Semana de la Artillería del Pensamiento

Aló Libertador, con Simón Bolívar

Dice una muy cariñosa, popular y urbana leyenda que si Bolívar logró liberar tantos pueblos a lomo de bestia qué no hubiera podido lograr si contara con un vehículo todoterreno. Esta construcción del imaginario colectivo, que da fe de la gigantesca talla del Libertador y su pueblo guerrero para vencer obstáculos propios de la época, nos hace pensar muy a tono con la ayer iniciada Semana de la Artillería del Pensamiento, qué hubiera sido del proceso independentista si nuestro Padre de la Patria hubiera contado con medios de comunicación masivos para difundir sus ideas a los cuatro vientos.

ACONTECIMIENTOS EN PLENO DESARROLLO

Una pieza de oro sería la cobertura de la Coronación de Napoleón Bonaparte en Saint Cloud por parte del inquieto y joven reportero Simón Bolívar en 1805. De seguro nos hablaría del boato de la farra y editorialmente condenaría como buen cuadro político la vesánica postura del bonapartismo, lo cual por contraste iba a templar su talante democrático para ser líder de pueblos libres.

Imaginemos por un momento la entrevista en vivo de un joven caraqueño durante el fatídico terremoto de 1812, que contrariando la calumnia del jerarquía católica (¿cuándo no?) que decía que el sismo era un “castigo de Dios” por haberse el pueblo rebelado ante el rey de España, dijera ante los periodistas de tv y radio: “Si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”.

Una cadena internacional, para toda la América, daría cuenta del profundo contenido del Manifiesto de Cartagena, una viril pieza discursiva plena de crítica, autocrítica y profundo análisis político de la coyuntura de ese momento. Con una lucidez rayana en clarividencia, el Libertador arremete contra la impunidad con que actúan los diablos ensotanados: “La influencia eclesiástica tuvo, después del terremoto, una parte muy considerable en la sublevación de los lugares y ciudades subalternas: y en la introducción de los enemigos en el país; abusando sacrílegamente de la santidad de su ministerio en favor de los promotores de la guerra civil. Sin embargo, debemos confesar ingenuamente, que estos traidores sacerdotes se animaban a cometer los execrables crímenes de que justamente se les acusa porque la impunidad de los delitos era absoluta; la cual hallaba en el Congreso un escandaloso abrigo; llegando a tal punto esta injusticia que de la insurrección de la ciudad de Valencia, que costó su pacificación cerca de mil hombres, no se dio a la vindicta de las leyes un solo rebelde; quedando todos con vida y, los más, con sus bienes”.

Un 23 de mayo de 1813, el pueblo de Mérida, la ciudad de los caballeros, honraría al joven general con el preferido título con que la gloria eterna debía nominar: Libertador. Transmisión en vivo, vía satélite, de la entrada del Libertador a Mérida, videos en youtube, películas de la Campaña Admirable, un documental por parte del Oliver Stone de la época reseñarían para el mundo y para la historia el significativo acto.

ALÓ LIBERTADOR

El Discurso de Angostura, desde el Programa Aló Libertador, con Simón Bolívar, sería grabado en cd´s y transmitido profusamente por las radios y televisoras comunitarias de Latinoamérica. Serían miles las llamadas en vivo a estudio y los pases a lugares remotos de la América donde el pueblo haría aportes que ayudaran a interpretar y enriquecer el debate que seguramente encendería el celebérrimo discurso. El website de Aló Libertador estaría al borde del colapso tecnológico por la gran afluencia de internautas haciendo “download” de la versión para imprimir de la pieza histórica y las conciencias agitadas por su contenido avanzarían más rápido a la victoria por la libertad.

Todas las batallas serían eficientemente coordinadas por el Genio de América, si este hubiera contada con el arsenal de dispositivos comunicacionales y todas las viles calumnias de las que fue objeto por parte de los lacayos de la bajeza criolla y neogranadina hubieran de ser desmontadas por avezados periodistas e intelectuales patriotas. Incluso el querido chamito Antonio José de Sucre, el Abel de América, de contar con un teléfono satelital a lo mejor no habría caído víctima de las balas traicioneras en las montañas de Berruecos. ¡Otra habría sido la historia si nuestro Simón Bolívar hubiera contado con el arsenal de medios de comunicación masivos que hoy están a disposición del mundo!, pero quiso la Providencia que el Libertador perteneciera a un tiempo inhóspito y que como hombre perteneciente al futuro de los pueblos, hubiera de sortear mil adversidades para convertirse en el héroe que veneramos: triste, tronante y glorioso “hombre de las dificultades”.

