Henry R. Allup sueña con su curul cama

“Quiso ser una matita de “duerme que duerme””

Henry Ramos Allup de noche se disfraza. Se coloca una peluca al propio estilo de los Lores ingleses, un pantalón bombacha, una camisa de faralao frontal, un monóculo y unos brodequines, amén de un bastón de cují templado porsia y se va de noche al paseo Capitolio. Sus guardaespaldas lo siguen. Un adeco de su talla no anda solo nunca, aunque antiguamente los adecos después que salían de los bacanales en el Congreso Nacional se metían en todos los bares cercanos a ese lugar. Se recuerda que en uno de ellos, llamado El Emperador, fue que Jaime Lusinchi consiguió a su Eva Ibáñez, perdón a su Blanca Ibáñez. ¿Dónde estaba la señora Serra Carmona Presidenta de AD para ese entonces que no le demandó Moral y Luces?

Jaime Lusinchi era el payaso del Congreso. Sus colegas, como sabían que iba a ser el siguiente en la sucesión del Pacto de Punto fijo, después de Luis Herrera les reían sus malos chistes y le sobaban la cara de bebé…el caballo frenao que jode. Jaime Lusinchi con su voz de paraulata decadente, se creía el más gracioso de los congresistas y balbuceaba, moviendo la plancha dental de un lado a otro. Una noche un compañero de partido le presentó a Blanca, ella tenía un jujú con ese compañero, pero el ocioso, como ya escribí sabía que Jaime sería el Presidente y se la cedió en bandeja de vidrio y en como dato de lotería.

Volvamos a Henry Ramos Allup. Mira y remira el troglodita edificio y se siente desde ya en su viejo curul cama alcanzando orgasmos varios de la emoción ¿cuántas horas pasó durmiendo en ese lugar? No sabemos que edad tiene Henry Ramos Allup, pero si entendemos que en los cuarenta años que fue al Congreso, durmió como 42. Por eso sueña con su curul cama. En ese lugar lo único que hacía era levantar la mano y un carajo le importaba que era lo que se estaba aprobando o desaprobando. Allí se hizo glauco pureto al que se le cariaron los dientes. Henry Ramos Allup desde niño sintiose el Dios Morfeo que andaba dormido por la Vía Láctea sin que nadie lo molestara. Dicen sus antiguos condiscípulos que cuando estaba en el colegio, se dormía tanto que la maestra decidió colocarle unos ojos postizos sobre los originales para que el director de la escuela no lo descubriera. Ella era una adeca del clan sindical adeco, que en vez de enseñar lo que andaba era pendiente si pagaban las guardias chimbas, los overoles, la marramuncia o que sé yo.

Henry Ramos Allup en esas interminables noches, da vuelta alrededor del edificio. A cada instante uno de los guardaespaldas tiene que suministrarle café tinto marca Acme de un termo, para que no se duerma, porque solamente con ver la antigua edificación, Henry Ramos Allup se siente acogotado por el cierra ojo. Otro de los guardaespaldas ha dicho que piensa renunciar a ese trabajo con Henry Ramos Allup, porque cada vez que lo va a buscar a su casa tiene que pasa muchos minutos tratando de despertarlo y luego en el carro la misma miasma es. Duerme tanto que el otro día estaba dando una conferencia de cómo “la ciencia de AD implantó la inmoralidad en Venezuela”y se durmió en el estrado y la salida.

Henry Ramos Allup sueña con su curul cama. Se ve en ese lugar entre los brazos de las sombras, muriendo todo el día, porque todo el que duerme muere, y ¡caray! No puede ser que alguien quiera que Henry Ramos Allup muera. Un fin de semana a Henry Ramos Allup sus compañeros no lo despertaron de su curul cama. Esto es para Ripley: pasó durmiendo desde el viernes hasta el domingo cuando se despertó porque había un clásico en el hipódromo nacional donde corría su yegua Dormilona y tenía que ir al paddok descubierto a tomarse la foto con ella

El libro Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez es la única novela que le gusta que le narren, porque allí duran siglos despiertos y él se ríe de eso. Su cuento preferido es la Bella Durmiente, la canción que más escucha cuando pasa tres minutos despierto es…”y llorando me dormí, de Antonio Prieto…” Henry Ramos Allup sueña con su curul cama. Tanto es así que hace poco estuvo hablando con “rodillita c” Machado diciéndole que si logran llegar a la AN que por favor no grite tanto para que no le perturbe su maravilla onírica. Henry Ramos Allup anhela su curul cama y para eso le pide a San Dormilón de la Siesta, que no lo desampare ni de noche ni de día, porque él siempre ha sido el cliente más leal de SU CURUL CAMA donde pasó 42 años durmiendo en la IV-R

aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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