Bueno es una sugerencia, porque tú con esa cara de cobarde que no te la quita ni una cirugía plástica, te debes acostar a las 6 de la tarde con el peluchito de “güinipú” que te regaló el viejo multicolor y ridículo Oscar Yánez, aquella noche junto el jardín bajo la luna y las estrellas, comías pargos, comías faisán… Tú sabes que al viejo ridículo Oscar Yánez, que pertenece al oscurantismo y que es ducho en refranes bobos, Marcel Granier le regaló una canoa de un material muy resistente. El viejo ridículo y multicolor en vez de utilizarla, la guardó en un garaje y no se dio cuenta que por un hueco le caía agua. Toda la gente que conoce al viejo multicolor y ridículo, Oscar Yánez, sabe que a él se le “moja la canoa” Eres igual al otro, al que llaman Granielito: puro cambur y peo. Cobardes que se escudan tras las cámaras de televisión para defecar por la boca la podrición que les ocasiona dentro de sus organismos biológicos, el odio, el egoísmo, la maldad, la traición la conchupancia, el jalabolismo, etc.
Siempre recuerdo a David Pérez Hansen el 12 de abril de 2002, llorando como una mamita dentro de un cubículo de RATACTV. Era la propia imagen de la cobardía, de la pequeñez, de la falta de cojones, era la patética metamorfosis que sufren, los pusilánimes después que ofenden, gritan, causan problemas, se desgañitan. Pérez Hansen pudo haber sido el protagonista de un libro, donde un médico cirujano le hace un transplante de totona a un hombre, que gime y gime, porque afuera el pueblo le pedía cuenta a sus imprecaciones periodísticas. Cuando llegó Bernal, el corazón de vaina no se le salió por la boquita que tiene de mamá…es decir de su madre. Estoy seguro, así mismo, que los crímenes que cometiste con los paramilitares en El Salvador cuando te pasaste de embajador de Copei a espía de la CIA, no fueron planificados por tu débil cerebro. Según Darwin, la forma de tu rostro, tu peinado, tu nariz, tu boca, tu voz y tus ojos, no tienen forma de ser humano. Es decir tu debes ser una aleación de “guaruro bariloque con basuluca”, que no poseen cerebro, según mi nieta María Angélica. Ah, pero dices que a tu amorcito Rosales los malucos chavistas no lo dejan hacer sus visitas a los barrios. Por eso te pido que lo acompañes.
Yo tengo un amigo que se la pasa jugando bolas y él te puede prestar dos. Porque además de psicópata como que eres pendejo, Vives en un país virtual. No te das cuentas, cara de cuchufleta, que a Rosales no lo quiere ni su perro. Por todos los barrios de Caracas a donde ha querido penetrar, ha sido recibido a guayabazo, a tomatazo, a arepazo, a cucharazo. En Caracas ni en el país, a los adecos sólo los quieren los que robaban con ellos. Los inmorales bellos, los cuanto hay pa´ eso, los inocentes que aún creen en la tarjeta mi negra, porque son como el negrito del Batey, que decían que “el trabajo lo hizo Dios como castigo”, por falta de dignidad y respeto. Sal a pasear con ROSALES EL GOPISTA enano de probeta. Pero llévate una caja gigante, para que lleves para tu casa toda clase de tubérculos, y frutas. Sal a pasear con ROSALES EL GOLPISTA Matacura y recuerda: “El pueblo te las tiene anotadas toditas, guarda rial… te vienen días difíciles, Matacura”
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