No solamente Globovisión con su cañón

Aquí se debe dar fin a la blandenguería. El pueblo lo ha entendido, quiero decir, el pueblo en su mayoría, porque existe una parte de él, es decir los que continúan pensando en magnicidios y en golpes que están envenenados. Esa parte del pueblo ha sido recetado por Globlovisión y un sin fin de emisoras de radio que todos los días y a cada segundo emiten ofensas, gritos destemplados, maldiciones y groserías contra un gobierno que no tiene la culpa de haber sido electo democráticamente. Aquí no hubo golpe de Estado ni bajas pasiones para que Chávez se instalare en Miraflores: allí lo puso la mayoría y san se acabó.


Desde esas radioemisoras se propaga el odio como grano de arroz en un saco, la burla, la mezquindad, el chisme. Sobre todo las FM, esas donde colocan música gringa y las y los locutores hablan con voces afectadas del sifrinismo estúpìdo y sin categoría de sexo; ahí todos tienen el mismo tono, la misma tesitura, la ídem postura de creerse “fisnos” porque saben pronunciar el “spikan”.


Esas emisoras que penetran a los hogares de todos los lugares de Venezuela, emiten mentiras, alteran la verdad y no sienten respeto por las instituciones, valiéndose de una Libertad de Expresión, de la cual dicen que no existe cuando les conviene. El espectro radial de todas esas emisoras es del Estado, por lo tanto del pueblo. No se justifica que un grupo de locutores, opinadores y excretas, los utilicen para lanzarles toda clase de improperios a su propio dueño.


La libertad, la democracia, no es exclusivamente de nadie; es algo donde el juego se respeta. Esos medievales de otras partes del mundo que lanzan sus dardos contra el gobierno de Venezuela deben saberlo, pero se hacen los desentendidos; ellos están con las oligarquías que alguna vez fueron dueños y amos de la tierra y de los esclavos. Los eurodiputados, 27, que firmaron un papel contra Venezuela, no son más que agua de inodoro rodando por la pendiente de sus propias y escasas convicciones de necios que pretenden ver una geografía de casi un millón de kilómetros cuadrados desde sus mullidos asientos europeos. Que vengan acá y pongan sus tristes y apagados oídos sobre el sonido de la gente que sigue el actual proceso democrático.


Entonces si es que tienen una micra de inteligencia en sus ancianas células cerebrales imperiales, que emitan sus opiniones. Ya basta de que los sirvientes del fascismo mundial, versión Venezuela, sigan de lleva y trae. Chismosos mariquitas de farándula, dedicados a escribir sandeces y tonterías de poca validez masculina. Es tiempo de que la Revolución Bolivariana se sienta respetada, porque democracia no es bochinche, donde unos parásitos aberrados de maldad, odios, ignorancia y miedo se imaginan la tapa de la botella.


Que el Estado no sienta miedo ante estos atentados a la inteligencia. El pueblo apoya toda la asepsia que se pueda hacer para erradicar a los idiotas de nacimiento que envenenados de frustración se han convertido en desestabilizadores profesionales utilizando los medios de comunicación radiales, televisivos y escritos En Irak, en Afganistán hay mercaderes del crimen latinoamericana. Si quieren guerra, pues que se inscriban en las oficinas de reclutamiento de Estados Unidos. Allá tendrán una buena paga, además que les servirá para saciar esos que lleva en las venas que se llama SED DE SANGRE. Que se tomen las prontas medidas contra esos criminales, es lo que desea el pueblo pacifico y trabajador.

aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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