“La iguana y el mato de agua se fueron al Orinoco, la iguana no regresó más ni el mato de agua tampoco”.
Rima del quehacer popular que el Presidente siempre puso en el tapete. Recuérdese que Chávez entre otras cosas es un genuino cultor de la venezolanidad. Por él supo el pueblo quien fue Zamora y otros héroes de nuestra eternamente intranquila patria. Gracias a él el pueblo se aprendió nuestro Himno Nacional completo, igualmente buscó el camino de la libertad desde siglos hacen.
Para quienes escriben poniendo al Presidente Chávez como protagonista de sus notas, resulta imposible resaltar la espontaneidad, el carisma especial, que éste le pone a sus palabras, aunque éstas sean del más profundo y lúgubre protocolo gubernamental.
Es frecuente escucharlo en sus recuerdos de épocas pasadas. Por ejemplo en su reaparición ante el amor de su vida, el pueblo, recordó un juego de béisbol que prepararon él y Fidel en el cual Fidel le puso de bateadores a los mejores exponentes del béisbol cubano, pero disfrazados de ancianos. Uno de ellos le dio un tremendo batazo y Chávez no salía de su estupor hasta que descubrió la “trampa” de su pana Fidel Castro Ruz.
Dijo que “El majunche más bien lo desprestigia”, al aludir que su contendor para las elecciones del próximo 7 de octubre no alcanza la estatura de un estadista, de un buen político. “Es como la vez que fui a jugar un partido en Barinas cuando yo era parte de la selección de mi estado y me pusieron a pitchearle a unos muchachos que se ponchaban a menudo. Yo le dije al manager que no me siguiera utilizando porque esa ventaja era muy evidente”
Chávez es un mar de anécdotas. Muchas veces ha hablado del caimán gigantesco que se mueve por ríos y quebradas de Barinas y que él tuvo la oportunidad de mirar. Recordando al genial autor de Florentino y el Diablo, Arvelo Torrealba, alega que “Yoy soy como el espinito…” Eso lo hace ser un personaje que se identifica con un pueblo cuyo humorismo es parte de su vida. Igual canta un pasaje que un bolero o una balada, recordando que “Mi voz no es muy buena”.
Chávez es un gigante de la comunicación. Sus comentarios no se hacen latosos porque sabe conjugar las emociones de quien lo escucha, rompiendo la secuencia de una articulación donde se manejan los intereses del Estado con la improvisada cuota del chispeante recuerdo, “Yo iba casi siempre a Catia y ahí me ponía a jugar chapita con mis amigos”…”Yo me enamoré de mi maestra” cuando estudiaba primaria y vendía “arañas” en mis días infantiles allá en Sabaneta” Por eso cala en el mundo. Por eso su figura se agiganta en el especio y el tiempo y hasta es imitado por seres de otras latitudes que lo ven como la persona que llegó para implantar una forma de tratar de cambiar estas deformaciones sociales que el neoliberalismo diabólico por los que ven en la riqueza y en el dinero la única forma de sobrevivir, han implantado.
Chávez bien podría ser el otro Quijote de la historia cabalgando entre molinos de viento en busca de enfrentar a los malvados que atropellan el gentilicio humano. Por eso la oposición no lo tolera, por eso esa oposición le ha dado golpe de Estado, desestabilizaciones, por eso hace trampas, por eso se vale de quien tuvo la bondad de perdonarlos aquel fatídico 2002 cuando rompieron el hilo constitucional causando muerte y desolación con el paro petrolero, quemando cerros, ofendiendo a su pequeña hija con groserías y escritos de mala fe ajenos al equilibrio mental del ser virtuoso.
Con los años Chávez será eternidad, su labor, su valor como patriota, su intenso amor por el pueblo, su valía como administrador de los recursos de la patria en pro de los más necesitados, su carisma, su sentido del humor, su carácter y su facilidad para conquistar corazones de mujeres, niños, hombres, ancianos, se hará inmortal y quedará como ejemplo de para que la naturaleza creó el homo sapiens. Con Chávez dan ganas de luchar eternamente en pro del bienestar de Venezuela y con él lo haremos.
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