La ciencia y la tecnología como opciones para Construir nación

Algunas consideraciones sobre el mundo contemporáneo su ciencia y su técnica.



La atmósfera científico-técnica que apareció desde el Renacimiento, se va componiendo de pensamientos y temas que afectan a los pensadores contemporáneos, mental y sentimentalmente, con una tonalidad que abarca sus teorías, conceptos, instrumentos, planes y aspiraciones. Ello hace posible abordar una variedad de temas con métodos, formas de pensar y de sentir, que no eran posibles en la filosofía clásica anterior ni en la ciencia y técnica previas al Renacimiento. [1]

Para García Bacca la traducción de la palabra alemana Dasein corresponde a la frase castellana de realidad de verdad. Pero lo que el común de la humanidad tiene de realidad de verdad, de Dasein, pudiera ser tan poco como lo que ciertas montañas encierran de diamante, o una naranja, de jugo. La realidad de verdad –lo oculto a los sentidos–, son ideas, esencia, sustancias, átomos, vacío, fórmulas matemáticas. Por ello, el cielo azul que todos vemos ni es el cielo de verdad ni es su azul el de verdad; la sustancia –la esencia– de cielo y azul, no es azul; no es propiamente y de sí, extensa o extendida en tres dimensiones.[2]

La filosofía, la ciencia y la técnica contemporánea son actividades que atienden a límites, y al mismo tiempo, los superan en cuanto estos son determinados y se consideran estáticos y definitivamente infranqueables. Todo objeto puede ser sometido a un proceso de transfinitación, de paso al límite infinito; esta operación de transfinitar es filosofar y G.W.F. Hegel le dio el nombre de Aufhebung; acéptese, sin más explicaciones en este taller, el término como nombre de proceso transfinito.[3]

El invento, estructurado según plan, queda incluido como la esencia de la realidad. El invento es la única forma de apropiarse la estructura probabilística del ser: llevarlo a la práctica es construir entes reales de verdad y no entes naturales que son sólo reales en apariencia. La técnica contemporánea, a diferencia de la simple artesanía, no reconoce límites en nada, es por programa y éxito, la mostración misma de que lo llamado natural y esencial es lo mutable y transmutable por excelencia, el material adecuado a cambios sin límites. [4]

Los entes deben sufrir una adecuada transformación para que puedan ser tenidos como tales y ejerzan una verdadera influencia en el terreno de la vida humana. El universo, que se compone de entes, es inhabitable para el hombre y debe transformarlo en mundo mediante una serie de quehaceres. El hombre transforma los entes en enseres, en objetos utilizables por y para el hombre. Será precisamente como enseres el modo en que los entes aparecen como utilizables para el hombre. Con la elaboración del ente en enser, del ente como habitante del mundo humano, se ha ejecutado una doble transformación de su base originaria: de ser a ente, de ente a enser.

La filosofía contemporánea distingue dos diferentes niveles de la distribución de ser y entes con los que nos encontramos cotidianamente mediante los calificativos natural y artificial. Natural será lo que aparece como tal en un primer momento; artificial será el objeto de una operación de transformación o de una verdadera transustanciación.

El mundo artificial, a diferencia del mundo natural, es un proyecto, del que no consta que sea realmente posible. La característica de ser un proyecto es base de una las condiciones y rasgos más importantes de la misma posibilidad de creación; lo importante es que, el mundo artificial se considere como un proyecto: su realidad ha de probarse. [5]

Lo natural no es nunca la realidad de verdad, y solamente desnaturalizando lo natural puede encontrarse los elementos que constituyen el valor de verdad de lo real. [6]

La desnaturalización que ha ejecutado el hombre mediante un amplio conjunto de sistemas e instrumentos simbólicos, hace paten­te la arbitrariedad de toda limitación que no corresponda a relaciones internas del material que se trabaje. Esta ventaja adquirida en la manipulación simbólica ha sido potenciada en la filosofía y las ciencias contemporáneas.