Pero no. La realidad histórica nos enseña que una nube de escribientes se encontraban permanentemente tomando el dictado de las cartas que enviaba el Libertador, aún en medio de cruentas batallas, legando así documentalmente para la posteridad un acervo infinito de ideas visionarias que hoy más que nunca adquieren inusitada vigencia y nos exigen el más riguroso estudio y reflexión. Misivas, discursos, proclamas, juramentos, poemas y amorosas desideratas conforman el patrimonio que hoy es piedra angular en esta hora dorada de concreción de los ideales bolivarianos y para nosotros el pueblo socialista constituye un referente ético, intelectual y creativo que nos nutre para el avance dentro de un proceso revolucionario que, con máxima sintonía con el ideario bolivariano, trasciende nuestras fronteras para convertirse en bandera de las naciones libres del mundo.

ARTILLERÍA MEDIÁTICA

Sin embargo, hay un hito que define la vocación comunicacional de Bolívar y que, para su tiempo, nos demuestra que el héroe, tal como canta Silvio Rodríguez al Ché, “…era un ser de otro mundo, un animal de galaxias”. Visionario, clarividente, lúcido. Es decir: revolucionario. El hito es ni más ni menos que la fundación del periódico El Correo del Orinoco el 27 de junio de 1818. Dicho medio de comunicación fue creado por Simón Bolívar tras el éxito de la Campaña de Guayana como medio propagandístico de la Tercera República para contrarrestar la acción mediática calumniosa de la realista Gazeta de Caracas, un órgano de prensa que inicia así en Venezuela una protoguerra de IV generación e inaugura la vil tradición de editores al servicio del imperialismo, que lamentablemente hoy anda vivita y coleando. Su primer redactor fue el neogranadino Francisco Antonio Zea, acompañado de prohombres de la talla del guariqueño y redactor del Acta de la Independencia Juan Germán Roscio y el culto barinés, de Mijagual, Manuel Palacio Fajardo. Se editaron 133 números: 128 numerados y 5 extraordinarios, correspondiendo los últimos a importantes acciones militares como las de Boyacá y Carabobo. El periódico publicó decretos, leyes, boletines, cartas y proclamas. También incluyó extractos de periódicos extranjeros, avisos de la entrada y salida de buques, anécdotas, curiosidades y poemas. “Somos libres, escribimos en un país libre, y no nos proponemos engañar al público”, decía en la primera página en su primer número del Correo del Orinoco, iniciando así con ética la batalla comunicacional contra el enemigo guarecido en las armas mediáticas. Ya Bolívar desde la historia lo sentencia: “La imprenta es tan útil como los pertrechos en la guerra y ella es la artillería del pensamiento”.

Recordemos que es consenso entre los científicos de la historiografía situar el inicio de la historia en simultáneo con la invención de la imprenta por parte del alemán Johannes  Gutenberg. Por eso cuando hoy junto al Comandante Presidente Hugo Chávez damos inicio a la Semana de la Artillería del Pensamiento, que celebra no sólo hitos gozosos como la primera publicación del Correo del Orinoco y el Día del Periodista, sino también cuando conmemoramos el asesinato del periodista Fabricio Ojeda el 21 de junio de 1966, en los calabozos del Servicio de Inteligencia de las Fuerzas Armadas en Caracas, nuestro proceso nos reclama que estemos prestos con las armas comunicacionales de la artillería del pensamiento para sembrar conciencia y obtener victorias apabullantes en la construcción del Socialismo, nuestro Socialismo.


pegenie@hotmail.com



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Pedro Gerardo Nieves

Autodidacta. Comunicador popular, coordinador de la Brigada de Agitación, Propaganda y Comunicación Florentino del PSUV Barinas, vocero de la Guerrilla Comunicacional Florentino, delegado de formación de la Escuela Nacional de Formación Socialista "Hugo Chávez" del PSUV.

 pegenie@hotmail.com

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