No es la coca, es la tele

Los efectos de la cocaína en el comportamiento y la salud del individuo son nefastos e irreversible de no ser tratado a tiempo. Sin embargo, existen muchos métodos y tratamientos clínicos y terapéuticos que permiten la sanación y regeneración del individuo, también muchas instituciones públicas y privadas, que atienden todas esas calamidades.

Ahora existen otras drogas igualmente peligrosas y hasta podría afirmarse que peores que no son tratadas, ni cuantificadas, ni valoradas por ningún equipo médico o de especialistas, porque sencillamente pasan inadvertidas y eso las convierte en letales.

Y la mas devastadora de todas es la televisión. el famoso aparato presentado en múltiples diseños, pero con igual contenido y propósito, cual es “borrar todo rasgo de inteligencia, conciencia crítica y sentido de la libertad, soberanía y creatividad”.

Y es por esa razón que el verdadero demonio, aquel que está detrás del poder mundial, de los títeres como George W. Bush, de la iglesia y cualesquiera de las instancias que sirven como engranaje de represión, alienación y dominación, han convertido a la televisión, la radio y los medios impresos en su herramienta consentida e imprescindible. Pero sobre todo a la televisión, por aquello de la combinación mortal que se deletrea “audio visual”.

Su importancia estratégica ha llegado a niveles inimaginables. Lo decimos porque un medio que vislumbró al mundo, y cuyo manejo técnico fue hasta elemental, hoy en día es objeto de múltiples y mil millonarias inversiones en materia de investigación sobre los efectos, colores, sonidos, códigos, elementos subliminales, que traducen sus mensajes en disolventes demoledores de la mente humana... Es una maquinaria similar a la que usan los cultivadores modernos, que van cortando de raíz los valores éticos del individuo al tiempo que siembra la contra cultura, para luego cosechar bobos, estúpidos y eunucos, capaces además de defender las nuevas causas que no son otras que las de lo superfluo, lo intrascendente, lo banal. El individuo se convierte en una escoria, en sujetos vergonzosos que van por el mundo dando pena, sin ética ni valores patrios, familiares ni siquiera humanos.

Pero lo más convincente de todo es que se mueren siendo unos crápulas, pero sin darse cuenta... Es lo que se ha dado en llamar la “Disociación Psicótica”

La pregunta es, cuántos evaluamos los efectos de la Televisión y los otros medios sobre nuestras vidas, nuestra personalidad y la percepción que tenemos sobre los problemas comunes, sociales, políticos, humanos, comunitarios, internos. ¿Cuán dependientes somos de los paradigmas impuestos por la televisión a través de toda su historia?. Tampoco nosotros nos damos cuenta. Entonces, si a nosotros que somos autocríticos -o al menos debemos serlo- nos afectan esos medios, que podemos esperar de quienes andan enchufados permanentemente a los inodoros de Globovisión, Venevisión, RCTV, Televen, y todos los demás conductos de inmoralidades y mentiras que sólo llevan al desconcierto y la desmoralización. Y allí hay que incluir a los canales de cable, que tienen como libreto fijo la vulgaridad y lo banal, con películas como “El Zorro”, “Superman”, “El Superagente 87” y otras boberas que aún causan los efectos por ellos esperados. O telenovelas que continúan creando estereotipos colmados de imbecilidades.

Esa creo yo que es la peor de ellas drogas, sobre todo porque se ha hecho lícita, porque le damos grandes dosis a los seres humanos desde bebecitos, sin el menor de los cuidados. La televisión está estructurada para programarnos, para moldearnos y para asesinarnos de la manera mas cruel que existe.

Y eso no, lo investiga nadie, ni existen fundaciones que traten preventivamente a los enfermos que sucumben como moscas ante los efectos de esa droga que se llama TELEVISIÓN.

El Estado venezolano ha creado una instancia que se llama CONATEL, que pareciera haber nacido embobada, por efecto de la misma causa que se supone debe investigar, así que no ha servido para un carajo.

El llamado es dramático... Entendamos que mientras no nos demos cuenta que debemos “apagar” ese foco infeccioso que se llama televisor o al menos ser verdaderamente selectivos, cada día mas, iremos ahogándonos en el lodazal de la estupidez y la inmoralidad.

ivanrussa@yahoo.com


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Iván Russa


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