La sustitución de esencia por plan encuentra su lugar apropiado en artefacto y en mundo artificial. Esto permite fundamentar una teoría de la creación, de los temas de realidad y posibilidad y de la consideración de lo natural como elemento a partir del cual construir lo artificial. [7]

La existencia de artefactos es condición necesaria, aunque no suficiente de la existencia de mundo artificial. Un artefacto es la mostración concreta de que una propiedad o función, inserta en determinadas conexiones naturales, puede actuar separada de su natural contexto.[8]

Por eso un artefacto es, en realidad, un abstracto real; un abstracto que se construye en el mundo artificial y sobre la base de propiedades y funciones naturales, atentando contra ellas y rompiendo las conexiones que las constituyen, avión es artefacto de ave; auto es artefacto de camina; sillón lo es de suelo.[9]

Un artefacto será un tipo de objeto muy especial para su creador, un objeto que no vale ya en sí mismo más que lo que vale para quien lo ha creado: los inventos, los artefactos son objetos que miran peculiarmente a quien los ha creado. El artefacto tiene un tipo de verdad trascendental, que se construye en la relación del enser y su creador. [10]

La realidad, en el artefacto, precede a la posibilidad; un artefacto es posible porque es real y porque ha sido real. La filosofía y la ciencia contemporánea destruyen la teoría clásica de la relación entre realidad y posibilidad; es un nuevo punto de partida para estudiar las modalidades del ser. [11]

Frente al carácter de espectáculo que presentaba en su conjunto el mundo natural, y en el que no podía hacerse más que contemplación, interpretación, o a veces una mínima transformación, el mundo artificial presenta el aspecto de una fábrica. El mundo artificial como fábrica tiene al hombre como primer motor racional de la misma y él será la causa eficaz. No solamente se precisa la actividad que se lleva a cabo en el mundo artificial, sino la peculiaridad de que será el hombre quien se encuentre al frente de esa fábrica. A diferencia de la neutralidad en que dejaba a lo real el mundo natural, el mundo artificial se constituye como enfrentado a esa neutralidad. [12]

La caracterización de cosa en estado artificial tiene una base lógica en la que se precisan los niveles en que se encuentran los componentes y dominios del mundo artificial. La cosa en estado artificial no es tal por su composición originaria, sino en que puede estar siendo en cosas de otros dominios diferentes al dominio de sus componentes, y se encuentra en ellos con una finalidad determinada [13]La técnica contemporánea pretende mostrar lo que tienen los entes de ser; es el plan mismo de dominar la naturaleza,[14] en el auténtico sentido del término dominar. El anonadamiento y dominio subsiguiente de todo lo natural prepara el terreno para creación e invento, con lo que la realidad se presenta con un aspecto nuevo que aprovechará, como veremos, el hombre creador, el hombre artificial.[15]En ese tipo de realidad, la objetividad no es natural, sino una peculiar objetividad artificial, inventada. [16]

La técnica contemporánea utiliza un nuevo tipo de causa eficiente distinta de la tradicional, ya que es capaz de interiorizar, en sus creaciones, la causa eficiente: ha hecho uso de la causa eficiente típica de cosa natural, un uso reflexivo de la misma. En un motor de explosión no se necesitan causas eficientes externas: él mismo puede darse y regular la intensidad de la infinitud que lo mueve. [17]

Esta técnica se caracteriza: 1) porque se apoya en tecnemas, no teoremas; conoce las cosas por haberlas construido según un plan determinado; 2) el cambio de ciencia teórica a técnica se realiza según las diferentes épocas históricas, por los tipos de vida que en ellas se dan y las concepciones del sujeto y la realidad que se tengan en cada época histórica; 3) el tipo de verdad de la técnica es una verdad trascendental, no meramente lógica u óntica; la técnica construye un tipo de verdad, transustanciando la verdad óntica o lógica; 4) el tipo de necesidad presente en la técnica es de tipo probabilística: la técnica adopta el cálculo de probabilidades; 5) la técnica introduce el tiempo como variable no eliminable. [18]

La historia no consiste en lo natural, ni en su evolución, tampoco sus cambios equivalen a terremotos, ella se va construyendo con la invención de nuevas posibilidades. La historia se basa en los inventos, y a su vez los inventos se fundan en la actualización de las posibilidades. [19]

La transformación de universo en mundo introduce en el universo un nuevo orden, el orden de los fines y de los valores. Desde ahora, los sentimientos juegan un importante papel en la empresa de transformación de universo en mundo. Todos los sentidos, en general, transforman el universo físico en mundo o casa habitable para ellos.[20]

Con diversos planes científicos los hombres, en distintas épocas, realizan diferentes transformaciones del mismo universo de objetos, en dispares mundos de enseres.

