Vladimir Villegas y su Alter Ego

La burguesía produce de cuando en cuando algunos talentos con valor de referencia histórica. En general, en tiempos de miseria ideológica y política acude necesariamente para sus perversas ejecutorias a un producto deposicionado vertiginoso y fatuo: los vedetismos. Y encuentra en la sociedad personajillos inmorales ignorantes vulgares y brutales que gustosamente embisten el trapo agitado por sus amos capitalistas, fascinados y enceguecidos por la vana ilusión del mundo de maravillas que revolotea en sus cabezas. Ejemplos muy cercanos y actuales, Patricia Janiot, Fernando del Rincón, don Francisco, Jaime Bayly, etc., y aquí con nosotros entre muchos, destaca nuestro triste y lamentable Chuito.

En volteretas que da la vida por estar en sitio equivocado, sin apenas creerlo ni proponérselo, apalancado desde el chavismo resultó Chuito embajador y director de VTV. Eran tiempos de mieles de todo bicho con Chávez. Le adulaban su verruga y no sabían de su grandeza. Pero era lo que había al lado del Gigante por aquel entonces, lo que la tierrita produce, qué hacer.

Consumido de la desesperación, nuestro Chuito no podía soportar por más tiempo el infierno en su alma y salta la talanquera.

Esto se veía ya en un síntoma muy notorio desde la entrevista a Fidel; un copioso sudor que brotaba del rostro de Chuito delataba su nerviosismo y revelaba la contrariedad entre el gran esfuerzo emocional de saber que ese día colmaría sus mezquinas e íntimas ambiciones personales y la impostura de su rol periodístico.

Ya sin vergüenza ninguna, Chuito se puso de chofer de Henry Falcón y hasta le gritó a Amorín que fuera a cobrar el sueldo a la Hojilla.

Cuando Diosdado con un gran sentido del humor caracteriza a cierto político venezolano con los atributos que mejor le adornan provocando las carcajadas del público que al escuchar el primer adjetivo identifica inmediatamente a este personaje, piensa uno también en Chuito que con dossier similar y por ser más avieso y astuto, ha sabido filtrarse y permanecer soslayado de sus cualidades morales que le inhabilitan a estas alturas del proceso revolucionario venezolano para siquiera presentarse por un minuto en el espectro de la opinión, pero, valiéndose de su pretendida posición y que de periodista independiente que ejerce de manera ladina arrastrada y oculta, con toda la cara de tabla, se regodea desafiante con un placer indescriptible, parapetado detrás de un escritorio del que le han dotado sus amos de Globovision para jalarle y lavarle las manos y la cara a asesinos y palangreros de toda ralea de dentro y fuera de Venezuela.

Resulta sin embargo divertido ver como se vuelve en su contra, el pretendido objetivo de algunos programas, en el que dignos portavoces del chavismo le hacen pasar trabajos al “entrevistador” y el cazador resulta cazado.

Así, cuando Nelson Moreno le enrostró que se desempeñaba mejor que Chuo ( su hermano ) en el papel de opositor, acusación valiente y digna que provocó una inevitable mueca en su cara “tierrúa” que denunciaba la dificultad para desmentirla.

En entrevista con Roy Chaderton cuando este le hablaba de algunos venezolanos que se hacían pipí si veían venir a un gringo, su fija mirada y un contenido silencio confesaban que seguramente Chaderton había aludido claramente a él.

Cuanto más miserable es la condición en que ya están este y muchos otros Chuítos más despreciable es su vida, por más que traten de ocultarse en su mascarada de demócratas. Cada vez que se lavan la cara les resulta más sucia.

vladimirfalcon22@gmail.com


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