(FOTOS) Brasil: Una multitud indignada despidió y sembró a Marielle Franco en Río de Janeiro

Río de Janeiro, marzo 16 - Una multitud despidió este jueves a Marielle Franco, la concejala y activista de Derechos Humanos asesinada en la noche del miércoles en Río de Janeiro.

En un emotivo homenaje Miles de personas se congregaron a las afueras del Concejo Municipal gritando consignas en contra de la violencia que se suscita diariamente. “Luto e luta” (Luto se transforma en lucha), “Policía asesina, no nos va a hacer callar” se escuchaba en el centro de la ciudad, donde los cuerpos de Franco y del conductor que la acompañaba, Anderson Gomes, fueron velados antes de ser sepultados.

“Mujer guerrera que murió por el pueblo”, gritaron cientos de personas congregadas en las puertas del cementerio de Caju, en la zona portuaria de Río, donde Marielle fue enterrada.

A la misma hora se sucedían las movilizaciones en varias capitales del país, la más numerosa frente a la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro, para protestar por el crimen y exigir Justicia.

Su muerte, apenas tres días después de denunciar los excesos de la policía en las favelas y cuando se cumple un mes de la intervención del Ejército en la Seguridad Pública en Río de Janeiro, pone en serios apuros a las autoridades, que hoy fueron blanco de la indignación popular y que deben dar una respuesta a las demandas, tanto internas e internacionales, de una investigación rápida y concluyente.

Marielle era relatora de una comisión municipal creada para fiscalizar la intervención en Río de Janeiro y se había pronunciado abiertamente en contra de la presencia del Ejército en un vídeo en el que participaron varios artistas para denunciar lo que consideraban una “farsa”.

“Otro homicidio de un joven que puede entrar en la cuenta de la Policía. Matheus Melo estaba saliendo de la iglesia ¿Cuántos más tienen que morir para que esta guerra acabe?“, se preguntó Franco en un mensaje colgado en las redes sociales un día antes de su muerte.

Mujer, negra y originaria de la Maré, el mayor complejo de favelas de Río, Marielle encarnaba el sueño de millones de personas en Brasil.

Estudió una carrera, se lanzó a la política y se convirtió en la quinta legisladora municipal más votada en las elecciones de 2016 de la mano del izquierdista Partido Socialismo y Libertad (PSOL).

Socióloga, de 38 años y con una hija de 20, Marielle fue asesinada en la noche del miércoles cuando transitaba en un coche por el centro de Río de Janeiro, tras participar en un acto político con mujeres negras.

Su vehículo recibió nueve impactos de bala, tres le dieron en la cabeza y otros tantos alcanzaron al conductor.

Solo una asesora de Franco consiguió sobrevivir y su testimonio será fundamental para la investigación, aunque la policía maneja la hipótesis de un crimen premeditado y cree que los asesinos siguieron el coche durante cuatro kilómetros por la ciudad antes de disparar.

La noticia de su muerte provocó miles de reacciones de repudio y obligó hoy al Gobierno a salir al paso de las denuncias. El presidente Michel Temer calificó el crimen como de “extrema cobardía” y prometió que no quedará impune.

Su asesinato ha tenido un gran impacto fuera de las fronteras de Brasil y ha llevado a varias organizaciones internacionales a exigir una investigación urgente y transparente.

La portavoz en Ginebra de la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, Liz Throssell, pidió que las pesquisas “se hagan lo antes posible” y de forma “completa, transparente e independiente, de modo que (sus resultados) puedan verse como creíbles”.


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