Los componentes de universo sufren una transformación al entrar a formar parte de mundo. Es una transformación del mismo sentido del valor de las cosas. La finalidad parece ser el elemento fundamental que caracteriza las relaciones típicas de mundo, frente a las de causalidad eficiente e identidad que regían los rasgos esenciales del conjunto universo. En este sentido, puede decirse que, así como universo es un punto de partida de transformaciones diferentes, el mundo o los diferentes mundos es ya resultado de determinadas transformaciones de un universo.[21]

El universo cambiado en mundo es habitable para el hombre; el mundo es, en realidad, universo transformado de modo que el hombre pueda habitar en él, universo que estamos viviendo con sentido humano. De ese sentimiento de familiaridad proceden los conceptos especiales de mundo: mundo como casa, mundo como fábrica.

En el universo, el reparto no lo realizó el hombre. En mundo, tal reparto es posible y es también una de las condiciones del mismo mundo. Será ese reparto el que caracterice, por encima de otros rasgos, la peculiaridad de cada mundo.

Mundo es ese conjunto de descubrimientos mediante los que el hombre consigue transformar la naturaleza en su servidora y la integra al mundo humano. Mundo o conjunto coherente de cosas naturales transformadas en dependientes del hombre, constituyó el primer acontecimiento histórico. [22]

El mundo humano contemporáneo es, en buena parte, un mundo artificial, construido por diseño humano y para el hombre.

El sentido es el elemento constitutivo de mundo, lo que contribuye a su formación, y el resultado de las diferentes interpretaciones de universo. Sobre una realidad sentida, interpretada, puede estructurarse la misma actividad humana. Por eso, la historicidad se fundamenta en el concepto de sentido, que es dinámico, varía a lo largo del tiempo y recoge las peculiaridades del sujeto histórico. El hombre que es capaz de enfrentar un mundo en estado artificial, y las cosas en estado artificial, se encuentra poseído por un sentido de atrevimiento y osadía, al tiempo que vive en el mundo natural no como en casa o morada, sino como en hotel.[23]

Ser atrevido es no reconocer por esencia nada de lo naturalmente dado, porque lo natural es, simplemente, uno de los estados de lo real. Por tanto, puede entenderse que el sentido de osadía descubre que lo real admite proyectos. Debido a la movilidad esencial de lo real, a sus diferentes posibilidades, puede plantearse el hombre que lo real es capaz de ser de otra manera y de serlo según finalidades diferentes. Porque admitir proyectos es también transformar el mundo según finalidades. Las finalidades diferentes, que afecten a la estructura de lo real, logran que lo real se muestre como campo de novedades. Al hacerlo, debe sustituirse el concepto de verdad por el más profundo de novedad radical. [24]

El atrevimiento puede comprenderse como consecuencia de un cambio radical en las actitudes ante el mundo y que será, al mismo tiempo, causa de una serie de transformaciones importantes en la filosofía, la ciencia y la técnica. Alcanzar el nivel del mundo artificial, construir el mundo artificial, supone la existencia de un nuevo tipo de sujeto, diferente al que se enfrentaba al mundo natural. En rigor, el nivel de lo artificial es ya un nivel diferente, en el que la ciencia y la técnica ocupan un lugar preponderante y decisivo.

