Aguardiente lupulOSO

“En aquel lugar los niños se hacen hombres con su “oso” en la mano”

¿Qué extraña reacción tiene entre los venezolanos la cerveza que los convierte en imbéciles(me importa un bledo lo que opinen los cerveceros) Semanalmente viejos, mujeres, adolescentes y afines, gastan millones de millones de bolívares en tascas, cervecerías, bares, restaurantes, playas, “miaitos”, esquinas, zaguanes, barrios, bloques, cerros, orillas de carreteras, ranchos, escaleras, hoteles, burdeles, lupanares, cuchitriles, y CIA comprando esa cosa que los que hace es acabar con la simetría pensante de los venezolanos, ¿quiénes ganan en estaos bacanales cerveceros? ¿Los niños “martinespolar” o los dueños del oso níveo?

Se habla de miseria, de pobreza crítica, de inseguridad, de matones, de hampones, de asaltantes, y ¿alguien dice que la tercera parte de estos hechos son producto del consumismo cervecero del cual se ha hecho adicto el venezolano común? Mientras los pobres, .porque son los que más consume este veneno, se llenan de miseria, de enfermedades, de calamidades, de problemas de salud, los dueños de la cervecera se pudren en dinero a costilla de estos entuertos y ¡el colmo! Se quejan de la inseguridad.

Leopoldo López con mis adolescentes no te metas llevándotelos a la Secta Satánica del Country.

Por ahí salen los jerarcas del “oso” gritando que “ayudamos al deporte nacional con nuestro producto inaugurando estadios y dando material deportivo a los chiquillos”, (además fabrican trampas “cazabobos”, pues mientras el muchachito está bateando, el papá está tomando, ¿qué toma, papelón con limón? ) llenándoles la mente a los pequeños de mentiras, haciéndolos soñar con ser “futuras estrellas, ni siquiera astros, que puedan imitar a los millonarios peloteros que “ponen muy alto el nombre de Venezuela” allá en el Norte. ¡Insolentes! Los visten de “ositos” para utilizarlos como vallas ambulantes, como futuros barrigones, como futuros clientes del agua y el lúpulo….como futuros dependientes del veneno encerrado en botellitas azules, blancas, negras, latas, etc, etc… Yo conozco un lugar donde desde los catorce años los adolescentes comienzan a imitar a sus padres, sus amigos, sus hermanas y sus madres, ingiriendo “lafríapolar” y también he visto el desenlace que muchos han tenido, en las tumbas, en los hospitales, en las cárceles… Conozco a un infeliz borrachito llamado cariñosamente “Manuelito el de Ibiza” (es un torero frustrado) que ha estado varias veces a punto de caerse por un barranco cuando va manejando en estado de ebriedad a causa de la cerveza que le da su propia madre.

Esta droga llamada cerveza le hace tanto daño a los pobres, como esa que consumen anormales y enfermos, producto del alcance capitalista, esa que han llevando los imperios del campo a los laboratorios para convertirla en cocaína, morfina, crak y demás. La ingesta de cerveza diaria y semanal entre los venezolanos, lleva más ganancias a las funerarias que la “piedra”, el crak y otras sustancias asesinas, venidas desde allende la patria a matar infelices.

Pero hace publicidad en radio, televisión, prensa escrita y televisión. Escondida en “martín” la cerveza va por ahí segando vida. Llenando de pobreza espiritual al pueblo, pintando de infelicidad hogares, convirtiendo a hombres y mujeres sanas en cadáveres insepultos; en obesos, en “caras de catre”, porque si usted que está leyendo esta nota no lo ha advertido, la cerveza transforma el rostro de la gente, le envenena el estómago, le produce mal aliento, le seca los riñones, le maltrata el hígado, le arruga la piel, le tumba el cabello, le obstruye los poros, le quita el brillo de los ojos, el hermoso brillo, Lo invito a que después de una noche cervecera se vea su cara en equis espejo…no es usted, es un ser inseguro, maloliente e inútil…

¿Qué eso es parte de la idiosincrasia del pueblo? Es posible. La publicidad maligna nos ha enfermado, nos ha llevado al ridículo como aquella vez del PARO PETROLERO en el cual los Henry Ramos Allup, los Antonio Ledezma, los Julio Borges “demócratas” le quitaron el gobierno que se había da el pueblo Y MUCHOS TONTOS colocaron en los parabrisas de sus autos esta leyenda; “con mi cerveza no te metas”, ¿somos dóciles o alcohólicos? Otros más imbéciles, rayando en la estupidez mercantilista, llevan una calcomanía en sus carros donde se lee, la “creación intelectual de un publicista igualmente torpe, mentecato, ignorante y sumiso”, “ MUJERES RUMBA Y OSO”, ¿Está preparado mentalmente un pueblo cuando se utilizan estas injustiCIAs pensantes? ¡Siga envenenándose si quieren!


aenpelota@gmail.com


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Ángel V Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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