Entre VTV y Globovisión

Los medios han jugado un papel protagónico en la polarización existente en el país. Han contribuido con sus erráticas políticas informativas a elevar los niveles de ansiedad, crispación e irracionalidad.

Alimentan con frecuencia las redes sociales, una suerte de tribunal de inquisición, desde donde se dice y dispara contra todo lo que se mueva en cualquier ámbito.

Entre los medios, dos son referencias en el país: VTV y Globovisión, ambos se convirtieron en trincheras, en espacios para atizar el odio, la confrontación y sembrar la irracionalidad entre venezolanos.

Periodistas consumados, aprendices, estudiantes de comunicación, camarógrafos, fotógrafos, moderadores, opinadores, anclas, todos bajo un mismo lema, bajo un mismo fin: causar daño al enemigo, que es otro venezolano, otro paisano.

Se dijo que Chávez fue el artífice, el impulsor de este desmadre comunicacional, tema para otro debate, pero muerto el Presidente, la confrontación continúa.

Sacaron a Silva y Nolia de VTV; Ravell, Carla, Kiko, Nitu, Castillo, lo fueron o se fueron de Globovisión, pero el enfermo no mejora.

Nuevos autores aparecieron, con la misma dosis para una sociedad polarizada que necesita de la intoxicación mediática para estar viva.

Se perdió el respeto, el equilibrio, la ecuanimidad, la búsqueda de la verdad, el análisis, la siembra de valores, la educación a través de los medios. Ahora proliferan los gritos, insultos, el discurso soez, las mentiras...

Y a eso se ha acostumbrado buena parte de la sociedad, a continuar creyendo en los medios, públicos o privados.

A continuar defendiendo los que ellos defienden, de forma irracional.

A continuar repitiendo lo que ellos transmiten, así sea chisme, inventos o mentiras.

A internalizar lo que sus sesgados analistas y opinadores dicen.

A continuar embobando a la colectividad, para continuar reinando.

Porque una sociedad sana, con medios sanos, con periodistas ecuánimes, equilibrados, no podría validar lo que hacen en muchos casos chavistas y opositores.

No podría validar, por ejemplo, que Capriles llame a incendiar el país, mueran personas, y a los pocos meses, llama a votar por el mismo organismo que despreció y condujo turbas para desaparecerlo.

No podría aceptar que el parlamento se convierta en un chiquero para ventilar oprobiosas fotos de vidas privadas, porque existe una supuesta red de prostitución que ya nadie habla.

Durante muchos años VTV-Globovisión fueron la caja que hipnotizó buena parte de los venezolanos, que poco a poco la dura realidad comienza a despertarlos.

Ojalá y los medios también despierten cuanto antes de esta guerra mediática, pues de lo contrario, las audiencias continuarán migrando hacia nuevos nichos y derroteros menos insultantes, menos contaminados, menos irrespetuosos, y sobre todo, menos mentirosos.

Rubén Marcano, periodista


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Rubén Marcano

Periodista, graduado en la UCV. TSU en Informática, con estudios sin culminar en Sociología y Derecho en la UCV. Con maestría de Periodismo y Comunicación Institucional en la Complutense de Madrid, Autónoma de Barcelona y UPEL. Ha escrito dos libros. Es profesor universitario y articulista.

 rubenmarcano@gmail.com      @rubenmarcanob

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