¡Fuera lacayo!

“Si es por mi me voy, pero que dejen a RCTVAS tranquila” Así se expresó el golpista Marcel en días pasados. Tiene miedo el pusilánime. La señora Phelps, esa anciana que puso su fe en el más pervertido de los gañanes, no galanes, se va a quedar con esos ojos más pelados que el DOS DE ORO y con una frustración de padre y señor mío, al haber aceptado a este garufero como esposo. Siente pánico el concupiscente Marcel Granier. Su ínfula de patotero senil del Este se le viene al suelo. Creyó el crápula que el Estado es una poceta donde él podía poner su culo de ornitorrinco a echar feca. Se cayó como un saco de bolas criollas e hizo tremendo agujero. Ahí debe dejar caer sus lamentos de tonto, de embrujador de esquina, de empresario devaluado. La señora Phelps llora gotas de sangre y aunque Marcel se las seque, ella sufre y clama y gime y regime. Marcel resultó un gigoló sin bolas, e irresponsable hasta los tuétanos.

Ha pretendido hacerle ver al soberano, que Rctvas es de él, del pueblo, pero ese mismo pueblo que le compraba detergentes y jabones, a los patrocinantes de sus insulsas e inmorales telenovelas, (padres que descubrían que la que le sacaba el dinero era la hija que dejó chiquita en la provincia de Gurupera, ancianas dándoles ñereñere a adolescentes de fuertes pectorales, quienes en los juegos de pelota”botaban la segunda” que le pichaban, de jonrón, jefe de oficina que se enamoraba de la mujer del portero de la empresa y se la fornicaba en el privado, muchacha de servicio violada por el niñito de la mansión, que después se hacía millonaria, porque descubría que ella era la verdadera hija del papá del niñito de la casa, y éste, el niñito no era más que un bastardo del barrio “Cochino en salsa”que una ingrata mujer colocó en la cuna de la niña y a ella se la llevó a la provincia donde creció lavando ropa ajena al pie de un pilatón, hasta que se enamoró de un camionero y éste después que la puso vertical en un montarral, la abandonó cerca de Tazón y ahí la descubrió doña Matilde la ricachona del Country , que es tan buena que no aguantó dos pedidas al verle ese tremendo trasero y se la llevó a su mansión), pero rodó en la rodada. No piensa el golpista que este gobierno es EL PUEBLO y no se va a seguir calando sus estupideces y que ni él ni sus eunucos, van a volver, porque la transformación va de viento en popa. No basta que Marcel se largue, con él debe irse esa lacra pintada en la pared de la traición, que conspira, que se entrega al imperio del Norte para que la patria sea invadida y destrozada junto con sus habitantes, los dueños de la Revolución.

Con Marcel tiene que irse una forma de hacer televisión. De invadir mente infantil, de vender pornografía, de creerse la sazón de la sopa. Otras televisoras que fueron aupadas por este antiguo patotero durante tantos años, para hacer caer el régimen de los pobres, también están conminadas al adiós definitivo. La Revolución lo exige. Un nuevo sistema de gobierno ha aparecido en el suelo venezolano, para dictar la pauta donde los majaderos del dinero, de la oligarquía, sean devorados por la inteligencia del soberano. Venevisión, Globo visión, Televen, y otros canales, así como diversas estaciones de radio, tendrán que ir preparando sus macundales, porque la democracia entiende su rol dentro de la sociedad venezolano y pondrá las leyes en el tapete sin demora. Los golpista como Marcel Granier, deben ser juzgado. No es pertinente que sigan sembrando el caos, porque entonces el sueño se vendrá abajo víctima del desaguisado que produce la intranquilidad. Para que la nación crezca necesitan sus habitantes tranquilidad y respeto.

Marcel Granier y sus pendejos de la mala información, de la mentira, de la mezquindad, de la ofensa, tienen que ser llevados al tribunal del pueblo, mediante un referéndum. No basta que no se le de el espectro radioeléctrico a RCtvas. Hace falta que se le lea el LIBRO DE LA LEY, para que sean reprendidos por la justicia y entiendan que no puede haber gobierno paralelo en este país ni golpe de estado, porque para eso vivimos en una democracia, apuntalada por el mismo pueblo. La lección será la punta de lanza, para que reviva la acción de equidad, de justicia y respeto. Nadie va a estar triste por la despedida de una canal de televisión que vejó el gentilicio nacional, creando anti valores, odios y perversidades. Así mismo el CNP debe reintegrarse a la convivencia con el Estado, recordarles la ética profesional a los que se encargan de entrelazar al pueblo con la información, o sea a los comunicadores sociales. No es posible que sean los editores los que marquen la pauta en vía al terror, a la sumisión, a la chabacanería. Los periodistas no pueden trabajar con libertad, mientras los dueños de los medios, por intereses económicos y políticos, los conviertan en desinformadores. Un periodista que no tenga libertad para la reseña genuina, es un mal comunicador. Un periodista que se ate a la mentira, porque así se lo dicta el patrón, está engañando al lector y a su misma profesión.

El pueblo venezolano lo entiende: Rctvas no va a ser cerrada por el gobierno, como igualmente lo entiende el mundo. La cuestión implica un final de una conseción. Se llegó a los veinte años y no se va a renovar la concesión. El espacio pasará a manos de una nueva televisora, donde se enmarque lo social como prioridad. Nuevo tiempos, nuevos vientos, nuevas esperanzas de cambio. Marcel Granier y quienes cómo él se envalentonaron contra la sociedad en su mayoría, tendrán que buscar nuevos derroteros, donde la lección aprendida tenga muchos de valor aplicable a la hora de respetar al soberanos, quien es en el fondo quien le da vida a un medio, sea escrito, radial o audio visual. Eso deben aprendérselo estos mercaderes de de la ganancia, aun a costa de la decencia, de los valores, de la majestad de un estado regido por una verdadera democracia.

RCtvas y el culpable es ese hombrecito de pacotilla, ese energúmeno de voz quebrada, de aspecto quisquilloso, el cual se creyó el Martín Valiente aquel de allende el tiempo. RCtvas y el pueblo está celebrando la decisión del gobierno. Quienes se han atado a la súplica de que no se le quite la concesión a esta estación, deben hacer mutis al arrodillamiento. En lógico que la mayoría opaca a la minoría, sobre todo el política donde el ganador siempre se lleva el trofeo. Marcel Granier es el verdadero truhán de esta situación. Creó una opinión adversa, de rechazo entre la mayoría y aunque esto no tenga que ver con la concesión, es evidente que el soberano se encuentra de pláceme ante tal acontecimiento, porque nada alegra más que ver castigado al delincuente. Marcel fue parte del plan. Se alegró cuando el golpe llegó a su clímax y festejó con sus truhanes, la desvergüenza de llegar al poder por otro medio que no fueran los votos. Celebró con Carmona, con sus acólitos, con sus perros de la guerra, que al pueblo le fue quitado su Presidente. Hoy pide perdón, acude a los negros, a los tierrúos, a los desdentados, a los pobres, a los que siempre hay visto como seres inferiores, sin alma, sucios e ignorantes. Esta arrodillado, es un patán. Su cobardía será reconocida por el mundo y rodará como el viento entre las hojas del desprecio nacional.

Se va Marcel con su tropa de cobardes. Que el demonio les escupa el culo.

aenpelota@gmail.com


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Ángel V. Rivas

Limpiabota, ayudante de pintura, articulista, Productor Nacional Independiente, editor de El Irreverente. Animador del programa Gigantes del Romance, autor del libro Pacto Satánico y poeta en estado de frustración.

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