Carlos Andrés reencarnado

Por estos contornos, parte del oriente del país de nuestra querida Patria Venezuela, se "moviliza" un Inri que parece que tuvo acceso por los caminos cucuteños con el premeditado propósito de obtener por allá, su terruño de nacimiento, un salvoconducto que le permitiera hacer campaña política por estos lados sin el nombre que le trae terribles y angustiosos recuerdos a los venezolanos. No tuvo suerte y dejó atrás el pedestal para la estatua que se hizo esculpir sin la anuencia de los pobladores de Rubio, Táchira. Y parece que se instaló en la frontera de Puerto La Cruz, reencarnado en un cuerpo más joven pero mellado de tanto trajín electoral sin los resultados esperados por los que le hacen escalera económica simulada con unas pocas y débiles vocerías.

El ahora receptor del viejo espíritu y sin culparlo por hacer ostentación diabólica del nombre, quien debería aprovechar la nueva disposición legal en Sotillo para quitarse ese Inri, según nos contó un coetáneo ex adeco, se inscribió como candidato a una curul de la Asamblea Nacional en el mismo circuito donde el pueblo anzoateguiense postuló a la negrita oriental, apellidada Sifontes, médica de la gente pobre ella porque, según el susodicho, con ese dúo prestigiado con tan noble apelativo (Carlos Andrés), no hay negra que le gane. Y la doctora y los barceloneses dijeron: "yo te aviso pajarito".

No conocemos al entusiasta sin permiso del pueblo. Repetimos, lo aquí escrito tiene basamento en lo expresado por un coetáneo de este escribidor, a quien Canache Mata atemorizó con un pistolón más grande que la queja baladí cuando ambos, adecos de sus buenos tiempos, disfrutaban de las bondades del poder a través de una burocracia corrupta, compartida con Copei cual fenomenal piñata.

Ahora el arroz con mango. Al coetáneo informante también lo obnubiló el alborozo del "triunfo" porque "al fin, prevaleció un resquicio del esfuerzo de unidad". Su candidato se inscribió con Arteaga de Primero Justicia y uno acá piensa y se pregunta: ¿Será ese arroz con nombre el que llamará a los barceloneses a enarbolar la consigna que postula, con "...tan noble apelativo, no hay negra que le gane?. Amanecerá y veremos lo que dirá el pueblo de Anzoátegui, como de la misma manera los demás 23 estados y el Distrito Capital: Por más que te tongonees siempre se te verá el Carlos Andrés con todo y sus machetes llenos de sangre de pueblo.

Por otra parte. No debe ser muy liviano cargar con un nombre así. Lo demuestra el hecho que, culminado el alborozo originado por la miserable consigna que contagió hasta la jerarquía eclesiástica en cuanto a que "Carlos Andrés robaba pero dejaba robar", ningún otro venezolano ni venezolana ha hecho bautizar a hijo alguno con ese nombre cual, a pesar del gocho, no tiene la culpa de su anotación en el calendario romano. Pero ¿podemos decir lo mismo después del gocho cucuteño y sus tropelías?...

Claro que no todo es "Carlos Andrés". La gran mayoría del pueblo venezolano se sacudió esa barbarie representada en los mata policías para endilgarle la culpa a los comunistas y a los miristas revolucionarios, cual Betancourt que le ordenaba a su pupilo CAP y este se acostumbró; " dispara primero y averigua después". En este orden de ideas podemos convenir que la actual oposición venezolana, excepto los viejos dirigentes y talanqueros, por cuestiones obvias merecen consideración aparte. Además no fue bautizada con nombre de asesinos trogloditas, como Nerón, Bush, Rómulo, Carlos Andrés, entre otros. Y, si por mala suerte algún compatriota lleva el nombre de Stalin, que se lo cambie después que lea a conciencia la historia de los crímenes de este personaje. Luego entonces volverán los creativos pero los que roban y dejan robar, más nunca volverán. Sólo de lo mejorcito llegarán cuatro decenas a la Asamblea Nacional los que del capitolio, no pasarán.

Patria, Socialismo o barbarie.


Pedromendez_bna@yahoo.es


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Pedro Méndez


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