Periodismo brasileño: conciencias a la venta

La noticia de la detención de dos periodistas brasileños en Venezuela – y su expulsión del país – nos ofrece oportunidad para una más que urgente y necesaria reflexión con respecto al lugar de la prensa en el cuadro general del proyecto imperialista en nuestro continente. Es curioso, mucho más que curioso, observar la ausencia de reflexiones sobre ese tema en debates y discusiones académicas. Necesariamente, se puede concluir, por artes del trabajo cotidiano de legitimación y reificación operado por el propio periodismo. Un diabólico círculo vicioso.

Antes que nada, tenemos que dejar claro, muy claro, que la prensa brasileña (periódicos, televisión, radio) desempeñó un papel decisivo en el golpe parlamentario que impuso el impeachment a la presidente Dilma Rousseff, llevando al poder executivo central la actual cuadrilla encabezada por Michel Temer. A partir de una campaña gigantesca de mentiras, manipulaciones, medias verdades e injurias, la prensa brasileña compuso, junto con los poderes Judiciario y Legislativo, una máquina mortalmente eficaz al cumplimiento de la tarea impuesta por los planes imperialistas de profundizar la explotación sobre los trabajadores de todo el mundo – Latinoamérica inclusa, claro – en aras de enfrentar la actual, y profunda, crisis del sistema capitalista.

Como marxistas, no nos alineamos a defensa de la democracia ni de los gobiernos petistas, ni de Dilma ni los dos de Lula, gobiernos que jamás ocultaron, por palabras y acciones, su posición de instrumentos del gran capital. Ya publicamos aquí en Aporrea nuestro análisis general sobre los gobiernos petistas. Cumplido por el PT el papel de pacificadores de las luchas de clases, la crisis capitalista pasó a exigir más y más profundización de la explotación sobre el proletariado. El Partido de los Trabajadores no pudo, ni podría, hacerlo ya que esto implicaría, inequívocamente, en pérdida de sus bases sociales. De ahí, el golpe palaciano, el impeachment de Rousseff. Que se tenga muchísimo claro: los gobiernos petistas para nada, absolutamente para nada, se equivalen a los gobiernos bolivarianos. Lula no es Chávez, Dilma no es Maduro. Lula y Dilma se pusieron al servicio del imperialismo, desarrollando una política asistencialista sin tocar en los intereses del capital. Chávez y Maduro, sí, atacaron los intereses del capital (petróleo) y desarrollaran políticas sociales serias en favor del proletariado venezolano. Tenemos críticas, sí, al chavismo, pero por la izquierda – y sin jamás hacer el juego de la derecha como lo hacen algunas propuestas de parte de la  izquierda.

Volviendo. Así, la prensa brasileña se lanzó vigorosamente a la lucha al lado de las filas imperialistas. Fui periodista por más de veinte años. Trabajé en algunos de los más importantes periódicos del país. Fui profesor universitario en área de comunicación social. Y puedo afirmar: no hay en parte alguna de todo el mundo una prensa tan degenerada y podre desde el punto de vista ético que la brasileña. Guardadas la excepciones, pocas, no hay en ninguna parte del mundo periodistas tan alienados, sin alma y sin conciencia como en Brasil. Que venden su conciencia al primero que les ofrezca treinta monedas.

Esta es la realidad. Me pregunto por qué no se insiste en el fato de que los periodistas Leandro Stoliar y Gilson Souza son funcionarios de la Red Record de Televisión y, más, que la Record pertenece a la Igreja Universal do Reino de Deus (Iglesia Universal del Reino de Dios), que acumula millones de millones de dólares a través de la explotación de la buena fe de los trabajadores, de los de bajo. Ahora bien, es con el pretexto de combate a la corrupción (que hay, y mucha) que la derecha en Brasil busca derogar los derechos más elementares de los trabajadores. Que se haga la suma Red Record + ‘combate’ a la corrupción y seguro nos encontraremos en la senda del embuste y de la mentira. Nos es por acaso que las malditas ONGs y entidades de protección a los crímenes de la prensa burguesa protestaron contra la detención y expulsión de los periodistas brasileños porque no tenían la documentación necesaria. ¿Libertad de prensa? Sí, para los trabajadores.
¡Venceremos!


*militante del Movimento Marxista 5 de Maio-MM5/Brasil

 

leoleal46@uol.com.br



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