Tendencia de parejas que evitan tener hijos para no enfrentarlos a las consecuencias del cambio climático

Parejas se niegan a tener hijos debido al cambio climático

Parejas se niegan a tener hijos debido al cambio climático

Credito: Agencias

El temor a traer niños a este mundo por las posibles consecuencias del cambio climático en el planeta es una realidad. La tendencia de esta línea de pensamiento es cada vez más generalizada, sobre todo en Estados Unidos, donde la legisladora, Alexandria Ocasio-Cortez, puso este asunto sobre la mesa hace unos meses. Lo hizo a través de su cuenta de Instagram, donde sus más de 2.5 millones de seguidores tuvieron la oportunidad de formar parte del debate.

"Hay consenso científico en cuanto a que las vidas de los niños serán muy difíciles. Esto hace que la gente joven se haga una pregunta legítima: ¿Está bien tener hijos?", cuestionó.

Mónica supera los 30 años de edad y ya se había hecho esta pregunta hace años. No le costó trabajo llegar a la conclusión, consensuada con su pareja, de que es mejor no quedarse embarazada porque lo considera un acto de egoísmo. Acostumbrada a recibir críticas, a esta estadounidense que reside en Tallahassee, Florida, no le importa lo que piensen de ella sus detractores, ya que, desde su prisma, no hay duda de que dar a luz a niños es contribuir a que el mundo sea un lugar menos habitable.

"Sería traer a otra persona al planeta, a otro niño estadounidense donde dar a luz es más perjudicial que hacerlo en un país tercermundista", afirmó a Yahoo!. "Lo que le está pasando al planeta es por culpa de una manera de vivir que no es sostenible y no quiero contribuir con otro ser humano", agregó.

Esta decisión tiene varias implicaciones éticas y la suya es sencillamente que hay superpoblación, sobre todo en EEUU. Según el último censo, el país cuenta con 327.2 millones de habitantes, un número que según algunos colectivos es demasiado alto. William Vogt y su libro, ‘Road to Survival’, se ha convertido en una inspiración para los medio-ambientalistas más pesimistas con el cambio climático. Publicado en 1948, en él, Vogt aboga por un control de la población como la única manera evadir los desastres medioambientales. Según su teoría, en EEUU cualquier número superior a 147 millones de personas sería considerado superpoblación. El mundo cuenta en la actualidad con más de 7.7 mil millones de personas.

"El Día del Juicio Final está en nuestras manos", afirmó de manera apocalíptica a finales de la década de los años cuarenta.

Según sus estimaciones pasadas, en la actualidad, EEUU tiene más del doble de la población de lo que sería ambientalmente sostenible, algo que Mónica no quiere alimentar.

"¿Qué le estamos haciendo a nuestro planeta y cómo se lo estamos dejando a la nuevas generaciones?", se cuestiona ante su convencimiento de que nadie será capaz de sacrificar su forma de vida y nivel de confort hasta que la situación sea insostenible. "¿Acaso la gente dejará de usar el aire acondicionado, los coches, el plástico…?", aseveró.

Desde la Revolución Industrial, EEUU es el país que más emisiones de CO2 desprende a la atmósfera, seguido de China. Entre 2005 y 2015, el país norteamericano redujo su emisión un 11.5 por ciento gracias a la proliferación del gas natural. Sin embargo, en 2018, estas emisiones volvieron a tocar techo y llegaron a una cifra record. La animación que verán a continuación brinda una idea de la evolución de los países más contaminantes en este sentido.

Ante el impacto que EEUU está teniendo en el planeta en cuanto a la relación población y emisiones de CO2, Ocasio-Cortez no ha sido la única componente de la esfera política que se ha metido de lleno en este tema. En 1969, el presidente, Richard Nixon, ya mostró su preocupación en un discurso sobre los problemas que la superpoblación en EEUU acarrearían para la nación.

"Uno de los retos más serios para el destino humano en el último tercio de este siglo será en el crecimiento de la población. La respuesta de la humanidad ante este reto será la causante del orgullo o la desesperación que tengamos en el año 2000. Eso dependerá de lo que hagamos hoy", afirmó.

Para Mónica y muchas personas más que están tomando la vía de no contribuir a la superpoblación, esta teoría va más allá de las ideas políticas - Nixon era republicano y ella se considera demócrata - y tiene que ver más con la lógica, su lógica. Porque hay otras, como la que sostienen integrantes de una tendencia más positiva sobre el impacto de las nuevas generaciones en el ámbito del cambio climático.

En este sentido, hay quien piensa que si llegara a existir una regularización gubernamental, habría más chances de que se extendieran prácticas como las que sucedieron en China, donde las medidas que se tomaron para controlar la natalidad provocaron situaciones éticamente inadmisibles en cualquier sociedad avanzada. Otra línea de pensamiento de las personas que defienden dar a luz a nuevos niños es la creciente implicación de las nuevas generaciones en la lucha contra el cambio climático y cuánto pueden revertir la situación nuevos seres humanos más concienciados, los cuales serán los ingenieros, activistas, científicos o políticos del futuro.

"Esa sería mi única esperanza", afirmó Mónica. "Pero no suficiente para cambiar de idea", apuntó.

Al menos por el momento.



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