Mi Palabra

¡Luz verde en las redes!

"Si no somos impasibles al ver una paliza en la calle,

¿por qué lo somos ante una violencia y un acoso en las redes?"

Ianire Estébanez

Psicóloga

 

El domingo en la tarde, se produjo un lamentable accidente terminando con la vida de un hombre de bien. Creo, que todavía no se había detenido la gandola involucrada en el percance, cuando a través de las redes "sociales" inundaron de gráficas la mente de todo el que carga un celular, de los llamados "inteligentes". presentando la víctima en el pavimento, con varias partes del cuerpo desgarradas. Era ampliamente conocido en dos ciudades relativamente pequeñas–Acarigua–Araure– unidas en todo, pero separadas por la historia y los consabidos papeleos municipales, y sobre todo en época de elecciones, cuando salen los candidatos a promocionarse para los puestos de alcalde, tan "bondadosos" como si estuvieran lanzándose a ocupar el puesto de papa.

Lo cierto, es, que, en segundos, mi celular se encontraba convertido en la página roja de cualquier diario amarillista al estilo de (Crónica policial) ya fuera de circulación, el cual era pregonado con tanta vehemencia por los vendedores, que parecían los dueños. De los diez grupos de contactos en el cual estoy incluido, 6 exhibían las gráficas, como algo normal e incluso uno integrado por militantes revolucionarios, hacían sus comentarios, como cualquier persona atrapada por el movimiento al instante de la luz verde del WhatsApp, donde la única restricción está en la consciencia de cada usuario.

Al llegar la noche recibo la llamada de un sobrino, y lo primero que me informa, es, del accidente, donde muere un vecino, el cual vivía una casa por medio de la vivienda materna nuestra en una urbanización de Araure; una de las primeras construidas en el casco urbano de la ciudad, pero por más explicaciones, que me hacía no recordaba bien la cara; me ofreció mandarme la foto, y me quedé esperando, por ninguna parte apareció.

Al día siguiente me voy al velorio, y me encuentro con la noticia totalmente esclarecida; el difunto, es el mismo atropellado por la gandola el día anterior. Todas las conversaciones terminaban cuestionando la forma, como presentaron la noticia. En segundos, se me acercó un amigo, amante del folklor venezolano con una tambora en la mano, porque le iban hacer un homenaje al fallecido con un grupo de niños, cantándole unos aguinaldos; él había fundado ese grupo, pero además aprovecho la oportunidad para mostrarme unos mensajes llenos de rencor, entre esos se encontraba uno enviado por una señora, quien lo único que le falta es quitarle la sotana al cura y dar la misa los domingos; no se pela una y cuando anda en la calle parece una hermanita repartiendo bendiciones; lamentablemente no podemos utilizar esa enfermedad que le inocularon a esa "religiosa" propia de estos tiempos, cuando se va tanto la electricidad, si pudiéramos poner en práctica un pensamiento del genio Nikola Tesla "Si tu odio pudiera convertirse en electricidad, iluminaría el mundo entero".

La señora, lo único que hizo fue reenviar el mensaje haciéndose varias preguntas, para finalmente dejar entredicho la respuesta: culpar a Maduro, porque supuestamente estaba en la cola de la gasolina, sin saber nada del accidente, y menos de la víctima: un hombre resteado con el proceso bolivariano, consciente de todas las dificultades que estamos pasando, y se mantenía firme, por eso una amiga le hizo un pequeño homenaje, pero muy significativo a través de otra aplicación muy de moda el Facebook: "Desde hoy una estrella brillará en el cielo. Te recordaremos como el combatiente fiel y leal, como el hombre que luchó y sembró bondad y querencia. Te recordaremos por tu valentía, por tu coraje al emprender las tareas de la construcción de la Patria Buena. Camarita, la muerte nos arrebata tu cuerpo, pero tu alma descansara en paz junto a tus seres queridos, que ahora te recibirán, una vez mas venceremos a la muerte, vivirás por siempre en cada acción, en cada movimiento que nos recuerde que quienes han vivido por la vida no pueden llamarse muertos. No es más que un hasta luego, vivirás por siempre compadre, y camarada"

Este homenaje nos demuestra, que las redes sociales tienen un gran valor, pero depende del uso de cada quien; unos aprovechan la luz verde de todas estas aplicaciones para hacer daño, mientras otros la utilizan para impulsar la creatividad, el amor y la paz en medios de las grandes dificultades que vive la humanidad, más cuando la muerte asecha en el mínimo rincón del mundo con una pandemia, que ha dejado una cifra alarmante de muertos.



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Narciso Torrealba


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