Perú: los trabajadores luchan por una nueva Constitución

28 de noviembre de 2020.- El dirigente sindical peruano Luis Villanueva Carbajal plantea en entrevista con Prensa Latina, elementos marcadamente críticos sobre la precaria salida constitucional al conflicto que sacudió recientemente la vida política y social de Perú.

El sindicalista plantea en tal sentido sus criterios sobre un nuevo capítulo de la crisis, desatado por la vacancia (destitución) del presidente Martín Vizcarra, su reemplazo por el conservador Manuel Merino, y la pronta renuncia de este, que dio paso a Francisco Sagasti como gobernante transitorio.

El entrevistado, secretario general de la Federación de Trabajadores de Construcción Civil, plantea que al margen de sus diferencias, los citados protagonistas del reciente conflicto favorecen la continuidad del modelo económico neoliberal y la Constitución de 1993 que lo consagró.

Prensa Latina (PL): ¿Cuál es su evaluación de las protestas sociales, sobre todo de los jóvenes, que obligaron a renunciar al impopular y fugaz presidente Manuel Merino y a excluir de la salida de la crisis a la coalición de minorías y facciones que controla el parlamento?

Luis Villanueva Carbajal (LVC): Los trabajadores estamos contra la corrupción, caiga quien caiga. Y en ese sentido, la vacancia de Martín Vizcarra ha sido legal y necesaria. Sin embargo, el cambio del sillón presidencial de Vizcarra a Merino y de este a Francisco Sagasti no responde al interés del pueblo o la justicia, sino a una lucha entre defensores del continuismo neoliberal que tanto daño le ha hecho al país.

Vizcarra, investigado por corrupción, ya no servía a los intereses de los grandes empresarios. Además, se confrontó con un sector mayoritario del Congreso de la República empeñado en legislar para solucionar reclamos de los jubilados y dar medidas antimonopolio en la distribución de las medicinas y otros temas, leyes rechazadas por el Ejecutivo.

Desde el Congreso, el grupo minoritario del Partido Morado se opuso a la vacancia del presidente por incapacidad moral permanente debido a indicios claros de corrupción, no obstante que se dio dentro del orden constitucional.

Por otro lado, las protestas ocurridas a nivel nacional obedecen al hartazgo del pueblo frente a los bochornosos escándalos de corrupción e impunidad acumulados por los gobiernos y la clase política.

PL: ¿Cuál ha sido la participación de los trabajadores en esas movilizaciones?

LVC: Los trabajadores estamos en pie de lucha en todo el Perú desde abril, cuando se empezaron a realizar despidos masivos de trabajadores amparados en la farsa de la 'suspensión perfecta' (receso laboral sin pago) de personal que el Gobierno de Vizcarra concedió a las grandes empresas, además de otorgarles miles de millones de soles para que pudieran reactivar la producción, pero sin los resultados esperados.

Los sindicatos de la salud, construcción civil, las centrales sindicales como la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), desde junio realizamos jornadas nacionales en las que participan sectores del campo y organizaciones sociales de base, levantando reclamos al Gobierno Central para atender necesidades básicas, agua, alcantarillado, puentes y carreteras que unan a los centros poblados. Y es evidente la participación en las últimas movilizaciones a nivel nacional en la lucha contra la corrupción que viene ocurriendo en las compras para atender la lucha contra la pandemia.

PL: Se creía que los peruanos rehuían a las marchas y estaban desilusionados de la política, ¿cómo se explica el reciente estallido de protestas?

LVC: Los peruanos estamos permanentemente en lucha, en las zonas de la Amazonía, contra la contaminación de los ríos por los derrames de petróleo de las empresas transnacionales; los agricultores reclamando financiamiento y canales de distribución de sus productos; los trabajadores de la construcción demandamos el reinicio de las obras de infraestructura paralizadas por la pandemia; en Lima se han perdido cuatro millones de puestos de trabajo y el resto del país 3,5 millones.

O sea, existen razones para que el pueblo tome las calles y exprese su descontento. La juventud sin trabajo, los estudiantes en todo nivel que han perdido el año escolar y los universitarios sin dinero para pagar sus estudios. Solo que los medios de comunicación dan mayor realce a ciertas luchas y a otras no.

PL: Parece que hay un clima de descontento generalizado…

LVC: Hay hartazgo contra los políticos que nos gobiernan en todos los niveles del Estado, pero la prensa no da cobertura de estos problemas nacionales porque los medios de comunicación están monopolizados en un 80 por ciento y defienden los intereses de los grupos económicos, que tienen el poder real.

El estallido ocurrido tiene su base en los reclamos reales de las personas, pero no podemos dejar de señalar el factor detonante que trasciende las fronteras: que en el Perú no cunda el ejemplo del pueblo chileno, el cual ha ganado el referendo para cambiar la Constitución de Pinochet; o estando en vísperas de elecciones no sorprenda a los grupos de poder un triunfo popular.

El Congreso, presidido por Manuel Merino, promulgó leyes por insistencia y otras que el Ejecutivo calificó de inconstitucionales, y que el Partido Morado, opuesto a la vacancia constitucional de Martín Vizcarra, ha logrado parar.

PL: Las marchas evolucionaron ahora hacia una Constituyente. ¿Apunta a eso el Perú?

LVC: Las marchas expresaron una indignación razonable, por las erráticas medidas del Ejecutivo de Vizcarra para combatir la pandemia. El tema de la nueva Constitución es una demanda que viene desde atrás, impulsada por el movimiento sindical, la Asamblea Nacional de los Pueblos (bloque de organizaciones sociales) y, lógicamente, la situación reciente ayuda a colocar en una mayor dimensión la demanda de una nueva Constitución.

En febrero y en mayo ingresaron por Mesa de Partes del Congreso dos proyectos para una nueva Constitución y después de los sucesos que nos ocupan, se ha presentado una moción para que el Pleno discuta el cambio constitucional.

Para salir de la profunda crisis estructural del Perú, es perentoria una nueva Constitución Democrática y Plurinacional.

La Federación de Trabajadores en Construcción Civil del Perú planteó públicamente que el 11 de abril se realice, en paralelo a las elecciones presidenciales, el referendo por una nueva Constitución.

Y así como nosotros, otras organizaciones políticas, sindicales y sociales están con la propuesta del referendo.

PL: Finalmente, ¿qué pueden esperar los trabajadores de la gestión de Sagasti?

LVC: Hasta la fecha lo conocemos como un opositor a las medidas impulsadas para el beneficio de la población más vulnerable, como en el caso de los bonos para los jubilados, que Sagasti, como parlamentario, calificó como medida populista.

Para él, para Vizcarra y para el expresidente Pedro Pablo Kuczynski, reactivar la economía de los empresarios millonarios está bien, pero reactivar la economía de los pobres dándoles un dinero mínimo para saciar el hambre y las necesidades básicas en pandemia está mal. Es opuesto al cambio de la Constitución fujimorista.

Es un neoliberal educado, al servicio de los intereses del capitalismo mundial. Y como demócrata resultó un ambicioso de poder, como lo demostró en la elección como presidente de la Mesa Directiva del Congreso, para llegar a la Presidencia del Perú. Esperamos más de lo mismo y peor aún si lleva adelante la agenda de la Confederación de Empresarios (Confiep): tendremos más trabajo esclavo.



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