Hace años Julián Pacheco (Guillermo Rodríguez Blanco) y Chuchín Marcano tenían un programa radial que llevaba este nombre al que además le agregaba Julián con ese sonsonete de patiquín tropical: “Con el único programa que tiene computadol” Para esos años nadie sabía a ciencia cierta que era un computador. Pero Julián decía eso y que le íbamos hacer. Hoy en día se acabaron los cursos de mecanografía porque los niños de 4 años escriben en el susodicho pc (no partido comunista sino “personal computer” miles de palabras por minutos y sin ver el teclado. Cosa de la tecnología y la sabiduría. El programa de Julián y Chuchín. En esos años por una de esas radios, todas las mañanas el padre de Alberto Federico Ravell armaba su perorata política. ¡Qué fastidioso era el tipo!
Lo dos vivianes de postín aquellos se los tragó el tiempo. Hoy tenemos otros. Son nada más y nada menos que el hijo del fastidioso matinal y del bigotudo carcamal, perdón, del canal 2. Ambos bien pueden ser los dos modernos vivianes de postín. Por ejemplo Alberto Federico Ravell, ¿de dónde sacó el dinero para comprar 10 acciones de Globomojón? ¡Claro, era compañerito adeco. El partido del pueblo…burlado, lo puso donde hay, es decir lo nombró director del canal de Estado y de ahí han salido muchos millonarios incluyendo a la dama esa que se la da de bravota y no ha dado respuesta a una investigación que se le sigue por que durante su estadía en el canal de todos los venezolanos, parece ser, que, ¡hubo jujú! ¡Responda SEÑORA DE LA MADRE PATRIA DE AZNAR, tenga dignidad, diga que usted fue pulcra!, ¿Se atreve señora de la patria de la reina que no se bañaba nunca ni con fragancia francesa?
Alberto Federico Ravell es un vivian de postín. Hoy en día tiene más dinero que Henry Ramos Allup -el que nunca ha trabajado- Se codea con la “rial eza” del este, con María Corina Machado y CIA, a propósito, María Corina, ¿para que quiere una platuda como tú un puesto en la AN? ¿No tienes con qué comer o es que quieres poder a ver si tu venganza se hace realidad? De una vez: ¡el pueblo no votará por ti…el pueblo que recuerda tus andanzas, tu mala intención contra el CNE! Lo harán los “manos blancas y ensangrentadas” , los ociosos, los perniciosos, los que son ciegos para no ver y oír que ¡NO VOLVERÁN! Estamos en una nueva era… el pueblo en su mayoría no cree en pajaritos preñados ni en mujeres como tú.
Marcel Granier era un pavo de los sesenta. El otro vivián de postín. Se paraba a la puerta de Radio Caracas Televisión a ver que pescaba y lo logró. Era un gigoló sin perfil locuaz, empero se jactaba de cautivador de ancianas. A punta de labia arrabalera, oloroso a “Jean Marie Farina”, usando zapatos tejidos de los que usaba Renny que compraba en Saporitti, le enviaba servilletas olorosas a pachulí a una de esas ancianas millonarias que se aparecían por el lugar de vez en cuando. Fue sortario; atrapó a la dueña del canal, de apellido extranjero que no podía ver a un mozuelo porque lo jamaqueaba.
Con el tiempo se casó con ella. El bigote que en ese tiempo no lo tenía de ridículo manubrio, se le movía como el del otro payasito de apellido Nazoa que anda por ahí “comiendo huevo” y recomendándole a los demás que igualmente los coman. A ella le gustaba que él se mostrara como el nuevo Charlie Chaplín después de la quemazón. El vivian de postín poco a poco fue poniendo las cosas en su lugar, ¿qué puso todo a su nombre? No sé, eso dicen por ahí. Lo cierto es que los nuevos VIVIANES DE POSTÍN ahora son ricos, acaudalados, hombres de televisión. Pero a todo cochino le llega su diciembre. Al vivian Ravell lo echaron, lo humillaron, lo sacaron del lugar del cual se quiso hacer dueño con un 10% de las acciones. Al otro vivian de postín, la ley, el Estado, lo puso en su sitio, le quitó la arrechera, le puso el arnés en la bocota de arrecho de pensión y después que se creyó el más bravote del mundo, hoy anda como un perrito con el rabo entre las piernas. ¡Vaya Vivianes de Postín!
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