La instalación del hombre en cierto tipo de sentimentalidades marca los peculiares modos en que el sujeto se encuentra en el universo y puede conocerlo y transformarlo. El sujeto humano puede sentir, el universo como casa, morada, mansión, hotel, hospedería: sentimentalidades, todas, que hacen tomar determinadas actitudes frente al entorno que el sujeto mantiene frente a universo y que condicionarán su transformación en los diferentes mundos; es evidente la diferencia existente entre vivir en una casa o vivir en un hotel que se considera algo de paso, no propio, y por tanto, puede cambiarse con una mayor facilidad.[25]

Las diferentes formas culturales que van desde los instrumentos de cocina y modo de comer, canciones de cuna y vasos ornamentales, fiestas profanas y ritos sagrados, el cultivo del rosal y la fabricación de venenos, conocimientos sobre la lluvia y trato de animales domésticos, pornografía catártica hasta la técnica, la ciencia y la filosofía actual están sostenidas y son llevadas por una visión del mundo y de la vida, concepciones sobre el sentido de la totalidad y el puesto del hombre en ella, valores. Dicho más radicalmente: la condición humana conlleva, como estructura específica, una comprensión del ser y del no ser, del todo y la nada, del mundo y del hombre, del sentido de la vida. Sobre esa comprensión descansa la posibilidad misma de la cultura. Esa comprensión orienta la conciencia –el darse cuenta- cuya esencia y manifestación es el lenguaje, espejo viviente del universo. [26]

La cultura, que constituye un todo supraindividual, posee dinamismo propio y tiende a perpetuarse por tradición mediante una especie de inercia, logrando períodos más o menos largos de equilibrio; pero está siempre expuesta a cambios traumáticos y épocas de crisis provenientes de contradicciones internas, inventos revolucionarios, agresiones externas o catástrofes naturales. Y, aún sin todos esos inconvenientes, cambia perceptiblemente en cada generación porque su dimensión es el tiempo, su modo de ser el devenir. [27]

La finitud y la precariedad de la cultura son reflejas de la finitud y precariedad del hombre, pero este puede engañarse con respecto a su propia condición, no deja de ocurrirle tarde o temprano por las frustraciones inevitables de la vida individual, o por una sensibilidad muy aguzada, o por una gran capacidad de asombro, no dejará de ocurrirle que alguna vez tenga una tremebunda confrontación consigo mismo y vea, cuando menos al destello fugaz de una intuición momentánea, la contingencia de su absurda existencia acechada continuamente por todo género de peligros, condenada a la finitud. [28]

La condición humana es fundamentalmente incómoda porque requiere incesantes esfuerzos conscientes, trabajos y preocupaciones que nunca conducen a la seguridad definitiva. Por ello, entre otras razones, el hombre ha construido el mito del paraíso perdido, por el cual actúa como si hubo un tiempo en que la humanidad vivió armoniosamente y la felicidad era posesión de todos, no existían ni la miseria, ni la enfermedad, ni la injusticia, ni la angustia; o la utopía mediante la cual extrapola al futuro, la posibilidad de que la humanidad alcancé esa armonía por la llegada de un salvador o como culminación de un proceso histórico ineluctable o por sus propios esfuerzos.

Cada individuo, cada pueblo intuye y formula, con mayor o menor claridad, distintos mitos. Dicho en otra forma: concibe ideales y valores ante los cuales la realidad vivida queda ensombrecida. De aquí el impulso hacia nuevas formas y proyectos de vida. El hombre es un hacedor de planes o proyectos, los cuales están siempre expuestos a la frustración. [29]

Apenas nota del hombre que se halla bien en una concepción del universo, en los dogmas o credos de una religión, en una forma de arte, en una ciencia constituida ejemplarmente, en un Estado de Derecho, en sociedad o con salud religiosa, artística, científica, jurídica, social, económica, en vez de dejarse a tal nirvana, y dejar correr las cosas por esa línea inercial, de esfuerzo nulo, dentro de la humanidad nacen o surgen herejes, sistemáticos, innovadores, fundadores, aventureros, noveleros e inconformes que ya no vivirán esa salud de geometría natural (Euclides) o de derecho romano, o de religión griega, o la sociedad de amos y esclavos, o de filosofía aristotélica, o de catolicismo romano, o de arte griego en todo lo cual vivió con salud una parte de la humanidad por siglos: con conciencia moral, religiosa, artística, filosófica tranquila, incuestionada, mediodía radiante y siestero.[30]

El alma del hombre no se acobardó ante las empresas de construir matemáticas, física, religión, arte, técnica, mas se le encoge el ombligo individual y colectivo, al tratarse de emprenderlas con el cuerpo humano. [31]

El cuerpo humano natural lo hemos erigido en tope absoluto, en límite infranqueable, en definitiva frontera. Pero este límite se manifiesta como relativo y en un futuro no se reconocerá que este lindero impida al hombre construir un cuerpo artificial.

