Julio Borges dice hoy: “con mi hierro no te metas”, aludiendo a que el gobierno venezolano le “está vendiendo a los chinos el 40% de lo producción nacional con un descuento de veinte dólares por toneladas. Cuando los conquistadores les metían en la cabeza a los negros y a los aborígenes que “trabajar dignifica”, mientras ellos dormían plácidamente, lo hacían con el mismo fin que hoy prodiga la señora Serra Carmona Presidente de AD, para engatusarlos y enfermarlos, con supuestos ejemplos ¡Qué papaya! Así son los ricos con los esclavos. Julio Borges pertenece a la casta que un día se apoderó de una cantidad de dólares de PDVSA para formar la organización fascista Primero Justicia. Es decir, “dice lo que no siente para que el pueblo crea que el fascismo, el Opus Dei, la burguesía, el fascismo y la casta que sólo siente el poder y el dinero, igualmente se preocupa por la nación bolivariana
Nada más lejano de la verdad. Es imposible que desde sus lujosas y limpias urbanizaciones donde nunca se cae un puente, donde jamás se desploma una pared, donde las calles no están llenas de aguas pútridas, donde los perros van a la peluquería y los glaucopuretos se vacilan a las domésticas, donde no se va la luz ni falta el gas, donde los “manos blancas” se aburren y salen a quemar chaguaramas y Waraira, más otros cerros, alguien pueda sentir al país que desde hace siglos vienen desbancando, robando, inmoralizando, traicionando ¡Deja las mentiras fascista!
Escribe en primera persona:”siento una arrechera” y el pueblo podría preguntarle a Julio Borges no asentado en la mentira: “¿Acaso la misma que usted le produjo cuando se encompinchó con el golpe de Estado cediéndoles tres ministros a Carmona Estanga para que acabara con los poderes, con la Constitución y plantara un gobierno dictatorial donde asesinar a Chávez y a los chavistas era el fin?
Agrega que “Por eso cuando sea parte de la AN no descansaré llevando este caso a la máxima consecuencia...” Charlatán, demagogo, fascistas y burlón, así podríamos definir a este fracasado político, que de no existir entre esa “clase” a la que representa el 20% de los votantes, jamás sería actor en la trama política de Venezuela. Sólo un burgués, uno de esos que desean la invasión de la patria, votaría por Julio Borges, pero no lo hará nunca el que sienta a su país y sepa que este es su gran techo.
Estamos seguros que dentro de esa pro burguesía habrá gente de conciencia nacional. Quien escribe no utilizaría esas palabras “de que a la hora de una invasión los invasores atacarán a todos por iguas” no lo harán. En Irak y en Afganistán las clases ricas no han sufrido en carne propia el acoso de las bombas y las metrallas. Es el propio pueblo quien en esos tristes capítulos, trata siempre de acabar con el enemigo dentro de la casa. Eso no lo anhelaríamos nunca, pero en la guerra y en el amor todo es válido.
Este charlatán que se enoja cuando el gobierno ayuda los niños que pasan hambre y angustia frío y sed, cuyo rostro refleja lo que es, se vale de una supuesta! “arrechera” `para arremeter contra el humanitario gobierno venezolano. Nada dice que lo que sucedía con los “meritocráticos de PDVSA en la Cuarta, que robaron durante décadas, nada explica de su actuación contra el gobierno que se habían dado los pobres democráticamente. Calla y lo hará siempre, porque Julio Borges es una carta del fascismo contra el cual combatirá siempre, por cínico mentiroso, cobarde y HERODES, la brava revolución bolivariana
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