Las piedras suenan en el río de Aporrea

Es imposible imaginar la página de Aporrea sin la crítica perseverante. Se entiende que nació para fomentar la discusión en el marco de la revolución.

Porque es que desde hace varios meses, las criticas que han llovido sobre Aporrea se han incrementado copiosamente.

Los escritos publicados por esa pagina, no se sabe ya si representan en numero, el universo critico que ha llovido sobre Aporrea. Ojala no vayan a interpretar que esto es malo para Aporrea.

Porque casi con absoluta seguridad, la tormenta de criticas sobre los procedimientos de escogencia publicitaria de los artículos enviados a ese portal ya es una tempestad.

Ahora si Aporrea, tiene la tendencia a usar los métodos del sesgado a la crítica, por mas ácida que sea, mal de males le está tributando a la revolución. Porque, es necesario expresarlo siempre, la revolución sin crítica es un módulo estático, vacio, etéreo.

La revolución es crítica permanente y ella hay que presentarla y escrutarla. La revolución es rectificación permanente y ella hay que acometerla.

La revolución es en fin la búsqueda permanente de la perfección en todas las índoles de la vida humana y eso hay que perseguirlo. Y en esa persecución entrañable, debe enfilarse Aporrea con ese potencial inimaginable de su creatividad.

Triste, verdad que sería, abrir ese portal de la revolución para leer los cuenticos de hadas de algún ministro diciendo que todo esta bonito, que al fin somos felices y que la revolución va a llegar mañana a Chacao, porque ya en PDVSA no hay escuálidos.

Ese tipo de escritos si existiera, no deben tener cabida en Aporrea. Ahí es donde la crítica cumple un papel categórico. Y el proceso de la crítica se inicia con su revelación.

Si la mutilas muere y mueren sus intenciones. Entonces muere una porción de la revolución que puede ser irrecuperable. Por todo esto, si no preocupante, es al menos un alerta que miles de aporreadores están hoy por hoy dando a las puertas de Aporrea.

Y eso hay que tomarlo en cuenta ahora mismo. Por que es que el rio donde Aporrea cándida discurre sus aguas de cristalina vocación socialista, empieza al parecer, a toparse con fuertes peñones que las desvían, ojalá que no, hacia charcos segundones donde reina la sequia y la autodestrucción.

n_lacruz@yahoo.com


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Neri La Cruz


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