Llegado el hombre a este punto, la técnica no reconocerá límites, y por lo pronto habrá conseguido lo que nuestro hibridismo de naturaleza corporal y alma supernatural no ha alcanzado aún: dejar de parecernos a los monos, por haber inventado la manera de hacernos diversos de ellos.[32]



La situación de Venezuela frente a la ciencia y la tecnología



Las formas culturales europeas fueron creadas por los pueblos occidentales en el transcurso de largos siglos de experiencia; desarrolladas y afirmadas en el enfrentamiento con sus propios problemas, son la manera peculiar en que esos pueblos han ido resolviendo sus problemas vitales. Entre nosotros tienen un afincamiento parcial, nos quedan flojas o apretadas; no son nuestras a pesar del parentesco que nos une a sus creadores. [33]

Esa, nuestra idiosincrasia mestiza, que no ha podido manifestarse positivamente en la creación de formas culturales propias, se manifiesta, sin embargo, negativamente de múltiples maneras como oposición, obstáculo y entorpecimiento de las instituciones que nos rigen. [34]

Ahora preguntamos: si esas oscuras fuerzas creadoras que constituyen lo más auténtico de nuestro ser y que no han podido manifestarse sino negativamente, tuvieran libre campo de acción, fueran liberadas de la red de estructuras formales que las ocultan y oprimen ¿a dónde conducirían? ¿Qué nuevas formas generarían? ¿A qué cultura insospechada darían nacimiento? Es de imaginar que entonces pelearíamos combates íntima y auténticamente nuestros, con total compromiso, en ejercicio de nuestra originaria libertad, con la más genuina autonomía existencial. [35]

Pero cualquier respuesta a estas preguntas es ociosa, ya que por las razones antes expuestas, nuestro camino está vinculado a asumir plenamente la construcción de una sociedad, que sentimental y mentalmente, supere los límites de la naturalidad y entre, concientemente, en la construcción de una que se apoye en la ciencia y en la técnica.

Debemos adquirir conciencia suficientemente clara de nuestra capacidad por completo distinta de las rígidas e inmutables que integran su porción natural. Esto permite concluir que la técnica no es un azar, como en el estadio primitivo, ni un cierto tipo de conocimiento confinado al uso de una clase de hombre – el artesano - ; que la técnica no es esta ni aquella técnica determinada y por lo tanto fija, sino precisamente un manantial de actividades humanas, en principio ilimitadas. Esta nueva conciencia de la técnica coloca al hombre, por vez primera, en una situación distinta que nunca antes experimentó. El hombre ha tenido hasta este momento la conciencia de todo lo que no podía hacer, de lo que era incapaz de hacer, de su debilidad y menesterosidad. Todavía el hombre está un poco azorado y trastornado por esta nueva seguridad; confianza que consiste en la capacidad en principio ilimitada de construir artefactos que rindan cuenta de nuestros deseos. Por estar llena de posibilidades, la técnica es mera forma hueca, como la lógica formal. [36]

La suerte de la técnica depende del centro de gravedad hacia donde el hombre oriente su vida. Las técnicas logradas hasta ahora son las de la naturaleza. Las técnicas humanas - las de la sociedad, la política y la historia-, aquellas cuyas ciencias fundamentales están hoy sólo postuladas y de las cuales depende toda la técnica, son extremadamente deficientes. Para nosotros, hoy en día, las leyes de la naturaleza son lógicamente diferentes de las leyes de la sociedad. [37]

