Nuevamente observo los opositores marchar libremente por las calles de
Caracas, con sus mismos pitos; la misma bandera del siglo pasado; consignas
nuevas pero siempre en función de los objetivos de otros; la misma cara de
frustración, malestar, inconformidad y con una violencia a flor de piel.
Hoy gritaban por la libertad en el país, y se desplazaban libremente por las
calles sin ninguna represión, ni hostigamientos, no se acuerdan que en el
pasado no se podía protestar y si esto sucedía inmediatamente salían las
fuerzas del orden a reprimir la manifestación, ahora salen a protegerlos,
¿será que añoran los planazos y las bombas lacrimógenas del pasado?
El país ha avanzado, demuestra los mejores índices de crecimiento
económicos, se ha promulgado innumerables medidas para beneficiar a la
población, incluso ha pagado las deudas del Banco Mundial y del FMI, pero
estos marchistas indican que estamos en una debacle económica, no se
acuerdan de lo difícil que era adquirir una vivienda, tener remuneraciones
aceptables y mejorar su nivel de vida.
Desde que los grupos poderosos del país empezaron a perder su influencia en
las decisiones del Estado, usurparon la participación ciudadana para
involucrarlos a que se uniera a sus luchas de poder, para ello han
utilizados las técnicas mas sofisticada de manipulación de la conducta,
implementadas a través de los medios de comunicación privados que se han
convertido en el bastión de lucha de los poderosos.
Esta manipulación ha dividido el país en dos sectores, la “sociedad civil” y
el “pueblo”; los medios de comunicación atacan a esta sociedad civil con
engaño; con noticias falsas; con manipulación de los hechos; inculcando
incertidumbre y miedo; negando cualquier avance del proceso bolivariano y
haciendo creer que están al borde del precipicio y que están a punto de
perder todos los bienes que han adquirido con mucho esfuerzo.
Cuando observe a los líderes de esta marcha me llamo la atención que
indicaba que “no tenían miedo” y me pregunto ¿a que? ¿A quien? Claro tiene
que ver con la consecuencia del mensaje mediático, infundieron miedo y ahora
utilizan la palabra como un activador para que los subyugados reaccionen y
salgan a apoyar, a luchar por objetivos ajenos a sus intereses como si
fueran sus propias luchas.
Tal vez por eso tienen esa cara de frustración y malestar, cuando ven que la
realidad del país es totalmente diferente a la que ellos creen con
vehemencia, menos mal que ya muchos han asumido la realidad y se han quitado
la venda mediática, quedan pocos aferrados a ese pasado, ya esos están de
atención medica, pero en el futuro cercano podrán ser tratados adecuadamente
en algún CDI cercano a su residencia.
carmengarcia339@hotmail.com
