3 Nov. 2019 - Llegar al socialismo, “a una democracia verdadera, la del poder popular”, es una de las metas del Partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), afirmó al Diario VEA, Mónica Delgado,consejera política local en Venezuela de la organización partidista, quien denunció que a tres años de la firma del Acuerdo de Paz entre las desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Gobierno Neogranadino, la Reforma Rural es el punto más incumplido.

 A 3 años de la firma del acuerdo de paz, ¿cuál es el balance?

Hay un avance en las demandas políticas de las mayorías reflejado en las dos últimas elecciones. Primero, se desdibujó el demonio, a partir del cual, la derecha generaba consenso social y con ello gobernabilidad, y en segundo término, convertida la guerrilla en partido político legal se acabaron las excusas para apretar el cinturón, implementar políticas de seguridad fascistas y cometer arbitrariedades. Las personas asesinadas en Colombia, con el acuerdo de paz, dejaron de ser terroristas dados de baja y se convirtieron en lo que son, dirigentes políticos asesinados. La comunidad internacional asumió una responsabilidad concreta frente a un conflicto que arrojó 8 millones 500 mil víctimas luego de más de 50 años de indiferencia y de soledad.  Dentro del documento firmado, el primer punto referido a Reforma Rural Integral es el acuerdo más incumplido (51%), seguido por la solución al problema de las drogas ilícitas (50%); el sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición (37%) y de la participación política (35%). Todo esto, conforme a la tradición de la élite gobernante colombiana, mientras asesinan a las fuerzas vivas de nuestro país, incluyendo niños y niñas y combatientes por la paz, nos acercamos al millar de muertos en el curso de estos tres años.

¿Fue una decisión aceptada dejar las armas?

Si. Fue un proceso que comenzó con un pleno ampliado de nuestro Estado Mayor Central, en el que además, de un concienzudo balance, se analizaron las perspectivas reales de tomar el poder en Colombia por la vía armada; vinieron nuevos plenos y espacios de diálogo en campos y ciudades, recogiendo las evaluaciones e inquietudes de combatientes, milicianos y milicianas y militantes del Partido Comunista Clandestino; por último la decisión de dar el salto a la vida política legal fue refrendada en la Décima Conferencia en Los Llanos del Yarí, la conferencia es la máxima instancia de decisión de nuestra organización. En dicho espacio, más o menos dos mil militantes, en dos jornadas de trabajo aprobaron saltar a esta nueva etapa de nuestra lucha revolucionaria.

 ¿Luego del paro nacional realizado el 21 de noviembre qué cambió en Colombia?

En Colombia miles de hombres y mujeres han luchado por millares para transformar las condiciones de las pobrerías.  Desde el comienzo de nuestra historia republicana no hemos parado de luchar, con muchas equivocaciones, retrocesos, derrotas, y grandes aprendizajes. Después del asesinato de Gaitán respondimos a la violencia oficial con violencia popular para salvar la vida; hoy 70 años después respondemos a la violencia oficial con movilización. El 21de Noviembre es la expresión de que seguimos en la brega, de que hay un nudo histórico que no se ha resuelto y que entraña la dignidad de la gente, sus necesidades más sentidas, la conciencia de su valer. Con el 21de noviembre se empieza a recobrar la autoestima nacional, a superar la atomización producida por la violencia de un régimen servil, a recuperar la esperanza que pretendieron fulminar junto a Gaitán y que hoy tratan de borrar con el asesinato de líderes y lideresas; comenzamos a darle forma a un proyecto nacional encarnado en demandas para los trabajadores y trabajadoras en una apuesta ética de superación de la discriminación y la exclusión, en la necesidad de cerrar definitivamente el capítulo de la guerra.

¿El paro general abriría la brecha para un verdadero cambio político?

Así debe ser. Enfrentamos enormes desafíos, nos encontramos frente a la prefiguración de nuevos sujetos políticos que empiezan a abrazar a una generación que en algún momento creímos poco prometedora por ser la impulsada en la gestión de Uribe.  Grandes sectores alienados por el trabajo explotado, enormes deudas y unos medios de entretenimiento diseñados para fomentar la indiferencia y el olvido, comienzan a pensar el país y a sentir indignación frente al mal gobierno.

¿Se podrá llegar al socialismo o a una Colombia justa, inclusiva y que atienda realmente a la población?

Se debe llegar. La democracia verdadera, la del poder popular es la meta y estamos trabajando para llegar allá; de hecho, las FARC es una expresión del poder popular, que no consiste solamente en que los representantes del pueblo alcancen la administración del poder político; es un proceso de empoderamiento, de organización, de actuación protagónica en la transformación de la vida colectiva, desde el territorio, desde la cotidianidad, desde el trabajo para la producción del alimento, del saber y de las condiciones necesarias para ejercer la libertad plena.

¿Cuál es su posición ante el permanente ataque de Iván Duque contra Venezuela?

Es absolutamente repudiable su hipocresía, lanzando acusaciones de las que sólo él es culpable: dictadura, régimen, violación de derechos humanos, miseria y represión, a lo que hay que sumarle paramilitarismo y mafia. Esperamos que sea el último malandro que se nos sube al poder.

 ¿En cuanto a Ecuador, Bolivia y Chile cuál sería el rumbo a seguir?

Bueno hay que ver las particularidades en cada caso, las fisuras del poder para poder quebrar desde allí su fuerza y obligar los cambios; no hay recetas. En torno a una plataforma que unifique el movimiento social se debe intentar todo desde los terrenos, jurídico, legislativo y popular. Los parlamentarios de izquierda o por lo menos demócratas tienen el deber de generar espacios de diálogo con los sectores del pueblo organizado para impulsar esa plataforma en los respectivos congresos; los comunicadores populares generar material de denuncia de los atropellos e impulso de dichas plataformas y demandas, lo núcleos organizados de los pueblos, planes de protección, denuncia, movilización y confrontación cuando resulte necesario.  A la par que se consolidan estructuras organizativas que impulsen liderazgos populares, la lectura concienzuda del momento político, las tareas de cada quien.