Las leyes de la naturaleza son descriptivas, dibujan regularidades que el hombre cree haber descubierto en el curso de la naturaleza. Son verdaderas o falsas. La naturaleza no obedece, excepto en un sentido metafórico, a estas leyes. Si se descubre una discrepancia entre la descripción y el curso efectivo de la naturaleza, es la descripción y el curso efectivo de la naturaleza la que tiene que ser rectificada. Esta es una caracterización superficial de lo que son las leyes de la naturaleza, pero en lo esencial, es correcta. [38]

La manera de abordar las leyes sociales por la modernidad fue distinta al espíritu que presidía el trato de la filosofía griega y romana con las leyes de la ciudad y el cosmos. El nuevo espíritu que dominó Europa a partir de Descartes y constituyó la base de la modernidad, tiene como esfera de aplicación no sólo la naturaleza sino también la sociedad. En este sentido, la guerra de independencia Norteamérica, la Revolución Francesa y las guerras de independencia latinoamericanas, crearon intencionalmente cierta sociedad con determinados rasgos; pero en su esencia estas características eran políticas. Es evidente que sus efectos en otras direcciones no formaban parte de las intenciones básicas de sus dirigentes. [39]

En nuestros días existen algunas potencias en el mundo; Estados Unidos, Alemania y Japón y también la ya desaparecida Unión Soviética, aunque esta última hizo implosión en 1991 que ilustran la posibilidad de creación de sociedades tan artificiales como los reactores nucleares, y completamente diferentes de todo lo que podía crecer por propio impulso, sin intención deliberada de los agentes humanos. [40]

Unos de los rasgos que distingue a Venezuela de los países avanzados del mundo es que ellos crean, dominan y utilizan la ciencia y técnica en gran escala. Lo que separa nuestro país de aquellos más avanzados no se deben a diferencias culturales, religiosas, raciales o lingüísticas. La distancia está en la posesión de un complejo sistema de ciencia y tecnología.

En la vida moderna de las naciones, aquéllas que no valoren el desarrollo de los conocimientos de la población están perdidas. La manera de adquirir estos conocimientos es a través del desarrollo de una educación formal que proporcione un dominio cada vez mayor sobre los lenguajes naturales y formales. Parte de las condiciones de desigualad de las naciones viene dada por la ausencia de creación, dominio y utilización de la ciencia y la tecnología. La posesión o no de tecnologías avanzadas ha determinado el destino de muchas naciones en los últimos 400 años.

El aspecto más revolucionario de la ciencia y la tecnología es su movilidad. Cualquiera puede aprenderlas, salta con facilidad por sobre las barreras de raza y lenguaje. Tratar de monopolizar es como monopolizar el aire, pero acceder a ella exige conocimientos que sólo proporciona colectivamente la educación formal. Desarrollar la ciencia y la tecnología sobre la base de una educación cada vez de mayor nivel, no formó parte del programa de la dirección política, económica, intelectual y militar de la cuarta república. Esto nos dejó como resultado una población en edad de trabajo con un nivel de escolaridad muy bajo; más de trescientos mil docentes que deben recalificarse, universidades débiles, pocos centros de investigación y una masa no crítica de investigadores. Para superar este estado de cosas se requiere un proyecto nacional que ponga su acento en estos sectores, tal como lo hizo Japón en la época de la Restauración Meji en 1870, cuando el Emperador, en uno de los cincos juramentos que efectuó, dijo: “se buscará y se adquirirá el conocimiento de cualquier fuente y con todos los medios a nuestra disposición para la grandeza del Japón”. [41]

Este error del pasado reciente afecta también nuestra Fuerza Armada, pues para existir y crecer la Fuerza Armada necesita una población altamente calificada y motivada, con un buen bagaje de conocimientos científicos y técnicos genéricos. Pero la conformación de los medios para desarrollar esos conocimientos en la sociedad y fuerza armada da un perfil poco halagador de nuestro país y su sistema de defensa.

Venezuela sólo puede asegurarse una cuota de poder en el mundo actual si desarrolla recursos estratégicos como: la capacitación científica y técnica de segmentos crecientes de la población, la construcción de una fuente grande y afectiva de profesionales preparados, disposición de una reserva de alta tecnología avanzada, creando un sistema económico que le permita adaptarse a las innovaciones tecnológicas, promoviendo un fuerte ahorro interno y edificando un sistema de defensa nacional avanzado y relativamente autónomo. Las cosas podrían ser diferentes si se encontrase una fórmula nueva para el mundo.

