ellos puedan salvarlos de una hecatombe que no debe estar muy lejana. Se acerca el Armagedón anti imperio.

Los majunches venezolanos se las dan de cómicos. Salen en los periódicos con las bembas rojas, las cejas como hilo, las palabras edulcoradas y rebuznadas, perdón, rebuscadas, tratando de querer embadurnar a un pueblo que va al grano, al pan y a la caraóta porque ahora si las tiene. Veamos a esa señora que ya está bien pasadita de carburo llamada Maricorina Machado. Pretende ser una infanta tremenda. Grita y gesticula, amenaza, promete, miente, es demagoga y claro como todos ellos no saben lo que dice porque ellos no leen, no se culturizan, no les gustan los libros, creen que con el dinero basta y después terminan dando la cómica cada vez que abren las jetas. A Radonski me remito.

Maricorina se la de avispada. Y eso comenzó desde aquellos tiempos que andaba sumando dinero en  Súmate. Dinero que le enviaban “las humanas raites” desde Usa para que en unión de sus acrisolados polluelos manos blancas hediondos a cachitos de mortadela, se encargara de comprar kerosén y fósforo para quemar al Waraira y a las palmeras de la Bolívar Mi abuelita si viviera seguramente al verla  me dijera: “Caray Pocholo esa mujercita si que es frasquitera”, Y yo estaría de acuerdo, porque Maricorina le encanta una pantalla, tenía que haber sido actriz, aunque de las malas, porque no aguanta una pedida para salir diciendo bolserías, con ese tono de sifrina de bodeguita que se gasta. El prototipo de los frustrados, de los que se visten de colores para llamar la atención. Maricorina debe tener problemas de  cuando iba a las fiestas juveniles y nadie la sacaba a bailar y que porque no tenía dos  oídos sino dos muelas.

Hace tiempo se fue a la “casaguai” y se sentó con “Caraecaña Bush” a pedirle que la dejara retratarse con él, para darse caché ya que venían unas elecciones y el mundo así sabría que en un país llamado Venezuela existe una motolita brincona y altanera llamada Marico rina que en vez de ir a detener la fábrica de cabilla esa que tiene en Antímano causándole problemas de respiración a un extenso grupo de habitantes, lo que hace es andar como la canción, de derrota en derrotas Creemos que si le fue difícil andar por los barrios de Caracas haciéndose la simpática durante la elección para candidata de la Mud y el pueblo la cercenó de sus almas por mentirosa y prepotente, ahora después que gritó a toda Europa y al mundo que en Venezuela todas las niñas de diez años son prostitutas, llegó a su fin como politiquera “qué iba a recibir la banda presidencial de Chávez”-deseos no preñan.

Maricorina no encuentra que hacer, va de un lado a otro como una  parapara en cemento, como un aerostato sin control como una sanguijuela buscando a quien sacarle sangre para  reanimarse, pero es muy tarde; se quemó antes de tiempo, porque sus palabras, sus deseos para que los Estados Unidos invadieran a Venezuela, ofendiendo a la infancia venezolana en Europa, quemando Warairas y palmeras están marcadas en una agenda que el pueblo tiene en su  patriota corazón. Esto es para Ripley; se mojó sin agua, se quemó sin fuego, la secó el aire de un pueblo que ya no cree en ricos, en mantuanos, en fascistas descaramelados e inútiles. Vino, se hizo visible y se marchó. Ojalá que la distancia la mantenga bien lejos, exclamó una señora ayer en una farmacia.

Casos como los de Maricorina deben servir de ejemplo a esos que se imaginan imprescindibles, intocables, porque ahora el soberano no pertenece a esos años del dominio burgués en Venezuela. Hoy gracias a la educación, a la tecnología, a la salud, al deporte, a las universidades y los liceos,  a la revolución, no tiene el pueblo espacios para estar oyendo a ese tipo de fulanas y fulanos que aun habitan en las cavernas pretendiendo comprarlos con chequecitos chimbos y que en vez de sapoara dicen suapara, demostrando un grado superlativo en ignorancia a todos los niveles. Que sigan ellos en la soñadera con príncipes y reinas, esclavos y Jaimes. El pueblo venezolano le dijo adiós para siempre a las Maricorina neardentales, a esas “muñequitas” de rostros empegostados  de hipocresía. Maricorina el tiempo termina rápido para los prepotentes, para los groseros, para los vanidosos, para  los que ofenden, para  los que despotrican de su propia patria. Esas niñas que llamaste prostitutas crecerán y no olvidarán que las ofendiste en mala hora. Los ricos son crueles, viva el socialismo humano. No es posible que intentes  sanar lo que mataste, lo que destruiste, eres parte de un pasado que no regresará.

legavicenta@gmail.com



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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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