PDVSA puede llegar a ser actora clave en producción de ciencia y tecnología en nuestro país. Al ser las empresas petroleras las consumidoras más importantes de ciencia y tecnología en Venezuela, ellas deberían ser las que produjeran o indujeran a su producción, con la participación en la creación y desarrollo de centros venezolanos de investigación de alto nivel, creando vínculos con las universidades venezolanas para desarrollar ciencia y tecnología, actuando en la formación de importantes contingentes de científicos y mediante la amplia contratación de empresas de ingeniería venezolanas y de productoras locales para los proyectos de la industria.

La petroquímica no fue vista como una alternativa para generar grandes volúmenes de exportaciones de productos de alto valor agregado, empleo altamente calificado e investigación científica en gran escala. Como resultado de esto tenemos, que aún cuando estamos entre los mayores exportadores de petróleo del mundo con un total de 155 millones de TM de crudos y productos al año, nuestra venta de petroquímicos es de 6,4 millones de toneladas, lo cual representa sólo un 4,12 por ciento de las exportaciones y ocupa el cuarto lugar de producción en Latinoamérica. Pero si comparamos nuestra producción petroquímica con la de los países avanzados e importadores netos de energía fósil, vemos que su industria petrolera obtiene hasta el 30% de sus ingresos brutos totales de la venta de productos petroquímicos. [42]

Si comparamos, a título de ejemplo, la situación de la ingeniería y la industria vinculada al sector petrolero en Venezuela con sus pares en Texas, Estados Unidos, y en la provincia de Alberta, Canadá, resulta que hoy en día se ha generado una capacidad de exportación con un valor superior a la del mismo petróleo. El sector de servicios en el estado de Texas factura tres veces lo que se factura por venta de petróleo. El sector petrolero de la provincia de Alberta produce 2 millones de barriles por día y tiene 17 mil empresas. En cambio Venezuela produce dos millones quinientos mil B/D de petróleo y nuestra Cámara Petrolera de Venezuela cuenta con 1400 miembros.

En el área de transporte marítimo, de un total de 155 millones de TM de crudo y productos comercializados por PDVSA desde Venezuela, la filial PDV Marina transportó 9,6% de esas exportaciones y mediante convenio operativo con Overseas Shipping Group (OSG)se movilizó un 7% del total de las exportaciones. Esto significa que todavía existe un déficit de 62 millones de TM /año para alcanzar la cuota mínima del 50% de las exportaciones de la industria petrolera venezolana transportada por buques propiedad de compañías venezolanas, bajo bandera venezolana y con tripulación venezolana.

Nuestro país fue incorporado a la economía mundial de manera relevante a partir de 1920 en calidad de productor de energía fósil y consumidor de ciencia y tecnología y productos industriales y agrícolas. La situación ha permanecido igual hasta nuestros días. A los opositores del Gobierno del presidente Chávez les parece que los resultados poco halagadores del modelo vigente no son suficientes y quieren multiplicar sus consecuencias con las propuestas de aumentar la producción y exportación de crudos, realizar su venta a bajos precios y separarnos de la OPEP y vender PDVSA, en pocas palabras vender nuestra ventaja comparativa y dejarnos sin energía.

Como agudamente señaló el poeta Juan Liscano “Hoy día, Ibero América se la disputan Europa y EE.UU. Esta última potencia domina la colonización en marcha disfrazada con muchos nombres extraídos de la jerga economista: globalización, tratados de libre comercio, privatización, mercado competitivo. Los gobiernos democráticos entregados, los empresarios transformados en testaferros de la inversión extranjera, la ignorancia supina de los pobres, resultan los mejores aliados del imperialismo anglo-europeo-norteamericano-sionista”. [43]



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[1] Juan David García Bacca. Presentación. El Proyecto filosófico... Ignacio Izuzquiza, 1983.

[2] Juan David García Bacca, Ensayos, p. 34.

[3] Juan David García Bacca, Exist. P. 235

[4] Juan David García Bacca, Técnica, pp. 150-152

[5] Juan David García Bacca, Metafísica, p. 183.

[6] Juan David García Bacca, Metafísica, p. 166.

[7] Juan David García Bacca, Metafísica, p. 186.

[8] Juan David García Bacca, Metafísica, p. 183.

[9] Juan David García Bacca, Metafísica, pp. 183-184.

[10] Juan David García Bacca, Curso, p. 44.

[11] Juan David García Bacca, Metafísica, p. 185.

[12] Juan David García Bacca, Metafísica, p. 211.

[13] Juan David García Bacca, Metafísica, p. 187.

[14] Juan David García Bacca, Técnica, p. 176.

[15] Juan David García Bacca, Machado, p. 62.

[16] Juan David García Bacca, Machado, p. 87.

[17] Juan David García Bacca, Cosas, pp. 23-26.

[18] Juan David García Bacca, Elem. Ciencias, pp. 138-141.

[19] Juan David García Bacca, Exist, p. 74 y pp. 98-100.

[20] Juan David García Bacca, Antrop. Filos., p. 71.

[21] Juan David García Bacca, Exist., Pp. 164-165

[22] Juan David García Bacca, Técnica, p. 97 ss

[23] Juan David García Bacca, Metafísica, p. 442

[24] Juan David García Bacca, Metafísica, pp. 443 a 449

[25] Juan David García Bacca, Metafísica, p. 439

[26] J.M. Briceño Guerrero, ¿Qué es la Filosofía?, p. 14

[27] J.M. Briceño Guerrero¿Qué es la Filosofía?. P. 15

[28] J.M. Briceño Guerrero¿Qué es la Filosofía?, p. 16

[29] J.M. Briceño Guerrero¿Qué es la Filosofía?, p. 16

[30] Elogio de la Técnica Juan David García Bacca, p. 134

[31] Elogio de la Técnica Juan David García Bacca, p. 136

[32] Elogio de la Técnica Juan David García Bacca, p. 137

[33] J.M. Briceño Guerrero ¿Qué es la Filosofía?, p. 46

[34] J.M. Briceño Guerrero ¿Qué es la Filosofía?, p. 47

[35] J.M. Briceño Guerrero ¿Qué es la Filosofía?, p. 49

[36] José Ortega y Gasset: Obras completas, t. V, p. 365

[37] Camilo Arcaya Arcaya, Ortega y Nuestro Tiempo, Libro Homenaje a José Manuel Delgado Ocando, Caracas 2.001, p 65.

[38] Camilo Arcaya Arcaya Ortega y Nuestro Tiempo, Libro Homenaje a José Manuel Delgado Ocando, Caracas 2.001, p 65.

[39] Camilo Arcaya Arcaya Ortega y Nuestro Tiempo, Libro Homenaje a José Manuel Delgado Ocando, Caracas 2.001, p 67.

[40] Camilo Arcaya Arcaya Ortega y Nuestro Tiempo, Libro Homenaje a José Manuel Delgado Ocando, Caracas 2.001, p 67.

[41] Muhammad Abdus Salam, “Perspectivas de la investigación científica en A.L. boletín de la Académica de ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales”, Caracas, 1.998. Muhammad Abdus Salam, Science, tecnhonology, and science education in the development of the south. The third World Academy of Sciences, September 1.990.

[42] Petróleos de Venezuela, S.A. Informe Anual 1.998, Pp 18 y 23

[43] Juan Liscano, diario El Nacional, 14-04-98 p. A/6



Camilo Arcaya Arcaya

Decano de la Facultad de Humanidades (2.002), Universidad Yacambú

Candidato a Doctor en Filosofía , Universidad Central de Venezuela.

Profesor de Filosofía (1.998 – 1.999), Instituto Pedagógico de Caracas.

Magíster en Filosofía, Universidad Simón Bolívar.

Profesor Escuela de Filosofía, UCV (1.978 – 1.983), Universidad Central de Venezuela

Licenciado en Filosofía, Universidad Central de Venezuela.

E-mail - xarcaya@cantv.net



Barquisimeto 29-09-2002





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